ISSN 2692-3912

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Narración y filosofía: Un contraste en la percepción del mundo en Virginia Woolf y Platón

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Introducción

La manera en que percibimos el mundo puede ser muy distinto y lo podemos expresar en distintos modos. Mientras la filosofía intenta capturar la verdad a través de argumentos racionales, la literatura acepta la locura y abraza las posibilidades de lo irracional. La narración tiene la ventaja de no estar limitado por la razón, y así puede ser una forma de examinar lo irracional del mundo y del ser humano mismo. Aunque el Mito de la Caverna de Platón y el relato The Mark on the Wall de Virginia Woolf son muy distintos en tanto al género, época y estilo, me parece que tienen más en común de lo que uno piensa a primera vista; los dos son interpretaciones del mundo que los rodea y comparten elementos como ideas morales y el uso de la sombra y la luz. En ambos la narración juega un rol esencial, pero ¿cuál exactamente es ese y cómo es usado para expresar su percepción del mundo? En lo siguiente voy a desarrollar un análisis del relato de Woolf, comparándolo simultáneamente con el mito de Platón. No obstante, antes de nada, voy a definir los términos más centrales; la narración, la filosofía y el flujo de consciencia.

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Narración y filosofía

Los términos narración y filosofía son muy centrales en cuanto a comparar Woolf con Platón y, por lo tanto, es esencial que sean definidos previamente. El diccionario Oxford Dictionary of Literary Terms describe el término narración como el acto de juntar una serie de eventos: “The process of relating a sequence of events […] narration is often distinguished from other kinds of writing (dialogue, description, commentary) which may be included in a narrative […]” (Baldick 2015). Es decir, la narración en sí es un proceso que ayuda al autor a describir acciones y por lo tanto es necesario incluir un elemento espacio-temporal, dado que los eventos automáticamente crean una temporalidad en sí, con el acto de tener un inicio y un fin, además de uno o más personajes para que las acciones puedan tener lugar. La narración puede, además, ser usado, por ejemplo, en la filosofía, como vamos a ver en el Mito de la Caverna de Platón, aunque esto no es un criterio de la filosofía en sí. El diccionario del Real Academia Española define la filosofía en la siguiente manera:

Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido de obrar humano. (RAE

s. f.)

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Es decir, la filosofía no necesita una narración, no necesita el elemento espacio-temporal ni los personajes ni acciones. Sin embargo, el enfoque principal de la filosofía es buscar y llegar a conocer la realidad a través de la racionalidad. En el mito de la caverna la narración se basa en el prisionero que sale de la caverna en busca de una verdad universal. Esto es la verdad racional de la filosofía, la cual se puede alcanzar usando su razón y argumentos lógicos. No obstante, al usar el método de la narración, Platón mismo abre la posibilidad de incluir lo irracional. En esa manera, Platón termina mezclando los métodos argumentativos y racionales de la filosofía con la fantasía y lo irracional de la narrativa. Esto se ve cuando usa metáforas, por ejemplo, la luz natural que simboliza el Bien, es decir, la causa de las cosas (Platón 1988 p.342). Además, usa personajes ficticios y un narrador, creando así un mundo en la cual la imaginación es un elemento fundamental. Dicho eso, está claro que, aunque la narración abre a la posibilidad de incluir lo irracional, este no necesariamente sea incluido o visto como elemento relevante.

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El término Flujo de Consciencia: origen y definiciones

El término flujo de conciencia (en inglés Stream-of-Consciousness) fue introducido por el psicólogo y filósofo americano William James, a finales del siglo XIX, y se elaboró, durante el modernismo, como una técnica literaria experimental. En la década de 1920 ya era una técnica literaria muy extendida y autores como James Joyce, Virginia Woolf, Marcel Proust y T.S. Eliot experimentaban con ello, aprovechándolo para expresar su manera de percibir el mundo que les rodeaba (McParland 2018 p126). En la literatura el uso del flujo de conciencia es un intento de describir, en la manera más realista, todos los pensamientos e interrupciones que ocurren dentro de la cabeza del autor o de un personaje. Es decir, el enfoque está en el mundo interior y, por lo tanto, el lector llega a conocer el mundo exterior en una manera fragmentada y subjetiva, que no necesita por qué ser lógica. El diccionario de Oxford sobre términos literarios lo describe como un proceso mental que ocurre dentro de personajes ficticios en forma de monólogo interior y distingue entre dos distintas formas de flujo de consciencia: una forma psicológica y una forma literaria:

 

In the first (psychological) sense, the stream of consciousness is the subject matter while interior monologue is the technique for presenting it […] In the second (literary) sense, stream of consciousness is a special style of interior monologue: while an interior monologue always presents a character’s thoughts ‘directly’, without the apparent intervention of a summarizing and selecting narrator, it does not necessarily mingle them with impressions and perceptions, nor does it necessarily violate the norms of grammar, syntax, and logic; but the stream-of-consciousness technique also does one or both of these things. (Baldick 1990).

Aquí, se ve que el flujo de consciencia tiene tanto una función psicológica, donde el autor intenta dar una percepción del mundo específica y, por otro lado, tiene una función literaria donde el autor intenta describir la manera en que piensa, con el objetivo de ser lo más fiel posible a la forma de pensar, a lo mejor rompiendo con la lógica y la sintaxis, y convirtiendo la narración en pensamientos en vez de descripciones. Es decir, el objetivo del flujo de conciencia no es describir el mundo como es, sino intentar de escribir todos los pensamientos para que parezcan al flujo que tenemos dentro de nuestras cabezas. Se llama flujo de conciencia, porque el autor solamente puede escribir todos los pensamientos de que está consciente y, por lo tanto, dado que solamente podemos estar consciente de una cosa a la vez, aparecen los pensamientos en los textos experimentales como un flujo, una línea continua de pensamientos que se desarrollan en más detalle o que se interrumpen por otros pensamientos o asociaciones.

En su artículo Consciousness as a Stream, la profesora y autora inglesa Anne Fernihough distingue entre la realidad desde la perspectiva del flujo de consciencia frente a la realidad en la filosofía:

 

Between this reality and the one constructed by the philosophers, I believe he [William James] would have established the same relation as between the life we live every day, and the life which actors portray in the evening on the stage. On the stage, each actor says and does only what has to be said and done; the scenes are clear-cut; the play has a beginning, a middle and an end; and everything is worked out as economically as possible with a view to an ending which will be happy or tragic. But in life, a multitude of useless things are said, many superfluous gestures made, there are no sharply-drawn situations. (Fernihough 2007 p.65).

 

Aquí Fernihough distingue entre, por un lado, la percepción del mundo de William James que ve el flujo de consciencia como una manera de describir la realidad caótica, realista, subjetiva y, por otro lado, la realidad filosófica donde la clave es la lógica y donde la realidad es construido por las ideas del filósofo en una manera económica que no permite interrupciones de pensamientos o asociaciones irrelevantes.

Como acabamos de ver, el flujo de consciencia y la filosofía usan la narración en dos distintas maneras: uno como monólogo interior que describe el mundo en la manera más parecido a los pensamientos y otro, la filosofía, que describe el mundo en una manera ordenada, estructurada y lógica.

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Análisis de The Mark on the Wall, de Virginia Woolf

El relato The Mark on the Wall, de Virginia Woolf, fue publicado por primera vez en una colección llamado Two Stories en 1917, por Woolf misma. Este relato es un experimento, donde Woolf desarrolla su manera de describir los pensamientos y este uso del flujo de consciencia lo ha desarrollado para usar en sus novelas más tardíos (Goldman 2006 p.88). En lo siguiente voy a analizar el relato examinando la narración y el contraste entre lo que podemos llamar dentro de y afuera de la caverna y su relación con el mito de Platón.

 

La narración

El relato de Woolf está escrito en primera persona singular y durante todo el relato percibimos el mundo desde la perspectiva de la protagonista misma. Como antes mencionado, el uso de la narración requiere un espacio físico y temporal, y aunque el flujo de consciencia es lo que ocupa la mayor parte del relato de Woolf, la narración también juega un rol esencial dado que es gracias al espacio que la rodea que la protagonista puede ocuparse del flujo de consciencia y desarrollar sus pensamientos.

Desde afuera no tenemos muchas descripciones de la protagonista, solamente recibimos un poco de información en cuanto al espacio que la rodea a través de sus pensamientos; ‘The wonder is that I have any clothes on my back, that I sit surrounded by solid furniture at this moment.’ (Woolf 2008 p.4). A través de saltos en la narración entre el mundo de sus pensamientos y el mundo físico que la rodea, llegamos a conocer que está sentada en una silla en una habitación de su propia casa, probablemente el salón por las descripciones del manto de chimenea, y está mirando una marca que se sitúa en la pared blanca. Al final del relato entra un hombre que probablemente es su marido: ‘Someone is standing over me and saying »I’m going out to buy a newspaper.«’ (Woolf 2008 p.10). Es decir, durante todo el relato la protagonista no se mueve del espacio físico, ni siquiera se levanta de la silla: ”And if I were to get up at this very moment and ascertain that the mark on the wall is really – what shall we say? – the head of a gigantic old nail […] what should I gain?’ (Woolf 2008 p.8). Esto es un gran contraste al Mito de la Caverna, donde la migración de un espacio a otro es un elemento esencial; en este mito el prisionero se mueve de un espacio físico, el interior de la caverna, hacía otro espacio físico, que es el mundo afuera, y esta transición en espacio es lo que le permite tener una mayor perspectiva del mundo, es lo que le coloca en un sitio donde puede filosofar y tener otra percepción más precisa del mundo. Es decir, en Platón la narración funciona como un medio de poner el personaje en el lugar adecuado para filosofar. Son espacios y acciones que ayudan al lector entender las ideas de Platón, porque nos introduce a varios personajes como los esclavos y los sofistas que constituyen lo que Platón ve como el contraste a la filosofía. Aquí la narración le ayuda mucho a concretizar ideas abstractas, lo que también se ve cuando coloca sus Ideas en el mundo físico afuera de la caverna. Al contrario, lo que ocupa gran parte de la narración en Woolf, no es el espacio físico, sino que es el mundo interior de la protagonista. Como antes mencionado, el flujo de conciencia es expresado a través de un uso de monólogo interior y esto se ve claramente en el relato de Woolf donde aparecen constantemente los pensamientos y las observaciones de la protagonista misma: “Perhaps it was the middle of January in the present year that I first looked up and saw the mark on the wall.” (Woolf p 1). En esta primera frase, el tiempo está descrito desde la perspectiva de la protagonista y esta subjetividad es subrayado por el uso de palabras como ‘the present year’ y ‘I first looked up’ que marcan la propia experiencia de la protagonista. Además, el uso de la palabra ‘perhaps’ subraya una incerteza, que es muy característico del uso de flujo de conciencia, dado que muestra las dudas que naturalmente tenemos cuando pensamos. Al mismo tiempo, la falta de una fecha exacta puede indicar que la temporalidad no es lo que importa. Es decir, Woolf no intenta intervenir y establecer si en realidad fue en enero o no, pero deja a la protagonista misma averiguarlo a través del flujo de conciencia. Esto está muy en contra de la certeza en la filosofía de Platón, donde cada elemento es más concretamente determinado. El mito de Platón está contado en primera persona singular, igual que en Woolf, no obstante, Platón escribe en forma de diálogo donde el narrador siempre argumenta en una manera racional, lo que muestra una mayor objetividad y una técnica más parecido a lo científico. Esta diferencia entre lo subjetivo en Woolf ante lo objetivo en Platón se ve también en el elemento de la naturaleza que aparece en los dos cuentos: ‘The tree outside the window taps very gently on the pane..’ (Woolf 2008 p.5). En esta cita de Woolf la naturaleza aparece casi como una persona que quiere entrar en el mundo de la protagonista. Está activamente tocando la ventana, llamando su atención, y esto muestra el contraste entre el mundo físico y el mundo interior de la protagonista. No es aleatorio que Woolf usa la ventana como barricada entre los pensamientos de la protagonista y el exterior, dado que la ventana es algo transparente que lo hace posible que la protagonista vea el mundo exterior, aunque esté dentro en su casa y sus pensamientos. Es decir, todavía hay una conexión con el mundo exterior, pero es un tanto lejano y es la protagonista misma la que puede elegir cuándo quiere abrir la ventana y dejar entrar la realidad física.

En el mito de Platón, la naturaleza también juega un papel importante, pero aparece en una manera mucho más objetiva, casi explicado en una manera científica: ‘[…] contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.’ (Platón 1988 p.340). Aquí la naturaleza aparece como un elemento pasivo que se puede examinar, es el espacio que le permite al protagonista filosofar y examinar su origen. No obstante, la naturaleza no solamente es un objeto, todos los elementos en ese espacio son Ideas y éstos los puede examinar el protagonista a través del sol, que no es una bola de fuego, sino que es lo que Platón llama el Bien. El Bien forma parte del mundo metafísico, pero esto no es un mundo que activamente intenta entrar en contacto con el hombre, sino que es el filósofo mismo que debe buscarlo. Es decir, la naturaleza en Woolf es personificado y activo, mientras que la naturaleza en Platón es un objeto pasivo que sirve como un medio para dar acceso al mundo de las Ideas. Esta diferencia entre lo subjetivo y lo objetivo es algo que también marca los distintos géneros; dado que la filosofía se basa en la lógica y el uso de la razón, como describí al principio, Platón incluye diálogos en su narración, para poder presentar sus argumentos de manera más convincente y objetiva, mientras que le sirve mejor a Woolf usar la primera persona, junto con el flujo de consciencia, para poder describir los pensamientos y percepciones del mundo desde un vínculo específico de un solo individuo y por lo tanto ser más subjetivo.

Es decir, en tanto el mito de Platón como el relato de Woolf vemos una construcción de un tiempo y espacio físico en donde hay unas acciones. En Platón la narración es más visible porque es usado como una manera de distinguir entre la ficción y la filosofía y el personaje del prisionero se mueve físicamente de un mundo a otro. En Woolf no hay una acción tan explícita, sino que las únicas acciones que tenemos son el acto de que la protagonista ve la marca en la pared, su marido entra en la habitación y el árbol afuera de la ventana rompe el silencio como si fuese una persona que quería entrar.

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Dentro de la caverna

Como acabamos de ver, aunque hay una distinción entre el mundo interior y el mundo exterior en Woolf, que se separan por la ventana, tampoco son elementos muy separados, dado que la protagonista es consciente de que existe el mundo exterior, pero escapa intencionalmente a su propio interior. El mundo exterior en Woolf es el mundo físico, la realidad racional que puede percibir con los cinco sentidos, y es ese mundo que la protagonista quiere escapar cuando no se levanta a abrir la ventana o cuando no se acerca a la marca para poder ver qué es. Es decir, la naturaleza, la realidad física, no logra entrar en el espacio interior de la protagonista, porque ella no abre la ventana, pero al final del relato sí vemos que la realidad física logra entrar en su interior, en forma de su marido que entra en la habitación: ‘Someone is standing over me and saying »I’m going out to buy a newspaper. […] All the same, I don’t see why we should have a snail on our wall« Ah, the mark on the wall! It was a snail.’ (Woolf 2008 p.10). Con el marido entra la realidad física y la racionalidad que determina que la marca en la pared es un caracol. Esta ‘decisión’ racional por parte del marido muestra que hay una construcción de la realidad, que en Woolf es determinado por la sociedad, por los hombres, a la que la protagonista está expuesta y que rompe con el acto de que ella misma pueda crear su percepción del mundo: ‘I can’t remember a thing. Everything’s moving, falling, slipping, vanishing…’ (Woolf 2008 p.10).

Esta lucha entre la percepción del mundo del individuo y la que le impone la sociedad se ve también en Platón, donde yo quiero argumentar que el interior de la caverna corresponde al mundo exterior en Woolf. Dentro de la caverna en el mito de Platón los esclavos solamente pueden ver las sombras que están en la pared y que constituyen su realidad, su mundo físico. Tanto el exterior en Woolf como dentro de la caverna en Platón son realidades construidos por la sociedad que les rodea; en Platón los sofistas crean las sombras y en Woolf el marido de la protagonista es el que determina la marca y, por lo tanto, vemos que hay cierto control sobre lo que es determinado como ‘la realidad’, que no es determinado por el individuo sino por los creadores de ambos paradigmas. Algo que los dos relatos tienen en común es que, aunque les es presentado una versión del mundo, los protagonistas en ambos relatos no aceptan esa versión, lo cuestionan e intentan escaparlo. Aquí se pueda preguntar ¿por qué? En Platón el deseo de filosofar hace que el prisionero necesita romper con la cadena, es la ruptura que María Zambrano dice es justificado por el deseo de buscar la verdad (Zambrano 2010 p.16). Al contrario, no me parece que el objetivo de los pensamientos de la protagonista en Woolf sea encontrar una verdad, sino que, parece que quiere romper con esto, porque acomoda los pensamientos irracionales para escapar a un mundo donde todo es posible, donde encuentra la libertad absoluta. Al final cuando el marido determina qué es la marca en la pared, es una observación que se opone a todo lo que ha pasado en el relato hasta entonces; pues esta definición lo hace el marido a través de sus sentidos, utilizando la vista y la razón concluyendo que la marca es un caracol. Pero esto es exactamente lo que la protagonista no ha querido hacer: ‘If I were to get up at this very moment […] what should I gain? Knowledge? […] And what is knowledge? […] one could imagine a very pleasant world […] A world without professors or specialists […]’ (Woolf 2008 p.8). Pues la protagonista trata de romper con el mundo racional, no le interesa en realidad qué es la marca en la pared, sino que lo importante para ella son sus pensamientos que la llevan más allá del simple mundo físico y que son libres de toda racionalidad.

Es decir, los dos, la protagonista en Woolf y el prisionero en Platón escapan el interior de la caverna, el mundo predefinido y experimentan una transición, un momento afuera del tiempo donde son libres de filosofar y pensar. Pero la gran diferencia es que mientras la protagonista en Woolf escapa a un lugar donde puede romper con la racionalidad, el prisionero en Platón lo hace al revés, escapando de un lugar donde no hay razón, donde todo es mentira, y usa exactamente la razón para ir más allá en busca de la verdad. Esta verdad lo encuentra en el mundo afuera de la caverna que voy a comentar en el siguiente párrafo.

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Afuera de la caverna

Cuando el prisionero sale de la caverna, lo primero que pasa es que no puede ver nada: ‘¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son verdaderos? -Por cierto, al menos inmediatamente.’ (Platón 1988 p.340). Este enfoque en los ojos y la vista es combinado con la luz y la sombra que juegan un rol esencial en tanto el mito de la caverna como el relato de Woolf. Que el prisionero no puede ver muestra que todavía no entiende el mundo al que ha escapado, pero al mismo tiempo implica que la verdad no se siente, sino que se ve. Esto me parece muy interesante porque encaja con la manera en que Pitágoras dice que en la matemática hay que seguir un camino para poder ver y descubrir cosas dentro de nosotros que no sabíamos que existieran (Villate 2018 p110). Es decir, hay que situarse en una posición específica para poder ver la verdad, y esto es exactamente lo que Sócrates como narrador hace en el mito de la caverna, pues sitúa al prisionero afuera de la caverna para que puede ver la realidad. Es decir, en Platón la narración funciona para hacer visible la realidad. Al contrario, en el relato de Woolf la narración en si misma ya es la realidad, pues es en la construcción del mundo físico donde encontramos la protagonista sentada en su silla en una habitación, con un árbol afuera de la ventana y un marido que abre la puerta. Pero, como ya dicho la protagonista en Woolf acude siempre al monólogo interior, al flujo de consciencia, como una manera de escapar el mundo físico. En la misma manera que Platón acude a la vista, Woolf tiene frases muy similares que muestran cómo al principio la protagonista no tiene una vista clara: ‘[…] one is born here, helpless, speechless, unable to focus one’s eyesight […]’ (Woolf 2008 p.4). Es decir, los dos Platón y Woolf tienen un enfoque en la vista y los dos acuden a la luz y la sombra para caracterizar el mundo físico. En Woolf la protagonista siempre vuelve a la marca en la pared, contemplando su sombra en un intento de averiguar su verdad. La marca en la pared sirve como punto de partida de la protagonista para que pueda desarrollar sus pensamientos. Esto se ve cuando una y otra vez sigue volviendo a la marca que es una manifestación física de sus pensamientos, pues es un objeto indeterminable que, según su imaginación, podía ser miles de cosas distintas: ‘If that mark was made by a nail, it can’t have been for a picture, it must have been for a miniature – the miniature of a lady with white powdered curls […] the people who had this house before us would have chosen pictures in that way – an old picture for an old room.’ (Woolf 2008 p.3). Aquí se ve que la protagonista en Woolf se deja llevar por el flujo de conciencia y crea de su propia imaginación un pasado de la marca. Esto es un gran contraste a cómo el prisionero en Platón examina el mundo afuera de la caverna, pues no intenta usar su imaginación, sino que es controlado por la lógica y por lo tanto examina las cosas en una manera más científica, que no incluye pensamientos demasiado lejanos de la realidad. Las Ideas que en Platón son descubiertos mediante la razón, son en Woolf caracterizados por la irracionalidad y son presentes literalmente como ideas, pues son los pensamientos de la protagonista que para ella sustituyen una ‘verdad’. Esto no es la misma verdad que el prisionero intenta encontrar, sino que es una verdad subjetiva, más bien un ideal, en donde la protagonista no necesita argumentar, sino que el acto de pensar es un fin en sí mismo. Pues, como antes mencionado, la protagonista en Woolf no tiene una intención de descubrir la verdad, sino que simplemente quiere dejarse llevar por sus pensamientos.

   Me parece muy interesante que cada vez que la marca es descrita en el relato de Woolf es siempre la sombra y su forma que cambia la manera en que la protagonista lo percibe: ‘And yet that mark on the wall is not a hole at all. It may even be caused by some round black substance, such as a small rose leaf, left over from the summer, and I, not being a very vigilant housekeeper – look at the dust on the mantelpiece, for example, the dust which, so they say, buried Troy three times over […]’ (Woolf 2008 p.5). Pues aquí se ve que no es la cosa en sí, sino que es su sombra la que hace que la imaginación de la protagonista fluye. Al contrario, en el mito de Platón la sombra es lo que engaña a la gente, es lo que es visto como una realidad falsa. Y en cierta manera tiene la misma función en Woolf pues la protagonista no averigua a través de la sombra que la marca es un caracol, sino que la lleva a todo tipo de conclusiones que no son nada ‘correctos’. Pero como antes mencionado, el objetivo de la protagonista no es determinar la marca, sino dejarse llevar adonde sus pensamientos la llevan. En Platón la luz es lo que le permite al prisionero filosofar y examinar el origen de las cosas. Es interesante que no puede examinar el origen de la luz misma, del Bien, pues dentro de la caverna sí que logra entender cuál es el origen del fuego, pero afuera de la caverna la verdad real es mucho más complejo y oculto incluso para el filósofo. Solamente la luz de las estrellas y la luz del Bien que cae encima de las cosas puede ayudar al prisionero acercarse la verdad. Se puede argumentar que la marca en el relato de Woolf funciona en la misma manera que el Bien en Platón, pues los dos son usados para hacer pensar al protagonista. No obstante, mientras el prisionero no puede averiguar cuál es el origen del Bien, la protagonista en Woolf consigue esta información al final cuando su marido entra. Pero en muchas maneras esto no es el verdadero Bien, pues es un simple elemento, un simple caracol en el mundo físico, y esto hace pensar que la realidad no va más allá del mundo físico, lo que también decepciona a la protagonista que al final olvida todos sus pensamientos, para que son sustituidos por la realidad determinado por la razón.

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Discusión

Al final la protagonista en Woolf se encuentra en el mundo físico y ha olvidado el mundo de las ideas, lo que significa que en cierta manera no ha logrado conseguir lo que quería. Pero ¿cuál era el fin de sus pensamientos? He mencionado varias veces que creo que su fin es simplemente dejarse llevar por los pensamientos, es un fin en sí mismo estar ahí pensando. Eso digo, porque la protagonista en Woolf hace muchas referencias a los hombres que le llama ‘men of action’ (Woolf 2008 p.9) que son los que controlan su mundo, en la misma manera que vemos que el marido entra y determina que es un caracol que está en la pared. Pues para escapar de ese mundo, donde la mujer no tiene una voz propia, la protagonista crea a sí misma un universo, en forma de sus propias ideas, donde no hay ninguna restricción. Esta exclamación del mundo de los hombres y de la ciencia muestra que al final hemos decido que el mundo físico, que podemos sentir con los cinco sentidos, es lo que importa. Pero la protagonista va en contra de eso con sus pensamientos, que no excluyen la irracionalidad, y que funcionan como una pequeña protesta ante la percepción del mundo que nos impone la sociedad. En Platón el ‘verdadero’ mundo afuera de la caverna no es un mundo físico, sino que es un mundo de afectos, lo que Platón determina con conceptos como Ideas y el Bien. Es decir, Platón distingue entre un mundo físico y un mundo metafísico, que va más allá de los cinco sentidos. Esto se relaciona también a Hesíodo y su Teogonía (Hesíodo 1978 p.76), que no presenta un mundo físico, sino que presenta un mundo afectivo donde el caos está en todo, y se muestra p.ej. como el conflicto entre padre e hijo. Se puede discutir si el relato de Woolf es una declaración de que todavía existe el mundo de los afectos, aunque nacimos en un mundo que, en la época de Woolf, es predefinido por la ciencia y el paradigma de los hombres. O, mejor dicho, el relato de Woolf es una manifestación de cómo los afectos se muestran en nuestro mundo tan físico, tan científico, tan racional, pues el uso de flujo de consciencia provoca que rompemos con este mundo tan racional, pero no entramos en algo extranjero que no entendemos, sino que entramos en algo que parece nuestros propios sentimientos. En esa manera, la narración en Woolf provoca que el lector reflexione sobre su propia manera de pensar, y sobre su propia percepción del mundo. Esto muestra que, aunque vivimos en una sociedad que se basa en conceptos racionales, nuestros pensamientos siguen siendo irracionales, y esto muestra que el caos de que habla Hesíodo es todavía presente en el hombre moderno, aunque lo ha intentado escapar. Platón dice que el alma nunca deja de filosofar, ni en la vida ni en la muerte, y para Platón el acto de filosofar significa usar la razón para encontrar la verdad. No obstante, me parece que esta búsqueda del origen de las cosas, y el deseo de filosofar se ve también en Woolf, aunque es una ‘filosofía’ irracional. En esa manera, parece que el relato de Woolf nos dice que a lo mejor la búsqueda no necesita por qué ser racional, pues el mundo irracional forma una parte esencial de nosotros. En esa manera, se puede argumentar que cuando Hesíodo dice que el caos nunca desaparece es una manera de decir que la irracionalidad siempre va a ser una parte fundamental del ser humano, lo que va en contra de Platón y su énfasis en la búsqueda del filósofo que debe ser racional.

En su República Platón expulsa a los poetas porque engañan a la gente, porque no describen la verdad, sino que forman parte de los sofistas que, en el mito de la caverna, crean una imagen falsa del mundo, en la pared para los esclavos. Estos esclavos tienen cada uno una percepción distinta de esas sombras, pero para Platón todas estas percepciones del ‘mundo’ son falsos porque no son percepciones del mundo real. Es decir, Platón no ve ninguna verdad en una percepción de una doble mimesis que es el arte, porque es demasiado lejos del mundo de las Ideas y por lo tanto uno no debe conseguir esas visiones. Pero Woolf va exactamente en contra de eso cuando propone la pregunta: ‘And what is knowledge?’ (Woolf 2008 p.8). En su relato Woolf muestra que los pensamientos y la imaginación pueden también sustituir una verdad, pues la ‘realidad’ solamente se puede ver desde su propio punto de vista. Es decir, aunque vivimos en un mundo bajo el control de los sofistas, como la protagonista en Woolf que vive en un mundo controlado por los hombres y las ciencias, es posible usar ese mundo para ir más allá. Pues la protagonista en Woolf no rompe con el mundo físico en la misma manera que el prisionero rompe la cadena y sale de la caverna. Sino que siempre vuelve a la marca en la pared, observa la habitación física que la rodea, y usa estos elementos para desarrollar sus pensamientos. Es decir, se puede hacer una crítica a Platón para no usar el mundo que lo rodea, porque, aunque sea construido por sofistas yo creo que al mismo tiempo puede ser una forma de verdad, porque al mismo tiempo que es una manera para los sofistas manifestar su control y poder, también muestra cómo ellos perciben el mundo. Esto me parece muy interesante, porque, aunque sabemos que el interior de la caverna es mentira, son los sofistas mismos que crean las figuras de madera que son basados en la manera en que ellos mismos ven el mundo. Es decir, los poetas crean poesía a través de lo que piensan sobre el mundo, y ellos mismos creen en sus visiones, y eso, creo yo, muestra que todos tenemos la necesidad y el deseo de conocer la verdad que al fin y al cabo no puede ser racional, porque lo que el relato de Woolf muestra es que el humano no es un ser racional, y por lo tanto la verdad que buscamos no necesita por qué ser encontrado en una manera racional.

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Conclusión

En fin, hemos visto que Woolf y Platón examinan el mundo desde distintas perspectivas, y la narración funciona en ambos casos para subrayar la perspectiva y la manera en que quieren examinar la realidad que les rodea. En Woolf la narración tiene un enfoque en el individuo en una manera que subraya lo subjetivo y, al mismo tiempo, el uso de la narración es un elemento que constituye un espacio de objetos físicos y temporales que es la manifestación de un mundo que la protagonista intenta escapar. El mundo físico en Woolf es una realidad construida por una sociedad donde los hombres y la ciencia gobierna y hemos visto que la protagonista intenta escapar este mundo apelando a la irracionalidad como una manera de vivir su libertad. Al contrario, la narración en el mito de Platón funciona para situar al prisionero en el lugar adecuado para poder ver la verdad y Platón, además, se expresa en forma de diálogo para poder disponer sus ideas y argumentar de forma racional. La percepción del mundo en Platón es sobre todo racional, y hay una ruptura muy clara entre el mundo físico y el mundo de las Ideas. Esto es un contraste a Woolf que subraya lo irracional y donde hemos visto que, aunque la protagonista intenta escapar del mundo físico, al mismo tiempo usa ese mundo para desarrollar sus pensamientos. Esto es algo que yo diría muestra cómo el caos que Hesíodo comenta en su Teogonía, nunca desaparece, y dado que es parte natural de los humanos, he argumentado que la irracionalidad no debe ser excluido como lo hace Platón, sino que se debe examinar, como lo hace Woolf, porque esto también muestra una percepción ‘verdadera’ del mundo.

 

Bibliografía

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Anna M. C. Swann estudia Lenguaje y Cultura Española y Latinoamericana en la Universidad de Copenhague, con un especial enfoque en la literatura y la filosofía. Ha cursado, además, en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Salamanca.

Yumnia frente al trazo

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Yumnia frente al trazo

Por Jaime Baillères

Una línea es un surco infinito, sin que por ello se tenga que determinar su inicio. Y el universo no sólo se compone de ello, también tiene fondos con manchas abruptas accidentadas, que, en perspectiva, crean paisajes. Y simetrías con sonidos, alusiones a la poesía, eso lo podemos inventar sobre el lienzo.

La acción de la pintura crea demiurgos que en un lenguaje dimensional dobla esquinas, cierra callejones o planta cielos en su masa densa, matérica. De la cauda de colores se desata el cuerpo, a veces como si se tratara de rozar una superficie del cuerpo, del personaje que corre en Livorno, o en los vientos de Le Cateau-Cambrésis.

Pero no, quizá no se tenga que ir tan lejos.

Puede ser que eso se encuentre en un solo mundo creativo, que no se comparte en el proceso, sino en el punto en donde irrumpe el placer del fin. Dejar el pincel, quitarse el delantal, estar ahí, sentada, viendo que hay más allá del fondo, no en la literalidad de lo tridimensional, sino en la construcción de los espacios que nos alejan de lo que nos ignora, de lo ausente, o lo que va desapareciendo en la memoria. Los besos que ya no son. Los abrazos de los colores sucios mientras se cocina el deseo azul, o la repulsión duchampiana de lo visual.

Ya luego de que pasan algunos largos, largos instantes, Yumnia regresa al objeto-grafito, que se desliza en la oscuridad del boceto. Invenciones sobre el paisaje del cuerpo, dice ella.

 

Cañada y cuerpo de agua, 2022, acrílico sobre tela.

Captiva, 2022, acrílico sobre tela.

Estas calles eran ríos 2022, acrílico sobre tela.

Cuerpo del paisaje, 2022, acrílico sobre tela.

Hay una luz que no atraviesa el agua, 2022, acrílico sobre tela.

Vista del valle, 2022, acrílico sobre tela.

Subterránea, 2022, acrílico sobre tela.

Bahía de arena, 2021, acrílico sobre tela.

Tres cuerpos horizontes, 2021, acrílico sobre tela.

Red de agua #5, 2022, acrílico sobre tela.

 


Yumnia Duarte, Nayarit, 1988. Su producción pictórica está enfocada en el tema del paisaje y los elementos y fenómenos poéticos de la naturaleza. Realizó sus estudios de Licenciatura en Artes Plásticas y Maestría en Artes en la Universidad de Guanajuato. En 2018 obtuvo una mención honorífica dentro de la muestra del Premio Estatal de Artes Visuales en Nayarit. Fue beneficiaria del PECDA Nayarit (2018-2019) y en 2020 su obra fue seleccionada en la XIX Bienal de pintura Rufino Tamayo. Actualmente vive y trabaja en la ciudad de Guanajuato, Gto.

Alguns poemas de julho

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Alguns poemas de julho

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Desenho contra o rectângulo

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Se o amor se traduzisse numa figura geométrica

seria aquele rectângulo onde o teu corpo

se reflectiu, num verão antigo, e um sorriso

nasceu no teu rosto como se, na tua imagem,

surgisse a imagem que sonhavas. E o que

eu sonhava era tirar cada um dos lados

do rectângulo e puxar-te para fora do vidro,

em todas as tuas dimensões, como se fosse

possível separar o espelho de quem nele

se reflecte. E avanço com o dedo em direcção

ao vidro, desenhando o teu perfil na sua

impenetrável superfície enquanto o teu sorriso

se transforma em riso ao ver a inutilidade

do meu gesto. Porém, uma e outra vez,

até ao infinito, farei esse desenho até que ouça

a realidade do teu riso e a tua voz que,

por trás de mim, me explica o que devo fazer

para que a tua imagem ganhe a matéria que

procuro, e me possas dizer qual a melhor forma

de traduzir o amor numa forma geométrica.

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26-7-23

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O espelho da estrofe

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Se me perguntarem para que serve

a poesia, peço para pegarem num espelho

de vidro limpo e puro. O rosto que ali

aparece, mais do que aquele de quem o olha,

é o rosto que perdura no olhar que, um dia,

encontrou noutro olhar o seu duplo. Assim,

se a poesia serve para alguma coisa,

é para te ver, para lá do tempo

e da ausência, e novamente ter à minha frente

esse olhar que nunca mais esqueci

e que vive, no mais fundo de mim,

quando te encontro, no espelho do poema,

fazendo com que eu peça que o reflexo

se transforme na realidade do teu corpo.

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22-7-23

 

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A rosa

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Passa, nestes versos, a corrente

de ar do amor. Em vão fecho as janelas,

encosto as portas, me escondo

atrás das cortinas: o ar atravessa-me

e sinto o teu amor, verso a verso,

ouvindo o murmúrio da tua voz

distante, o roçar dos teus longos

cabelos na minha mão, o calor

da tua boca quando a beijei. E abro

de novo todas as janelas, prendo

as cortinas com a argola

dos teus dedos, deixo que o vento

da tua memória empurre as portas

da estrofe, e tu entras, com a rosa

do desejo presa ao teu pescoço

para que eu a colha, de novo,

e ela floresça na corrente de ar

do amor.

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22-7-23

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Poema

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Invento o amor contigo. Não preciso

de equações, de fórmulas químicas, de experiências

de laboratório que acabam em explosão. O amor

só precisa dessa gramática elementar que vai

da interjeição ao verbo, e passa por um branco

oceano de lençóis. O seu sextante tem a forma

dos teus dedos, e sigo-o com a certeza de não me

perder na viagem do corpo. Sei que não preciso

de registar esta invenção: basta que fique

inscrita no poema, e para sempre

terá a forma do teu rosto, a tua voz

que nunca esqueço e esse movimento que,

ao contrário das leis da gravidade,

nos puxa um para o outro.

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21-7-23

 

Nova fotografia de perfil

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Sentada, com os cabelos escorridos

para o ombro, como um rio negro

sem limites, fecha os olhos. O que

ela quer ver está dentro dela, e

não se adivinham fronteiras

para a sua imaginação. Nas mãos,

que os dedos prendem uma à outra,

segura um lápis, como se tivesse

um desenho para acabar. Porém, é como

se estivesse na dúvida entre

utilizá-lo ou deixá-lo cair, para

se poder levantar e seguir

o seu caminho, deixando para

mais tarde os sonhos que teve.

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18-7-2023

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.O tempo é uma questão de poesia

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Da janela da estrofe, olho para as palavras

que voam, como pássaros enlouquecidos

pelo vento, e tento apanhá-las com a fisga

do verso. As palavras, porém, dizem-me

que vão a caminho da eternidade, e tenho

de acreditar nelas. Também a estrofe muda

com o tempo, e o que nos diz depende

do que sentimos quando atravessamos

o seu campo. É então que o sol se abre,

e os pássaros pousam nos ramos onde já

se adivinham as flores da primavera

que o seu canto alimenta.

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Muitas vezes pensamos no que temos

pela frente quando a noite se aproxima. Há

uma súbita consciência de que o céu

ficará vazio, e só um ruído de insectos

perturbará o silêncio do mundo. No entanto,

abro a rede que usei quando as palavras

passavam à minha frente: e elas saem

de dentro dela e enchem a página, numa ordem

que segue o ritmo desse canto que ouvi

quando andei pelo campo da estrofe. É

como se um novo sentido surgisse desse

ritmo e fizesse cantar o silêncio.

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Talvez haja uma diferença entre as palavras

que temos connosco e as que nos fogem. Estas,

obrigam-nos a correr pela frase até encontrar

o que queríamos dizer; as outras, fazem

parte de nós e nem precisamos de nos esforçar

para que elas nos encontrem. Porém, sem

aquelas que não sabemos de onde surgem,

a que dicionário da vida pertencem, em que

obscuro quarto as perdemos, ou em que

luminosa manhã as ouvimos pela primeira

vez, o canto não chegará ao fim, como

agora que o ouço na voz do poema.

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9-6-23

 


Nuno Júdice es un ensayista, poeta, novelista y profesor universitario portugués. Consejero cultural de la Embajada de Portugal y director del Instituto Camões en París, publicó antologías, crítica literaria, historia, estudios de Teoría de la Literatura y Literatura portuguesa y mantiene una colaboración regular en la prensa. Divulgador de la literatura portuguesa del siglo XX, publicó, en 1993, Voyage dans un siècle de Littérature Portugaise. Organizada la Semana Europea de la Poesía, en el ámbito de Lisboa ’94 – Capital europea de la cultura. Es actualmente director de la Revista Colóquio-Letras de la Fundación Calouste Gulbenkian. Poeta y novelista, su debut literario tuvo lugar con A Noção de Poema (1972). En 1985 recibiría el Premio Pen Club, el Premio D. Dinis de la Fundación Mateus en 1990. En 1994, la Asociación Portuguesa de Escritores, lo distingue por la publicación de Meditação sobre Ruínas, finalista en el Premio Aristeion de Literatura Europea. También firmó obras para teatro y tradujo a autores como Corneille y Emily Dickinson. Fue director de la revista literaria Tabacaria, publicado por Casa Fernando Pessoa y comisario para el área de Literatura portuguesa en la 49.ª feria del libro de Frankfurt. Cuenta con obras traducidas en España, Italia, Venezuela, Reino Unido y Francia. El 10 de junio de 1992, se convirtió oficial de la Orden de Santiago de la Espada, y el 10 de junio de 2013, fue ascendido a gran oficial de la misma orden..

Edip en Colofón

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Tragedia de enredos

(Primer Acto)

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Sobre Edip en Colofón

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La física del siglo XX introdujo en nuestra visión del mundo los términos fundamentales de relatividad e incertidumbre, mismos que, en un sentido más amplio, podrían resumir el espíritu de nuestro tiempo. Pero ya hace más de dos mil años, la leyenda de Edipo planteaba la relatividad de toda sentencia formulada por los Dioses, cuyo contradictorio significado nos condena, ingenuos mortales, a vivir en una permanente incertidumbre.

El Edipo de Sófocles, posiblemente el más perfecto drama griego que haya llegado hasta nosotros, es utilizado por Aristóteles, en su Poética, como paradigma del género trágico. Pero Edipo Rey también prefigura el Teatro del Absurdo, con sus personajes atrapados en paradojas irresolubles, donde cualquier decisión termina por conducirlos al punto de partida. La complicada secuencia de casualidades y malentendidos que lleva a Edipo a Corinto, primero, más tarde a Delfos y por último a cumplir su destino en Tebas, puede suscitar la envidia de cualquier dramaturgo especializado en comedias de enredos.

Los extremos se tocan, cerrando de nuevo el círculo: a fin de cuentas, tal vez Aristófanes y Sófocles no sean más que la misma cara de la moneda, así como Tebas y Corinto representaron, para Edipo, dos posibilidades de un mismo destino.

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Flavio González Mello

México, 2007

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Caminar en círculos hasta la muerte*

Alegría Martínez

Para su autor, Flavio González Mello, Edip en Colofón es una obra complicada, de alto riesgo, con numerosos temas y líneas de discurso. Entre otros, la pérdida de la memoria, la imposibilidad de evitar el destino, y un tabú vigente en los albores del siglo XXI: el incesto.

Gobernada por el círculo, la espiral y el cero, formas por las que se dejó seducir el dramaturgo, la obra habla de la memoria desde el punto de vista político, histórico, social, sobre todo individual. La pregunta que subyace es: ¿en qué medida nuestra identidad se basa en nuestra memoria, compuesta por lo que recordamos aunque tal vez eso no haya ocurrido? ¿Quiénes, entonces, imaginamos ser? Hasta dónde estamos condenados a cumplir con algo que está preestablecido, o a repetir errores ya cometidos es algo que el autor se cuestiona en este texto, que trata del destino. Cierto también que “la física del siglo xx introdujo en nuestra visión del mundo los términos fundamentales de relatividad e incertidumbre; términos que, en un sentido más amplio, podrían resumir el espíritu de nuestro tiempo”.

“El incesto -dice González Mello- es uno de esos tabúes que siguen vigentes en cualquier nivel social o cultural. En la actualidad, ¿seguimos condenando a Edipo por haberse acostado con su madre sin conocer su identidad, para su descargo? ¿Se debe reprimir, o vivir culpígenamente una pasión incestuosa? No tengo una respuesta, pero la obra explora varias posibilidades.”

Casi tres años tardó Flavio González Mello en escribir, como lo reconoce, su obra más difícil a la fecha, surgida de una idea sencilla que dio paso a un texto complejo, a partir de lo que sucedería al leer las historias clínicas de enfermos del lóbulo frontal, condenados a perder la memoria cada cinco minutos o media hora, lo que el autor relacionó con el concepto de anagnórisis que lo llevó a imaginar a un Edipo cuya toma de conciencia podría ocurrir quince veces en un mismo día.

Al bosquejar la trama de esta obra, cuya primera versión duraría ocho horas de representación, el dramaturgo mexicano se planteó todas las explicaciones y alternativas posibles sobre lo que habría sucedido en Tebas, a lo largo del camino y entre el Oráculo y Edipo. Cuántas maneras habría de explicar lo que pasó con los mismos hechos del mito, según Sófocles, pero expuestos de otra forma.

Así es como Edip en Colofón se deriva de lecturas sobre la multiplicidad de teorías para explicar un mismo acontecimiento. Ahí es donde la obra se volvió una enorme novela, e hizo falta practicar algunos cortes que dejaron fuera a personajes como Layo y otros. Aunque González Mello lo lamenta, acepta que no era posible conservarlo todo, por lo que se concentró en el núcleo. Sin embargo, tratándose de personajes como Antígona, Creonte y Edipo, dejó al menos sugeridas historias aledañas y explicaciones alternativas de lo sucedido en Tebas.

La obra transcurre en Colofón, ciudad jónica poco conocida, cuya fundación se atribuye a Mopso, adivino y nieto de Tiresias. Allí compitieron Mopso y Calcante, también adivino, quien al verse derrotado se suicidó. Tierra rica en colofonia, resina utilizada para dar adherencia al arco de algunos instrumentos de cuerdas.
“Ahí, en Colofón había un oráculo. En español la palabra puede significar el final de algo, y la obra juega con el final que es el principio y viceversa, por lo que me pareció que Colofón es uno de esos regalitos que de pronto tiene la investigación.”

Desde tiempo atrás, Flavio González Mello ha pensado que la historia de Edipo puede verse como una tragedia, una farsa o un thriller y se interesó por explorar esa zona en que es posible la tragedia, pero que, al cambiar la perspectiva, se convierte en una farsa terriblemente absurda. Quiso transitar en la frontera entre dos géneros y así escribió esta obra, que es una tragedia de enredos.

“Me choca la idea de que hay un teatro serio y uno deba sentarse a verlo desde esa postura. Coincido con Jorge Ibargüengoitia y con Juan Tovar respecto a que lo que existe es la tragicomedia y quise ver lo que pasa si le aplicas reglas o convenciones de la comedia de enredos a una historia trágica, porque de alguna manera el mito de Edipo es un enorme enredo, una tragedia llena de malenten- didos. Eso de que el protagonista diga: yo pienso que eres mi mamá y huyo de ti, pero no lo eres, por ejemplo, es casi una comedia de boulevard.”

Para su autor, que la acción de Edip en Colofón transcurra en un hospital psiquiátrico, es algo tomado de la realidad del siglo XXI. “Este tipo de enfermedades comunes hoy en día como el alzheimer y otras que guardan similitudes, tiene que ver con la pérdida de la memoria de corto plazo y con las actitudes que desarrollan las familias para afrontar a una persona con cierto grado de amnesia, respecto a qué se le dice y qué no, lo que se sacrifica o se deja de hacer por cuidarlo, y cómo preservarlo del sutrimiento sin aprovecharse de esa situación.”

El personaje de Edip, creado por González Mello, tiene una condición contradictoria, fragmentada, por lo que a veces se comporta como un niño tierno, en ocasiones se vuelve un adulto cruel y en otros momentos es víctima de la enfermedad de la broma, es decir, no tiene inhibiciones, es procaz y hace alusiones al sexo y a temas que para los demás están prohibidos. Esto lo hace vulnerable, a él y a los otros, y, en opinión de su autor, se vuelve interesante porque tiene un lado muy sano que libera la necesidad de provocar y decir lo que nadie se atreve.

“Está documentado que quienes sufren lesiones en el lóbulo frontal pierden su identidad, porque carecen de estructura interna, pero cuando presencian un elemento externo como la música, la poesía, o como sucede en la obra, que Edipo participa en el montaje de una puesta en escena, el diálogo teatral le devuelve momentáneamente esa estructura interna y puede recuperar la capacidad de la coordinación y una normalidad aparente mientras dura la obra.”

Cuando Creonte, gobernante y cuñado de Edipo, requiere que éste salga cinco minutos de su laberinto mental para que le pueda dar la respuesta de un acertijo que según él Edipo sabía y olvidó, se vale de la representación teatral en el psiquiátrico. El teatro dentro del teatro tiene un uso terapéutico en el tercer acto de esta obra, para ver si Edip, después de 30 años, puede volver a ser quien fue durante la hora que dura la representación del Edipo de Sófocles en el hospital, asevera González Mello, quien aplicó estructuras de tragedia de enredos a personajes de trayectoria trágica y buscó todos los resquicios posibles para ir hacia lo que no es convencionalmente trágico. Como Ionesco, él opina que lo absurdo es lo más trágico y por eso nos reímos.

“Dejar al personaje de Epíndaro, que es un autor dramático, dentro de la obra, se debe a la fuerte tentación de ubicar a un personaje cercano que padeciera el teatro y todo lo que implica. Esta obra habla del destino inescapable; el de este dramaturgo es volver a hacer teatro, porque él ya está retirado cuando lo llaman. Epíndaro ya no quiere saber nada de ese mundo y termina teniendo los mismos problemas de siempre; ése es el veneno del teatro.”

En cuanto al imán irresistible que es el teatro griego tanto para autores como para directores, Flavio González Mello, estudioso de la teoría dramática y maestro, continuamente retorna a la Poética de Aristóteles y en buena medida, asevera, ésta siempre remite a Edipo y a la Odisea.

“Creo que Edipo es la fábula teatral y la paradoja más perfecta que se haya imaginado, porque en la medida en que escapas a tu destino te acercas a él y si te quedas parado, éste llega a ti, idea que siempre me ha fascinado y que ronda el absurdo.”

El autor trató de jugar con el código griego, pero en nuestro idiomna y en un tono paródico. Recuerda que Emilio Carballido, su maestro, intentó hacer algo parecido en Medusa, donde quiso romper con el elevado lenguaje de este tipo de personajes, textura que le gusta más que tratar de sonar a griego, lo que le parece de una tremenda artificialidad.

“En México, si escribes una obra histórica, te identifican como dramaturgo de ese género, y si escribes dos, no existe modo de quitarse esa etiqueta.” El autor de 1822, el año que fuimos imperio, Lascurain o la brevedad del poder y Olimpia 68, que tienen ese perfil, dice, sin embargo, que no tiene obsesión por hablar de la realidad mexicana ni de su historia.

“Me planteé un código para representar la antigua Grecia y a la vez un hospital psiquiátrico y decidí que todo iba a ocurrir en el cerebro, en la mente de un hombre, como si soñara o estuviera imaginando, terreno en el que los tiempos coexisten y nadie ve contradicción alguna en eso, como sucede en los sueños; así que esta obra es el mito de Edipo imaginado por un cerebro mexicano con enfermeras y cuidadoras de nuestro país.”

La relación de trabjo entre el director Mario Espinosa y el dramaturgo descansa sobre un buen diálogo, porque a partir de su experiencia en el cine como director y guionista, Flavio González Mello piensa que el autor debe hablar muchísimo con el director y luego dejarlo hacer.

“Tenía muchas ganas de trabajar con Mario Espinosa desde hace tiempo. Particularmente me entusiasmó su puesta en escena de Copenhague, de Michael Frayn, que es el tipo de teatro que habría que hacer: divertido, inteligente, económico y fuerte en escena; y ahora se dio esta oportunidad de trabajar juntos. Platicamos durante muchas sesiones sobre qué dejar y qué no del texto original, pero Edip en Colofón es una obra complicada y a mí me interesaba mucho este diálogo porque posee cosas que parecen detalles insignificantes, pero en algún nivel del discurso tienen que ver.”

EDIP: Todos andamos perdidos en el laberinto de la vida por culpa de las parteras, que nos cortan el cordón que debía orientar nuestro regreso a casa y lo entierran muy profundo para que nunca lo encontremos, condenándonos a caminar en círculos basta la muerte.

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*Este texto fue publicado originalmente en González Mello, Flavio. Edip en Colofón. Tragedia de Enredos. México: Jus / Compañía Nacional de Teatro, 2009.

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A Dobrina.

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Épica de la inmediatez

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.Épica de la inmediatez.

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El lenguaje utilizado en ocasiones puede parecer muy técnico, por lo que si no es conocedor de ciertos términos utilizados en redes sociales, aplicaciones, programación, etc., puede resolver sus dudas al finalizar.

Guarde silencio.

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Aquí empieza la épica de la inmediatez

No tienes que leer a Homero para entender lo que es épica, la Wikipedia te la resume.

O busca lo que significa épica en la RAE. Para que sepas de lo que estamos hablando.

Esto es ficción solamente.

Esto empieza así:

Acto I

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1.1Agustín y Luisa

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#personajescuriososenlaciudad

Cochinito_punk compartió una foto

Este tipo está sentado en la misma mesa desde hace dos horas. Tomó un expreso y nada más. Parece que está esperando a alguien. No deja de observar un teléfono móvil que está en la mesa. A veces observa su propio teléfono. Pero no despega la vista del celular que está en la mesa… Habla con alguien que no está. Una chica. Habla como si la chica estuviera ahí o allá pero no hay alguien a quien hablarle. Lo encontré interesante y por eso tomé esta foto. Saquen sus conclusiones.

Agustín: Es un teléfono bonito. No sé si sea de los más recientes, pero tiene un diseño lindo, elegante. No entiendo mucho del funcionamiento de estas cosas. El que yo tengo es muy sencillo, apenas lo uso para hacer llamadas o mensajes. Tienes una foto bloqueando la pantalla… Supongo que eres tú. Te ves linda.

Luisa: Gracias.

Agustín: No hablas mucho.

Luisa: ¿Ya has visto las otras fotos?

Agustín: No.

Luisa: ¿Por qué?

Agustín: Hablaría muy mal de mí/

Luisa: Yo no tengo problema/

Agustín: Sería como invadir tu privacidad. Yo tengo datos y cosas muy personales en el mío/

Luisa: Ya no lo necesito.

Agustín: Eso no lo sé.

Luisa: ¿Tú crees que voy a necesitar un teléfono ahora?

Agustín: Estoy esperando a que llames para entregártelo.

Luisa: Llamará alguien pero no seré yo.

Agustín: ¿Por qué dices eso?

Luisa: Tú lo sabes.

Agustín: Soy una persona honrada y esperaré a que alguien llame. En otras circunstancias habría dejado el teléfono ahí. Es normal que a veces olvides el teléfono en el taxi, en un parque, en el sanitario. Yo lo olvidé una vez en la montaña rusa.

Luisa: ¿La montaña rusa?

Agustín: Sí, la montaña rusa. La vieja, la clásica que está en Chapultepec. Voy dos o tres veces al mes. Es parte de una terapia personal.

Luisa: ¿Eres esquizofrénico o psicópata?

Agustín: No, no. Es ansiedad. Desde mi divorcio todo me pone mal. Todo. El doctor dice que es una psicopatología que nos pasa a todos. ¿Quieres un café?

Luisa: No. ¿Qué es psicopatología? Sólo conozco a los locos, asesinos, pervertidos…

Agustín: Ninguno de esos. Es algo más complejo. Soy un tipo complejo. Y divorciado. No tengo ningún compromiso desde hace varios meses. Nada me ata a esa mujer. Nada.

Luisa: Ah.

Agustín: ¿Has estado con un divorciado?

Luisa: No lo sé. ¿Por qué no revisas el teléfono? Tal vez ahí sabremos si soy casada, divorciada, viuda/

Agustín: Lo importante es que funciona eso de la montaña rusa. Ahí puedo gritar y liberar un poco la ansiedad sin que los demás me vean raro. Como si desahogarse fuera un crimen. Como si los demás no tuvieran necesidad de gritar. Emmm… Esa vez olvidé mi teléfono en la montaña rusa y alguien lo encontró. Llamé cuando me percaté que no lo tenía y una señora muy amable me dijo donde nos veríamos para devolverlo. Y así, me lo dio.

Luisa: Debiste dejar mi teléfono donde estaba.

Agustín: Alguien más pudo tomarlo y hacer mal uso de él, podrían venderlo, otra persona podría usarlo. Es tan fácil borrar todos los datos. Borrar lo que eres. O con tanta gente que pasa, seguramente alguien lo aplastaría.

Luisa: ¿Se me cayó, viste cuando lo tiré?

Agustín: No puedo responder eso. Solo iba pasando por esa calle cerca del canal y ahí estaba… ¿Qué hacías en ese lugar? Es muy peligroso.

Luisa: ¿Es peligroso?

Agustín: Mucho.

Luisa: ¿Y tú qué hacías por el canal?

Agustín: Vivo a dos calles de ahí. Huele horrible pero la renta es barata. Esa mujer me quitó todo en el divorcio. La batería del teléfono se está agotando.

Luisa: Revísalo, por favor. ¿No tienes curiosidad de saber quién soy?

Agustín: Lo descubriré cuando nos citemos para devolvértelo.

Luisa: Si el teléfono se apaga, no podré llamarte.

Agustín: Cuando llegue a casa lo cargo de nuevo y seguiré esperando. No puedo revisarlo.

Luisa: ¿Qué más viste cuando pasabas por ahí?

Agustín: Nada. Estaba oscureciendo. Es una calle muy solitaria, ¿qué hacías por ahí?

Luisa: Ya me lo preguntaste. ¿Por qué no investigas?

Agustín: Bueno, tal vez daré un vistazo rápido. ¿No te molesta?

Luisa: Anda, yo te observo.

Agustín: ¿Estás segura?

Luisa: Hazlo.

Agustín: Pensé que lo tenías bloqueado. Deberías hacerlo. Agrégale una contraseña, un patrón, algo. Mira, ya puedo ver todo.

Luisa: Debo ser distraída y olvido las claves constantemente. Sigue revisando.

Agustín: Creo que antes de seguir deberías saber que soy un tipo normal. Divorciado, doy clases en un colegio privado. De matemáticas, no de las simples, manejo muy bien la geometría analítica y el álgebra lineal. No tengo compromisos desde hace unos meses.

Luisa: ¿Y a qué viene eso ahora? Aquí no importa quién eres tú. Importa que descubras quién soy yo.

Agustín: Pero siento que con esto estamos llegando a cierto nivel de intimidad, ¿no crees? Cuando nos conozcamos realmente yo sabré muchas cosas de ti y eso no pone la situación en un balance justo.

Luisa: Estoy empezando a dudar que seas un tipo normal. Anda, abre el facebook o el twitter, whatsapp. ¿Tengo Instagram, Tinder?

Agustín: Acá hay un Facebook. Espero que no se apague antes de… Luisa. Tu nombre es Luisa Viento del Sur. Ese no es tu apellido, ¿verdad? Yo soy Agustín Soler.

Nació el 15 de julio de 1991. Trabaja actualmente en Café Don Pedro. Representante de ventas de Colchas y edredones Alonso. Vive en Ciudad de México.

Luisa Viento del Sur cambió su foto de perfil hace 20 horas.

Luisa Viento del Sur compartió la publicación de Claudia Hernández: “Descubre tu personalidad con el café gitano”

Luisa Viento del Sur actualizó su estado:

Te das cuenta que no hay nadie en quién confiar cuando enfermas y no hay nadie que te cuide

Agustín: No dice mucho. ¿Estás en una relación?

Luisa: ¿Sí? No. ¿Tú qué crees?

Agustín: Hay pocas fotos. En casi todas te ves triste. Las demás son basura de cadenas con frases de superación. Hay una donde cargas un bebé. ¿Es tu hijo? ¿Tu sobrino?

Luisa: ¿El niño se parece a mí?

Agustín: El pie de foto dice: “Los martes son los favoritos porque puedo estar contigo”. Sí, debe ser tu hijo.

Luisa: ¿Cómo se llama?

Agustín: Es suficiente. La batería ya no aguantará más. Es mejor que pida la cuenta y vaya a casa.

Luisa: Revisa los mensajes, ¿con quién hablé? ¿En el teléfono no hay más fotos?

Agustín: No me interesa saber más. Voy a ir a casa, conectaré el teléfono, esperaré tu llamada y te lo entregaré. No pienso investigar seguir hurgando en tu intimidad.

Llamada entrante: Nora.

Luisa: Ahí está la llamada.

Agustín: ¿Quién es Nora?

Luisa: No sé. Investiga.

Agustín: Nora va a pensar que he robado tu teléfono.

Luisa: Vas a devolverlo, no te has robado nada.

Agustín: Hola.

Qué tal.

Ehh, yo tengo el teléfono de…

Bueno, no sé de quién es pero lo encontré estar tarde tirado en la calle…

No, solo encontré el teléfono y…

Ah, es de tu hermana…

Yo me llamo…

Cuando localices a tu hermana puedes decirle que esté tranquila, voy a devolver su teléfono.

Solo hay que ponernos de acuerdo…

Puedo verla a ella o a ti en un café por el norte de la ciudad. O dime y me acerco a…

Lo encontré en la calle Juan Doblado, es por donde está el canal de aguas negras…

Antes era un río, pero…

No sé, yo vivo por aquí y…

Entiendo…

Sí.

Un gusto. Yo me llamo…

Pedro.

Espero que no haya pasado nada malo…

Claro. Para lo que se ofrezca.

Hasta pronto.

Luisa: ¿Qué pasa?

Agustín: Vamos a casa, Luisa.

Luisa: Dime qué pasa.

Agustín: Nada. No sabe dónde estás. Saliste del trabajo hace unas horas y… Tu hermana va a llamar más tarde.

Luisa: ¿Es amable mi hermana?

Agustín: Sí, supongo. Está preocupada.

Luisa: ¿Cómo se llama?

Agustín: Nora. ¿Es guapa tu hermana? ¿Está soltera?

Luisa: ¿Cómo voy a saberlo? Tengo hambre.

Agustín: Te haré algo de cenar cuando lleguemos a casa.

Luisa: No acostumbro ir a la casa de un desconocido.

Agustín: Creo que no tienes opción, Luisa. No me gusta cómo nos ven.

Luisa: Es lógico. Tienes una psicopatología compleja.

Agustín: Me encantaría conocer a la verdadera tú. ¿Serás igual de encantadora?

¿Dónde estás Luisa? ¿Dónde te habrás metido?

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1.2 Nora

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Nombre de contacto: Luisa Solano.

Desconectado.

Última conexión: hace tres semanas.

¿Desea dejar un mensaje de video?

Aceptar.

Nora: He comprado las medicinas para la alergia de Luis.

Compré suficiente para un mes, así que no te preocupes.

Luis ha estado bien en general pero debo estar pendiente.

A veces deja de respirar cuando duerme.

Me las he arreglado como puedo, Luisa.

Lo despierto por la mañana, le doy un baño y lo llevo a la guardería.

No está acostumbrado a despertarse tan temprano, casi siempre va dormido en el taxi.

He estado pensando en llevarlo en el autobús porque gasto demasiado.

Con mi nueva situación no puedo darme ciertos lujos.

Como sea, el niño está bien. Aunque ya no sé qué decirle.

Últimamente ha hecho berrinches.

Empieza a llorar por cualquier cosa y no lo puedo calmar.

No pregunta por ti. Pero supongo que te extraña.

Casi no habla, ¿verdad?

Come bien. Duerme bastante.

Y me pongo a pensar que esto de mi separación cayó en el momento justo.

No habría podido hacerme cargo de Luis si no hubiera regresado a vivir contigo.

Ese asunto va lento, pero mi abogada dice que en tres meses ya estaré divorciada.

Aunque si quiero sacarle más provecho al asunto, el proceso podría tardar hasta cinco años.

Me encantaría quitarle todo lo que pueda al hijo de puta.

Así que aún estoy indecisa. ¿Tres meses o cinco años para ser soltera otra vez?

¿Tú qué harías?

Bueno, en tu caso no podrías quitarle mucho a Santiago.

Estoy muy cansada pero no tengo sueño.

Estos días no he dormido bien, me la paso haciendo llamadas, buscando pistas, intentando entender…

Buscándote.

¿Dónde te metiste Luisa?

Apenas puedo creer que hayas desaparecido así, sin dejar pistas.

Es complicado vivir esto.

A veces pienso…

Sé que está mal pero me encantaría que un día me llamaran para decirme que encontraron tu cuerpo.

O recibir un mensaje tuyo en el que me digas que estabas harta y que decidiste dejar todo y te la estás pasando genial en una isla.

Me dijiste que querías ir a Cancún.

¿SÍ te fuiste, desgraciada?

Bueno, al menos te hubieras llevado al niño para que conociera el mar.

Hubieras avisado.

Pero desaparecer así…

En el trabajo estoy muy mal, he pedido permiso varios días.

Y estoy aguantando, Luisa.

Me pongo a pensar que si estuvieran vivos nuestros padres, no sé si podría aminorar su angustia.

Te borraste del mapa, pinche Luisa.

He intentado recuperar tu teléfono celular pero el tipo que lo tiene ya no contesta.

Sólo sé que se llama Pedro.

A veces está encendido porque entra la llamada, pero no responde.

Y hay días en los que está apagado completamente.

Voy a denunciarlo.

Ya fui con la compañía telefónica y me dieron un reporte de tus últimas llamadas.

Pero nada relevante.

Lo que sé es que el tipo que tiene tu teléfono lo está usando.

Aunque por ahora todas mis energías están puestas en encontrarte.

Ya está tu foto en todos lados. Al menos en el metro y en algunos postes.

Escogí la foto en la que estás con esa blusa amarilla que te gustaba.

No sabía si usar esa o en la que traes el uniforme de la cafetería.

Aunque estos idiotas que están “investigando” son realmente incompetentes.

Ayer estuve a punto de golpear a uno de ellos.

Armó un mapa de tu supuesto recorrido. Desde que saliste de la cafetería hasta el lugar en el que dice, el tal Pedro, que encontró tu teléfono, cerca del canal.

Pasó menos de una hora.

Llegaste muy rápido a ese lugar si tomamos en cuenta la distancia y que a esa hora la ciudad es un caos.

¿Qué estabas haciendo por esos rumbos?

El caso es que el idiota que armó el mapa del recorrido insinuó que tenías un romance con alguien, que ese alguien te llevó en su auto y que posiblemente te llevó a uno de los hoteles de paso que hay por la zona.

Hijo de puta.

No me contaste nada de eso.

¿Conociste a alguien?

El investigador idiota dice que verá la forma de acceder a tu correo personal y a tu cuenta de facebook para revisar los mensajes.

Si tuviéramos tu teléfono o más pistas, todo sería más fácil.

Me siento un poco estúpida haciendo esto. Pero si apareces, quiero que quede como un testimonio de lo que han sido estos días de ausencia.

Me han dicho que haga una campaña para localizarte por redes sociales, pero creo que debemos esperar.

No quiero armar tanto escándalo, quiero pensar que estás bien.

Me quiero quedar con la versión optimista: simplemente quisiste fugarte unos días y mandar a la mierda todo.

Yo he tenido esas ideas a veces, pero soy más cobarde que tú.

Luisa Solano está en línea.

Finalizar mensaje de video.

Iniciar videollamada.

Contesta, Luisa.

Luisa, te estoy llamando. Contesta.

Luisa está escribiendo.

¿Dónde carajos estás?

¿Estás bien? Te he buscado por todos lados.

Luisa dice: Hola.

¿Cómo que hola? ¿Dónde estás?

El niño está preguntando por ti. ¿Qué se supone que debo decirle?

Ya hice una denuncia y están buscándote. Hay carteles con tu foto por todos lados.

Te acabo de mandar un video.

Contestaaaaaa.

Luisa está desconectada.

Luisa. Puta madre. Luisa.

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1.3. Jesús y Susana

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Antecedentes de lo que será un caso indignante que sacudirá a la comunidad durante algunos días.

Feminicidio.

Hashtag JusticiaparaLuisa

Hashtag Niunamas

Favor de guardar discreción y compostura.

Aunque se recomienda no dejar de reaccionar, compartir y dar like.

La inmediatez es lo de hoy.

Así empiezan las revoluciones.

Jesús: A mi favor debo decir que las pocas veces que la vi, fue a través de la ventana de mi oficina que da al café donde trabajaba. Jamás la acosé o atemoricé. Nunca hice algo que le generara angustia, fui un voyerista tranquilo. Porque mi personalidad es así.

Susana: No sé, Jesús. Yo no podría definirte como un tipo tranquilo.

La cerveza sabe horrible. Le dije a Carlos que ya no comprara de éstas. Recién cuando las lanzaron eran buenísimas pero ahora… ¿Te ofrezco otra?

Jesús: No, gracias. Unos policías estuvieron ayer en el café. Y he estado pensando que si me acusan de algo, le pueden preguntar a mi madre o a ti.

Susana: Ya te dije que yo no podría dar buenas referencias sobre ti. ¿Por qué no le dices a la madre de tu hija?

Jesús: ¿Michelle? No terminamos muy bien. No me deja ver a mi niña desde hace meses.

Susana: Será porque no eres una buena persona.

Jesús: ¿Qué te he hecho? ¿Cuando éramos novios te hice algún daño?

Susana: ¿Estás hablando en serio?

Jesús: Todas las parejas tienen crisis. Tú y yo tuvimos más momentos buenos que malos.

Susana: No pienso discutir eso. Si te tranquiliza, está bien, yo puedo dar fe que eres un buen tipo. ¿Pero me juras que no le hiciste nada a esa chica?

Jesús: Nunca he sido violento. Pervertido tal vez, pero a nadie se lo he externado.

Susana: ¿Pervertido tú, Jesús? Jamás lo habría pensado.

Jesús: ¿Estás usando el sarcasmo otra vez?

Susana: Por Dios, eres el tipo con la sexualidad más torcida que conozco.

Jesús: No es nada grave. ¿Lo dices por la pornografía extraña que veía por internet? Me divertía ver tu cara cuando te mostraba esos videos. No porque me excitara. Susana, parece que nunca me conociste realmente.

Susana: Está bien, te creo. Mira, Carlos no tarda en llegar…

Jesús: Podría verse como pervertido cuando a veces tomo el auto y observo a las putas de la calle, pero jamás les pregunto cuánto cobran, tampoco las insulto. Soy demasiado tímido para dirigirle un piropo en la calle a una muchacha que me gusta, mucho menos sería capaz de dirigir una obscenidad como lo hacen los hombres comunes cuando ven la piel desnuda de las piernas de una mujer cuando usa falda.

Susana: Te encanta cuando las chicas se ponen falda.

Jesús: Son maravillosas. Deberían decretar que las mujeres solo pueden usar faldas.

Susana: De eso sí me acuerdo “¿En qué momento les permitieron el uso de pantalones?” Eso decías, Jesús. Jamás te quedas con las ganas de gritarles una buena marranada cuando van por la calle con sus falditas.

Jesús: ¿Puedo continuar?

Susana: No, espera. Debes ser sincero conmigo. ¿De verdad no le hiciste nada a…?

Jesús: Luisa, se llama Luisa.

Susana: Sólo la espiabas.

Jesús: Sí.

Susana: ¿Entonces porque estás tan preocupado?

Jesús: No pones atención. Estoy tratando de explicarte, necesito que me escuches…

Susana: Está bien, te escucho.

Jesús: No quería que supiera de mi existencia. Sólo la observaba mientras cubría su horario de trabajo. Me fascinaba verla tomar la orden, llevar los platos, limpiar las mesas. Ver su rostro de decepción cada vez que le dejaban una propina mientras yo tecleaba en la computadora, atendía llamadas. Los dos tenemos un trabajo miserable. Pude conseguir su número de celular. Le marcaba varias veces al día y solo me quedaba callado. Más de una vez me insultó.

Susana: ¿Y para ti eso no es acosar?

Jesús: El día que desapareció supe que había renunciado.

Susana: ¿Cómo te enteraste?

Jesús: Su rutina fue alterada. Se veía entusiasmada, ya no servía café, pasó algunos minutos en la barra llenando unos formatos y se quitó el uniforme. No pude soportar la idea de no verla más.

Susana: ¿Y luego? ¿La encontraste en la calle, le hablaste, le dijiste que estabas enamorado de ella, le pediste disculpas porque la molestabas por teléfono?

Jesús: Eso haría un hombre ordinario.

Susana: ¿Qué eres tú, entonces?

Jesús: Si le hablaba, estoy seguro que todo se iba a acabar. Me gustaba así, imaginarme todo de ella…

Susana: Sin duda no eres un hombre ordinario… En el fondo creo que eres romántico, si hubieras sido así conmigo…

Jesús: Empezó a despedirse de sus compañeras. Era un hecho, jamás la volvería a ver si no hacía algo. Empecé a sudar frío y a dar vueltas por la oficina…

Susana: Como una película romántica.

Jesús: Salí corriendo, crucé la calle, entré al café.

Susana: Y la besaste.

Jesús: Eso es lo que haría un hombre ordinario, pero no.

Susana: Qué mierda con el hombre ordinario.

Jesús: ¿Has leído las noticias los últimos días?

Susana: Aquí está el periódico de ayer.

Jesús: ¿Puedes leerlo?

Susana: ¿Ya no sabes leer?

Jesús: Me duele la cabeza. Pasar tantas horas frente a la computadora me está afectando.

Susana: ¡Mírate! A veces no puedo creer cómo fue que estuve contigo en algún momento de mi vida.

Dice que al parecer el teléfono celular de Luisa “N” fue encontrado a unos 20 kilómetros del café en el que laboraba, último lugar en el que fue vista… ¿Qué pasó después de que la tuviste frente a ti?

Jesús: Me quedé en silencio, observándola.

Susana: ¿Y luego?

Jesús: Alguien me golpeó la cabeza.

Silencio.

Jesús: No sé quién. Tal vez fue ella.

Susana: ¿Sabes que esa versión es muy poco creíble?

Jesús: Pero es lo que pasó. Perdí el conocimiento completamente.

Susana: ¿No habrás tenido uno de esos ataques epilépticos que te daban? ¿Te sigues medicando?

Jesús: Fue un golpe en la cabeza, alguien lo hizo. Y estoy seguro que yo sólo la miré.

Susana: Alguien te golpeo y ese alguien puede haberse llevado a Luisa. ¿Es lo que tratas de decir?

Jesús: No sé. A mí me gustaría saber qué le pasó.

Susana: Tu versión es muy extraña. Como sea, pobre chica. Espero que no le haya pasado nada.

Jesús: ¿Y si me acusan, si me atrapan? Diré que soy una buena persona y que yo no pude haberla matado.

Susana: Voy a preparar algo de cenar.

Jesús: ¿Tú me crees?

Silencio.

Susana: Claro. Estoy segura que no le hiciste nada… Fue una casualidad. Tal vez no desapareció en ese momento. Aunque… Pudiste haber tenido un brote sicótico. A mí me golpeabas con el puño en la cara y no te acordabas de nada. Eras otro y actuabas como un imbécil, como si algo se hubiera apoderado de ti.

Jesús: Eso ya no pasa, Susana. ¿Vas a empezar a reclamarme otra vez por eso? Pensé que ya lo habías superado.

Susana: Me dejabas con la cara hinchada dos o tres días. Eso no se olvida fácil.

Jesús: Ahora somos amigos, Susana. Estás con Carlos que es un buen tipo, envidio tu vida.

Susana: Sí. Supongo que Carlos es distinto. A veces no sé si soy yo la que busca relacionarse con tipos raros. ¿Vas a quedarte a cenar?

Jesús: No, gracias. Debo irme. (Pausa.) No tengo muchos amigos, lo sabes, ¿verdad? Quería contarle a alguien…

Susana: Está bien.

Jesús: Y eso de los golpes que te daba… No fue mi intención…

Susana: Lo sé, Jesús. Fue bueno verte..

.

ACTO II

.

2.1 Luisa y Nora

.

Nora: ¿Tienes Wi Fi?

Luisa: No.

Nora: ¿Y cómo se supone que te conectas al internet?

Luisa: Me robo la clave del vecino.

Nora: ¿Y cuál es?

Luisa: No sé. Termina con cuatro efe A. Algo así. Debo irme a trabajar.

Nora: ¿Sigues en la cafetería?

Luisa: Sí, pero voy a renunciar.

Nora: Acá hay una que termina en 4fuckA

Luisa: Ésa es. La clave es foquitosrojos.

Nora: Bah. Qué original. ¿Y por qué la renuncia? Ya llevabas un rato en esa cafetería.

Luisa: Unos meses. Pero encontré otra cosa.

Nora: ¿Y cómo le sacaste la clave a tu vecino?

Luisa: Soy más sociable que tú, Nora.

Nora: ¿Te acostaste con él?

Luisa: ¿Cómo crees? Ya voy tarde, si sales, no vayas a cerrar.

Nora: Espérate. ¿No puedes llegar más tarde?

Luisa: Mi jefe ha estado insoportable estos días.

Nora: ¿Dónde está mi sobrino?

Luisa: Lo dejé en casa de Dalia.

Nora: ¿Lo dejas diario con ella?

Luisa: Lo cuida bien.

Nora: Pero esos dos niños que tiene son horrendos. Unos maleducados. Y no es por nada, pero su esposo tiene cara de pedófilo.

Luisa: Nora.

Nora: Dime que soy una paranoica pero… Yo lo puedo cuidar mientras esté aquí.

Luisa: Gracias. Ya veremos, cuando regrese platicamos sobre eso y…

Nora: Quédate un poco más. Tengo que contarte.

Luisa: Nora, de verdad, no conoces a mi jefe…

Nora: Sabía que el idiota se estaba comportando raro. Y yo como que lo quería negar. Después de todo, no dejó de consentirme, íbamos a cenar dos o tres veces a la semana. Pero los últimos dos meses me empezó a joder con que tuviéramos un hijo/

Oye, no sirve el internet.

Luisa: Es un poco lento. Bueno, ya me voy…

Nora: A ver, cuánto te pagan por día. Toma. Con esto repones…

Luisa: Nora, no se trata de eso.

Nora: Ya vas a renunciar, ¿no? Qué más da si faltas. Deja de portarte como una egoísta y escúchame.

Luisa: Guarda tu dinero, por favor.

Nora: Si voy a quedarme unos días aquí, tendré que contratar internet. Ni siquiera tienes línea de teléfono ¿verdad?

Luisa: La cancelé, no puedo pagar…

Nora: ¿O sea que ya perdimos nuestro número? ¿Cuántos años tuvimos esa línea? Fue como otra herencia de nuestros padres. No lo puedo creer. ¿Por qué no me avisaste?

Luisa: Lo siento, no pensé que le guardaras tanto cariño a una línea telefónica. Y te pido que no contrates nada. Si te vas, después me vas a dejar un problema…

Nora: Está bien, no contrato nada. Como sea, no pienso quedarme muchos días, no te preocupes. Voy a esperar un retroactivo y con eso me buscaré un departamento. Además acá ya no me gusta.

Luisa: Bueno, claro que no se compara con el lugar en el que vive Osvaldo…

Nora: Claro, te estaba contando. Desde hace dos meses, no me deja de joder con eso de tener hijos. Le entró la crisis de la edad, no sé, pero como jode con eso. Yo le digo que así estamos muy bien, le he enlistado toda la cantidad de cosas que dejaríamos de hacer si tenemos un hijo y la cantidad de gastos que eso implica. Y perdóname pero le he puesto de ejemplo cómo vives.

Luisa: ¿Cómo?

Nora: Sí, bueno… Que trabajas muchas horas, que desde que te embarazaste empezaron los problemas fuertes con Santiago, hasta que… Bueno, no tienes quien te cuide a Luis y… Tú eres muy fuerte, Luisa. Con lo de la enfermedad del niño, no sé… Si a mí me pasara eso con alguno de mis hijos, no podría.

Luisa: Te acostumbras, Nora. Las cosas van saliendo.

Nora: Sí, es lo que le digo a Osvaldo. ¿Para qué sufrir a lo idiota? Se pueden evitar tantas cosas. Pero no sé qué piensa, el caso es que se mensajeaba con una zorra que le decía que ella le daría un hijo y todos los que quisiera. ¿Puedes creerlo? Hijo de puta egoísta.

Luisa: Qué mal que estés pasando por esto, Nora.

Nora: Oye, ¿no puedes ir con tu vecino y decirle que reinicie su módem o haga algo? Me urge conectarme. Seguro tengo muchos mensajes de ese idiota pidiéndome que vuelva.

Luisa: Tienes que esperar un poco.

Nora: Y bueno, ¿cómo está mi sobrino? Sigues llevándolo al médico, ¿verdad? Un amigo de Osvaldo es alergólogo, buenísimo. Luego te paso sus datos pero creo que es un poco caro. Si quieres después le llamo y le pido que te haga un descuento o algo.

Luisa: No quiero que te quedes aquí.

Nora: ¿Qué dijiste?

Luisa: Es casa de nuestros padres y también tienes derecho a… Yo vivo aquí ahora y creo que no es buena idea que…

Nora: Tienes razón. La casa era de nuestros padres y si alguno de ellos viviera te aseguro que no tendría problema con que me quedara, sobre todo tomando en cuenta que estoy pasando por momentos complicados…

Luisa: Lo sé, pero tú y yo nunca nos hemos llevado bien y…

Nora: Siempre te he tolerado, Luisa. Somos muy distintas pero jamás te he agredido como tú lo has hecho… Eres la menor, la chiquita, y he entendido eso, que siempre hay que cuidarte y aguantar tus berrinches… Y prestarte mis cosas…

Luisa: Puedes quedarte en otro lado. Lo siento, Nora. No es buena idea.

Nora: Bien.

Luisa: Me apena mucho…

Nora: No. Te entiendo. No soy muy buena compañía. Mucho menos ahora. Pediría un coche si tuviera internet. Las maletas pesan un poco.

Luisa: Si quieres voy a parar uno a la calle.

Nora: ¿Sabes que siempre quise ser hija única? Bueno, tu llegada no fue muy agradable. Y más de una vez quise que te pasara algo, o deseaba que te enfermaras. De niña lo pensaba mucho. Cuando crecí lo deseaba más. Creo que diario había un pensamiento negativo dedicado a ti.

Luisa: Voy a buscarte un taxi.

Nora: Puedo llamarle a Osvaldo y pedirle que te consiga un trabajo. Uno de sus amigos tiene un bar en una de esas ciudades de la frontera. No recuerdo. Las viste como putas y ganan buen dinero. Seguro ganarías mucho más que en ese café al que vas a renunciar. Ese tipo de trabajos es bastante cómodo para espíritus mediocres como el tuyo. Y el niño…

Luisa: No metas a mi hijo en esto.

Seis mensajes de Whatsapp de 2 conversaciones

Nora: Mira, tenías razón. Ya tengo internet.

Luisa: ¿Sabes qué? Quédate si quieres. Debe ser horrible ser tú y no tener a quien acudir.

Nora: Siempre tan linda, Luisa. Está bien, me quedaré una noche tal vez. Vamos a ver cómo funciona, ¿no?

Luisa: Voy a trabajar.

Nora: Oye, no te vayas así. No te enojes, no hagas berrinche.

Luisa: Claro, Nora. Estoy bien.

  Conversación con Osvaldo:

  Karina va a mudarse conmigo.

  Supongo que no te molestará que use algunas cosas que dejaste.

  Que te vaya bien, Nora.

  Espero que encuentres tu camino.

  Conversación con Sara:

  No rompas la cadena.

  En 2012 un científico de Harvard inició esta cadena científica que demuestra

  qué tanto aprecias a tus amigos…

  Borrar conversación.

.

2.2 Agustín y Jesús

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Jesús entra buscando a alguien. Revisa su teléfono.

Has llegado a tu destino.

Jesús escribe un mensaje.

Mensaje a Luisa:

¿Dónde estás? Ya llegué.

Jesús está a punto de salir pero Agustín lo detiene.

Agustín: Espera. ¿Buscas a Luisa? Soy… Luisa no vendrá.

Jesús: ¿Perdón?

Agustín: Siéntate.

Jesús: ¿Tú eres el que escribía?

Agustín: ¿Quieres sentarte?

Jesús: No.

Agustín: ¿Quieres saber de Luisa?

Jesús: No.

Agustín: ¿Entonces por qué viniste?

Jesús: Pensé que ella escribía… ¿Qué le hiciste?

Agustín: Calma. No he hecho nada. Yo tampoco sé donde está. Siéntate.

Jesús: No entiendo.

Agustín: Es su teléfono. Lo encontré. Pero no sé dónde está.

Jesús: ¿Y por qué me contactaste?

Agustín: Tiene varias llamadas de tu número. Pensé que sabrías. ¿Estabas saliendo con ella?

Jesús: No voy a responder eso.

Agustín: Ambos queremos saber dónde está.

Jesús: ¿Eres policía? Si me están acusando de algo…

Agustín: Cálmate. No soy policía. Soy un simple profesor de matemáticas. Solo estoy buscando respuestas.

Jesús: Me engañaste. Te hiciste pasar por ella.

Agustín: ¿Quieres algo? Yo voy a pedir un expreso.

Jesús: ¿Dónde lo encontraste?

Agustín: Fue una casualidad. ¿Qué sentiste cuando te mandé el primer mensaje?

Jesús: ¿Por qué no has entregado el teléfono a la policía? Debe haber pistas…

Agustín: Ya lo revisé y tú eres la única pista. Ni siquiera sé tu nombre. Sólo tu número.

Jesús: ¿Y por qué sabría de ella?

Agustín: Tranquilo. Ahora que me dices que no sabes nada, tendré que seguir investigando.

Jesús: ¿Por qué lo haces? La policía puede…

Agustín: Ella me lo pide. Bueno, no ella directamente. Sé muchas cosas, es como si la conociera… Creo que no me entiendes.

Jesús: Sí. Eso creo.

Agustín: Es famosa, ¿viste? Están compartiendo su foto en todos lados.

Jesús: No. Hace mucho que no uso el internet.

Agustín: Pero nadie sabe muchos detalles del caso. Sólo yo.

Jesús: ¿Y cuál es tu teoría?

Agustín: Nada. Es un misterio. ¿Qué sentiste cuando te envié el primer mensaje?

Jesús: La única razón por la que estoy aquí es porque estoy preocupado. Me alegró saber algo de ella, pensé que estaba bien y que por fin acabaría esta incertudumbre, pero…

Agustín: La quieres.

Jesús: Yo… empezaba a salir con ella.

Agustín: ¿En serio?

Jesús: Sí. Tuvimos algunas citas.

Agustín: Qué raro que no haya nada tuyo en su teléfono. Solo tu número.

Jesús: Le gustaba ser discreta. Creo que no le había ido bien con sus relaciones anteriores.

Agustín: ¿Sabes hace cuanto se separó del padre de su hijo?

Jesús: ¿Su hijo? Si… No… No sé… No hablaba mucho…

Agustín: Es linda. ¿La besaste alguna vez?

Jesús: Sí. Claro.

Agustín: ¿Y llegaron a…?

Jesús: Sí. Varias veces.

Agustín: Fue rápido entonces.

Jesús: Era rara. Prefería acostarse conmigo que hablar… Yo la conocí en el café… Donde trabajaba.

Agustín: ¿La lastimaste?

Jesús: ¿Cómo?

Agustín: ¿Heriste sus sentimientos?

Jesús: No. No. Salimos poco. Apenas nos estábamos…

Agustín: ¿Crees que en algún momento se sintió usada? Conozco a los tipos como tú.

Jesús: Calma.

Agustín: Es que… Ella debe estar en algún lado… Lo siento. Intento entender.

Jesús: Creo que sí voy a pedir algo. Un refresco de dieta.

Agustín: Bueno, yo te invito.

Jesús: ¿Y entonces la están buscando?

Agustín: ¿Quién la está buscando?

Jesús: Hace un momento dijiste que…

Agustín: Ah, sí. La noticia se volvió internacional. Pero ya sabes, aún no saben nada. Necesitan encontrar a un culpable y crucificarlo para que se calmen las cosas. Han organizado marchas, hay asociaciones, grupos de feministas…

Jesús: Mierda. Los grupos de feministas.

Agustín: Sí. No quiero imaginarme lo que harán con el tipo que le hizo esto…

Jesús: ¿Y cómo sabes que fue un tipo?

Agustín: No sé. ¿Tú sabes algo?

Jesús: ¿Estás insinuando/

Agustín: No insinúo nada/

Jesús: Porque yo podría sospechar de ti/

Agustín: Yo no la conocía.

Jesús: ¿Dónde lo encontraste?

Agustín: ¿Qué cosa?

Jesús: El teléfono.

Agustín: Cerca del canal. ¿Ahora tú estás jugando al detective?

Jesús: Tengo el mismo derecho que tú a hacer preguntas. Me trajiste acá fingiendo ser ella.

Agustín: Sí, bueno, no fue una forma adecuada de/

Jesús: ¿Y sólo estaba el teléfono?

Agustín: Sí. Supongo. Estaba oscuro.

Jesús: ¿Y si se cayó al canal? ¿Y si alguien la asesinó y tiró su cuerpo ahí?

Agustín: No, no pensemos en eso. Además ya hubieran encontrado el cuerpo.

Jesús: Ese lugar se los traga. ¿No has visto las noticias? La otra vez lo limpiaron y encontraron restos de animales y de personas.

Agustín: ¡Qué desagradable! No lo había pensado.

Jesús: Que tal si alguien fue a tirar su cadáver.

Agustín: Eso tampoco lo he pensado. ¿Tú tiraste su cadáver?

Jesús: No me jodas con eso. Debes entregar el teléfono y decir dónde lo encontraste.

Agustín: Van a pensar que yo hice/

Jesús: Lo entregarías si no tuvieras nada que ocultar.

Jesús: Así que eres profesor de matemáticas.

Agustín: Sí. Es un colegio privado. Pequeñito. Mis clases son sencillas, pero busco retos, ¿sabes? Me encantaría dar clases en una universidad, temas más complejos. ¿Has escuchado de los números complejos?

Jesús: No.

Agustín: Son como los números reales pero es como una extensión. Es como la realidad pero vista desde otro punto/

Jesús: No veo al mesero.

Agustín: Sólo quiero saber donde está. Rescatarla, ser el primero en verla y hablar con ella.

¿Era linda? En persona.

Jesús: Sí, muy linda.

Agustín: Te envidio. De verdad. ¿A qué olía? Me habría encantado/

Jesús: Debo irme/

Agustín: ¿No vas a tomar tu/

Jesús: No.

Agustín: Disculpa si te hice venir y…

Jesús: Está bien. Sólo espero que aparezca pronto.

Agustín pone el teléfono de Luisa sobre la mesa.

Agustín: Ten.

Jesús: ¿Para qué me das esto? Yo no lo quiero.

Agustín: Eras más cercano a ella. Al menos la conociste realmente. Debo olvidarme de…

Jesús: Yo intento no mezclarme en esto.

Agustín: Me he sentido como un impostor. Francamente todo esto me ha hecho daño. No es bueno todo lo que me está pasando desde que lo encontré. Tal vez tú podrías llevarlo a la policía o dárselo a su hermana…

Jesús: Hazlo tú. Fue un gusto conocerte.

Agustín: Creo que debo insistir.

Jesús: Hazte a un lado.

Agustín: Lo siento. No quiero ponerte incómodo. Pensé que querrías tenerlo. Hay unas fotos muy lindas de ella. Y puedes ver sus redes sociales, su historial de búsquedas en internet. ¿Sabías que le encantaba comprar velas aromáticas? Estaba planeando unas vacaciones a la playa. Se la pasó buscando ofertas. Y su playlist, mira, lo último que estaba escuchando/

Jesús: La conoces mejor que yo. Quédatelo.

Jesús sale. Agustín toma el teléfono.

Agustín: Temo que debo insistir.

Agustín va detrás de Jesús.

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2.3 Susana

.

Triple doble u cam hot punto te ka

Amateurs

Regiones

Esposas latinas calientes

Transmitiendo en vivo.

Susanagrandeschichis está en línea

Entrar

Voz en off: Es una vertiente de nuestra relación, Susana. Observa a la cámara. Hay cinco personas observando.

Susana: ¿Vertiente?

Voz en off: Estoy empezando a aburrirme, nena. ¿Cuánto tiempo llevamos juntos?

Susana: Yo no me he aburrido, Carlos. No sé por qué quieres buscar “vertientes”.

Voz en off: Probamos sólo una vez, sólo hoy y ya. Si no funciona, si te sientes incómoda, si no ganamos dinero, cancelamos todo y ya.

Susana: ¿Ganamos dinero? ¿Cómo es eso de que ganamos dinero? Dijiste que sería como cuando cogimos mientras en Skype nos veía otra pareja…

Voz en off: Es algo similar, Susy. Están escribiendo. Es en inglés… No entiendo nada. Tits… Quiere ver tus tetas…

Susana: ¿Un inglés quiere ver mis tetas?

Voz en off: No sé si es inglés, Susy, o si es australiano o gringo. Quiere ver tus tetas y ya. Twenty bucks, man. Private for you.

Susana: ¿Qué escribiste?

Voz en off: Le dije que estás agradecida por querer ver tus tetas y que lo vas a pensar.

Susana: No pienso mostrar mis tetas a un inglés…

Voz en off: ¿Pensarías distinto si fuera jamaiquino? ¿O se dice jamaicano? Dicen que tienen la verga enorme.

Susana: Carlos, te amo pero esta vertiente no me gusta nada.

Voz en off: No. Ven acá. Estás haciendo un numerito que no excita a nadie. Eres una mamacita, Susana. Te aseguro que esto es lo mejor para nuestra relación. Me encanta pensar que otros hombres te desean…

Susana: ¿Te gusta eso, Carlos?

Voz en off: Solo te pido que probemos esta vez. Mira, ya hay veinte personas observando.

Susana: No sé. Debo ir a hacer la cena.

Voz en off: No te muevas. Pediré una pizza. Quiero que te quedes sentada frente a la máquina y que leas todo lo que te escriben. Te traeré una de esas cervezas horribles. ¿Quieres?

Susana: No sé, Carlos. ¿Me están viendo ahora?

Voz en off: Sí.

Susana: ¿Y me están escuchando?

Voz en off: No, nena. Esta discusión que tenemos es lo más anti sexy. Solo te ven.

Susana: Está bien.

Voz en off: Voy a llamar a la pizzería. No te muevas.

Hola muñeca.

Me la estoy jalando viéndote.

Ok, baby, twenty bucks for you. But show tits please

Susana: Amor, ¿que es eso de bucks? ¿Me está diciendo cochinadas? ¿Carlos?

Muestra las tetas, nenita.

Nena, ven a España, acá te meto mi pollón y te pongo casa.

Susana: ¿España? Siempre he querido ir a España. O a otro país. Nunca he salido…

  Activa el micrófono, reina. Quiero escuchar tu voz.

  Tits. You have 20 i don´t have anything

Susana: ¿De qué vas a pedir la pizza, Carlos? No vayas a pedir alguna de esas combinaciones raras que tienen frijoles.

  ¿Entonces, nena? ¿Vienes a España a tragarte mi polla?

Susana: No tengo buenas tetas. Nunca han sido muy grandes ni tampoco son firmes. ¿Me escuchan?

  Qué voz tan caliente, nena.

  Me la pone dura ese acento

  Tits, bitch

Susana: ¿Mi acento? Yo no tengo acento.

  Cómo son tus tetas, enseñá las tetas mina.

Susana: ¿Y cómo se supone que deberían ser mis tetas? No son tan grandes y están algo caídas. El pezón es grande, cafecito…

  Cafecito… Me lo como

  Hashtag amolospezonescafecitos

  You, fucking hure, my twenty bucks

Susana: Carlos, ¿ya pediste la pizza? Estos tipos no me agradan.

  Ven a España, nena. Te compro el billete, sólo necesito tu nombre

Voz en off: Ya voy. Enseña las tetas, linda. Con eso se calman.

Susana: Insisto en que tu vertiente no me… Por Dios. Alguien me puso su cámara. Ayyy, Carlos. Un tipo me está mostrando su… Ayyy, cómo quito eso.

  Empínate nena. Quiero ver cómo está ese culo antes de destrozarlo con mi pija.

  Cafecita. Te voy a chorrear…

Susana: Qué marranos, sucios asquerosos. Soy una mujer casada.

  Me calientas cuando te cabreas.

  Las casadas son las más putas.

  A la mierda tu marido, te voy a coger.

Susana: Voy a cerrar esto, Carlos.

Voz en off: No te muevas. Enseña las tetas ahora.

Susana: Yo no voy a mostrar las…

Voz en off: Enséñalas ya o te doy un puñetazo en la cara…

Susana: Carlos, no me digas eso.

Voz en off: Está bien. No te lo diré, pero te juro que si sigues en esa actitud, voy a hacerlo sin avisarte.

No tan rápido.

Juega, es lo que quieren, despacio…

  Acá está tu macho, nena. Van 30 dólares para ti.

  Ok, bitch. That´s what i mean

  Me corro, me corro con esas tetas.

Susana: Ya. ¿Eso querías?

Voz en off: Ganamos cincuenta dólares y apenas enseñaste las tetas dos segundos.

  Hashtag Amoacafecita

  Hastag losmejorespezones Hashtag Cafecita

Susana: Tú y tus vertientes se pueden ir a la mierda.

  Susanagrandeschichis dejó de transmitir.

Voz en off: Has lo que quieras. Eres una perra aburrida.

Susana: No me hables así.

Voz en off: Iré a esperar a que llegue el pizzero. Espero que reflexiones acerca de tu actitud. ¿Me escuchaste?

Susana: Ya te dije que te vayas a la mierda.

  Actualizar estado: Hoy odio a todos los hombres

  Lula_Belle te añadió al grupo Motivación y fitness  

  Diana Bautista te dio un toque.

  Notificación: A Federico Ostia y Racoon Fan le gusta tu estado.

Grecia Balona a través de Encontremos a Luisa: “La Comisión de Derechos Humanos exige a las autoridades ampliar la investigación para dar con el paradero de Luisa”.

Encontremos a Luisa. Comunidad.

17,000 seguidores.

El 25 de abril Luisa salió de su trabajo en una cafetería del centro de la ciudad pero jamás volvió a casa.

Su hermana y su hijo de cuatro años la buscan desde entonces. Si la has visto o tienes pistas sobre su paradero, comunícate con Nora.

Mensaje al administrador de Encontremos a Luisa.

Susana: Hola, Nora. Me apena mucho el caso de tu hermana.

Lo siento. Debe ser muy angustiante…

El motivo de mi mensaje es para decirte…

Te escribo porque creo tener información que puede servirte para localizar a Luisa.

Dudé mucho en escribirte. No sé si lo que voy a contarte sea de utilidad para saber qué pasó con tu hermana, pero me gustaría contribuir con algo.

Es increíble que en este país las personas desaparezcan de pronto, sin dejar rastro.

La intención es que investiguen, no quiero perjudicar a nadie.

Justo ahora no sé por qué me decidí a escribirte y dudo si cuando termine de hacerlo tenga el coraje para dar clic en enviar.

Me cuesta pensar que ese alguien de quien estoy sospechando que puede saber donde está Luisa fue en algún momento mi pareja.

Me cuesta pensar que ahora estoy con alguien que en el fondo se parece tanto a él y que juraba que no caería en una relación igual.

Pero me estoy desviando del tema.

Todo lo que voy a contarte es una especulación.

No he comprobado nada y dejaré a tu criterio si lo que estoy por contarte tiene alguna relevancia.

Se llama Jesús y él conocía a Luisa.

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2.4 Jesús

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Noticias relacionadas con Luisa Solano

Gracias a una llamada anónima, esta tarde se logró la captura de un sospechoso que puede estar relacionado con la desaparición de Luisa.

Jesús: Supongo que necesitan a un culpable.

Tienen a toda esa gente encima de ustedes clamando justicia.

Yo sería uno de los primeros en celebrar que atraparan a alguien que sabe dónde está Luisa.

No soy yo.

De acuerdo a las primeras investigaciones, el sospechoso fue detenido después de una denuncia anónima.

Jesús: Susana, ¿no?

Ella siempre ha maximizado las cosas.

Es como una neurótica en potencia.

La tomas de la mano y ya siente que estás tratando de manipularla.

Creo que también tiene problemas psiquiátricos pero nunca la han atendido.

¿Quién no tiene problemas psiquiátricos hoy?

Ha vivido muchos episodios traumáticos y nunca habla de ellos.

Un día va a reventar.

¿Ya le hicieron un diagnóstico para saber cómo está de la cabeza?

Gracias a tareas de inteligencia, Jesús López, nombre del detenido, fue asegurado en el estacionamiento de un centro comercial al norte de la ciudad/

Jesús: También deberían investigar a ese tipo.

No recuerdo cómo se llama.

No sé si me dijo su nombre en algún momento.

Es profesor de matemáticas en un colegio.

Eso me dijo.

Él tenía el teléfono de Luisa, estuvo usándolo varios días y me engañó haciéndose pasar por ella.

¿Ya lo revisaron? El teléfono. Debe tener sus huellas.

El ministerio público lo mantiene en arraigo mientras continúan las investigaciones para determinar su situación legal.

Jesús: Cuando me alejé de ahí, iba rumbo al auto.

Había visto a este tipo, el profesor de matemáticas y recuerdo que alguien golpeó mi cabeza.

Sé que es extraño, pero ya me había pasado antes.

Sentí un golpe y perdí el conocimiento.

Cuando desperté, estaba rodeado de gente, me estaban subiendo a la ambulancia.

Un policía se acercó a mí y me dijo que iría detenido.

Dijo que yo traía el teléfono de Luisa en el bolsillo.

Mientras tanto en las redes sociales se ha desatado la polémica, hay quienes celebran la detención de Jesús y otros que dudan de la culpabilidad de este empleado de oficina. Acusan de que las autoridades lo utilizan como distractor para ocultar su poca capacidad para resolver los casos relacionados con desapariciones.

Jesús: No puedo decirles dónde está.

Tampoco sé si está viva o muerta.

Tengo que reconocer que Luisa me gustaba pero ella no sabía que existía.

Jamás la acosé, no sabía nada de ella, ni siquiera sabía que tenía un hijo, ni dónde vivía…

Sólo era la mesera del café que está frente a mi trabajo.

Pueden condenarme, torturarme, hacer todo lo que quieran.

Pero si supiera qué le pasó a Luisa, lo diría. Y no voy a mentir.

Lo único que siento es perder mi trabajo.

No porque me gustara.

Tengo una hija, es pequeña.

Aunque sé que a ustedes no les importa.

Han sacado sus conclusiones.

Pero ya no tendré un trabajo y estaré en prisión no sé cuánto tiempo.

Y si Michelle no me deja ver a la niña cuando tenía trabajo y cuando aún no me acusaban de ser un asesino… No sé cuando volveré a verla.

Si un niño no está cerca de sus padres puede tener serios trastornos mentales cuando crezca.

Lo leí en algún lado.

En internet, supongo. No acostumbro leer mucho.

Y tampoco estoy muy seguro que sea cierto.

Pero yo creo que sí. Por eso intentaba estar cerca de mi hija.

Mi hija.

Mi hija.

  Tendencias de hoy

#CondenaparaJesus

#JusticiaparaLuisa

#LiberenaJesus

#Jesusesinocente

#TodossomosJesus

#TodosytodassomosLuisa

#Yonodefiendoasesinos

#Luisasefuedevacaciones

#DesaparezcocomoLuisa

#Yonosoymisogino

#LuisacomiaSnickers

#CafeDonPedro

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Acto III

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3. 1 Agustín y Nora

  Mensaje nuevo

  Para: Nora Solano

Hola Nora. Fui compañero de Luisa en la prepa. Me enteré de su desaparición y no sabes cómo lo lamento. Espero que poco a poco el dolor se convierta en resignación o que en algún momento se tengan certezas de qué es lo que pasó. No sabes cómo me arrepiento de no haber entrado en contacto con ella antes, pero apenas supe que tenía Facebook y no sabía nada de ella desde hace casi diez años. Supongo que ya no se acordaba de mí. Tengo algo de ella que me dio cuando éramos compañeros, supuse que será de tu interés tenerlo para recordarla, ojalá podamos vernos para dártelo. Es un buen recuerdo. Saludos.

Nora: ¿Entonces tú la conociste?

Agustín: Hace mucho que no la veía. Cuando vi la noticia en las redes, no sabes la sensación tan extraña…

Nora: Entiendo.

Agustín: Hay una foto en su perfil, estábamos en segundo grado creo…

Nora: ¿Ah sí? ¿Y tú sales en la foto?

Agustín: No. Yo la tomé. Por eso me impactó tanto. Era una chica tan alegre.

Nora: ¿Luisa?

Agustín: Bueno, a mí me lo parecía.

Nora: Claro.

Agustín: También era una persona muy inteligente. Ambos competíamos por estar en el cuadro de honor. Sobre todo en matemáticas.

Nora: No, definitivamente creo que no esamos hablando de la misma persona. Mi hermana odiaba/

Agustín: Había muchas cualidades en ella pero nunca quería mostrarlas.

Nora: Lo que me dices es imposible.

Agustín: Creo que recuerdo un poco este lugar. Vine una o dos veces.

Nora: ¿Y entraste?

Agustín: Sí. Fue hace tanto tiempo. ¿Esa era su recámara?

Nora: Dudo que hayas entrado. Mi papá no dejaba que nadie entrara a la casa.

Agustín: No sé, tal vez me estoy confundiendo.

Nora: Disculpa el desorden. Hubiera preferido que nos viéramos en otro lugar pero no tengo tiempo de nada.

Agustín: Por favor, no te disculpes, si vieras mi casa. Me alegra que te tomaras unos minutos.

Nora: Disculpa que sea tan directa pero… ¿qué edad tienes? Te ves mayor y dudo que/

Agustín: Entiendo. Sí, la verdad soy mayor. Hice la prepa en cinco años o más. Conocí a tu hermana cuando era una niña y yo ya estaba considerado un veterano. Aparento más edad, lo sé… No ha sido fácil, con lo de mi divorcio y otras cosas… He tenido mucho trabajo, soy maestro de matemáticas y los fines de semestre es agobiante. Hay días en los que no puedo dormir.

Nora: Ya. No te preocupes. No me es tan fácil confiar en alguien.

Agustín: No recuerdo que Luisa mencionara que tuviera una hermana.

Nora: Supongo. Así era ella.

Agustín: Se parecen…

Nora: Lo dudo. Somos muy distintas. Disculpa, ¿te puedo ofrecer algo?

Agustín: No, estoy bien.

Nora: Es raro pensar que Luisa tuviera amigos. Siempre estaba sola.

Agustín: Para mí fue una persona muy especial.

Nora: ¿Entonces tú y ella…?

Agustín: No. No. No. No. Nunca me hizo caso. No. Me habría encantado ser más que su amigo, pero supongo que no era su tipo. ¿Y tú estás casada?

Nora: Eh… No.

Agustín: Disculpa, no quise ser indiscreto. Los divorcios son duros.

Nora: ¿Y por qué supones que me estoy divorciando?

Agustín: A mí me ha costado trabajo. Esa mujer me ha quitado todo. Pero cuando recuperas tu libertad/

Agustín: ¿De casualidad sabes qué marca de perfume usaba?

Nora: ¿Disculpa?

Agustín: Tu hermana. ¿La marca de su perfume?

Nora: No.

Agustín: Es que… Vas a pensar que es raro pero una de las cosas que más recuerdo es su olor. Y me preguntaba si seguía usando el mismo perfume.

Nora: Tenía varios.

Agustín: ¿Puedo olerlos?

Nora: Están todos en una caja. Ya los guardé.

Agustín: ¿Entonces crees que no va a regresar?

Nora: Todos los días tengo la esperanza de que vuelva.

Agustín: ¿Y por qué guardaste sus cosas?

Perdón. Volví a ser indiscreto.

Nora: Necesito espacio. Necesito seguir con mi vida y que Luis tenga poco contacto con sus cosas. Ya no sé qué inventarle.

Agustín: ¿Quién es Luis?

Nora: Su hijo.

Agustín: Claro. ¿Y dónde está?

Nora: En la escuela.

Agustín: Es un poco tarde para… No importa/

Nora: Creo que se pone triste cuando ve su ropa, sus cosas… Mejor que estén guardadas y si algún día regresa ahí está todo…

Agustín: No, no tienes que explicar. Debe ser muy duro. Lo bueno es que ya atraparon a ese tipo. Espero que diga dónde…

Nora: No. No sabe nada.

Agustín: O no quiere decirlo.

Nora: La verdad no sé si estuvo involucrado.

Agustín: Hay muchas cosas que lo implican. Comprobaron que estaba obsesionado con ella y… lo del teléfono. Creo que son pruebas suficientes. Espero que confiese qué/

Nora: En tu mensaje decía que tenías algo de ella.

Agustín: Claro.

Nora: ¿Dónde está?

Agustín: No vas a creerme. Lo olvidé. Cuando llegué aquí… Estaba seguro de que lo puse en la cajuela cuando salí de casa. Últimamente se me olvidan las cosas. Supongo que lo que me pasa no es normal. Pediré una cita con el médico para saber por qué olvido todo así.

Nora: Qué lástima.

Agustín: Sí. Estoy muy apenado.

Nora: Bueno, pues fue un gusto que vinieras, me alegra saber que la gente se preocupa por mi hermana y… fue un gusto conocerte.

Agustín: Te lo puedo traer otro día.

Nora: No, está bien. Prefiero que tú lo conserves, no sé qué es pero se nota que Luisa era importante para ti y debes conservarlo.

Agustín: No. Luisa es parte del pasado. Quiero decir… sí es importante pero… No tengo compromisos con nadie ¿me entiendes?

Nora: Gracias por venir.

Agustín: Gracias a ti por recibirme. Si necesitas algo, cualquier cosa, puedes llamarme.

Nora: Sí.

Agustín: ¿Puedo darte un abrazo?

Nora: Así está bien. Hasta luego.

Agustín: Parece que genero el mismo tipo de rechazo.

Nora: ¿Cómo dices?

Agustín: Esa distancia. Tu hermana hacía lo mismo. No quería que la tocara.

Nora: Disculpa si he sido grosera. No… No estoy en mi mejor momento.

Agustín: Entiendo. Todos la extrañamos mucho. Vamos, dame un abrazo.

Nora: ¿Por qué quieres abrazarme?

Agustín: Está bien, ya no voy a insistir.

Nora: Dame un abrazo y ya.

Agustín: No, debe incomodarte.

Nora: Abrázame.

Agustín: Tienes casi su mismo aroma.

Nora: Yo no uso perfume.

Agustín: Después te llamo. Ojalá podamos tomar un café… para recordarla.

Mensaje nuevo

  Para: Agustín Soler

¿Cómo te va, Agustín? El día que estuviste en casa me porté muy grosera. Han sido días, semanas, meses complicados. No saber dónde está mi hermana, cuidar del niño, el divorcio… Me intrigó mucho la cosa que tienes de Luisa. Cuando te fuiste dijiste que me invitabas un café. ¿Cuándo y dónde? Espero que no la olvides esta vez, si no tendré que verte en más ocasiones y no sé si podremos vivir con eso. Besos.

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3.2 Susana y Luisa

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Luisa: Hoy iré a una entrevista de trabajo.

Justo después de renunciar a la cafetería.

Está un poco alejado pero tiene un horario más flexible, pagan más y tiene prestaciones.

Solo quiero lo mejor para mí y mi hijo.

Voy a ponerme guapa y será un gran día.

Oh, qué entusiasmada me siento, será un gran día.

Susana: Este es un fragmento de mi libro, Lágrimas por Luisa.

La idea nació después de colaborar con las investigaciones para atrapar a Jesús López, el principal sospechoso de su desaparición y que en días recientes fue sentenciado.

Después de más de un año en el que seguimos esperando alguna señal, una pista del paradero de Luisa. Han surgido otros casos de mujeres desaparecidas pero ninguno ha marcado tanto a la sociedad.

El libro está escrito como un diario en el que se reconstruyen los últimos días de Luisa. Se manejan varias hipótesis de las causas de su desaparición.

Ha sido una investigación exhaustiva que he armado junto con Nora. Y el próximo mes se estrenará la obra de teatro y estoy trabajando en la preproducción de una película.

Luisa: El tipo que trabaja en esa oficina justo frente al café me sigue observando. Es incómodo para mí. En su mirada puedo notar que es alguien violento, peligroso, pervertido. Ojalá nunca se acerque a mí. Tengo miedo, mucho miedo.

Susana: En cada página podemos detectar que Luisa tenía un presentimiento. Ese tipo la observaba todos los días y la acosaba hasta el día de su desaparición. Yo… Yo tuve una relación con Jesús, hace muchos años. Y viví mucha violencia. Parece un tipo tranquilo, por eso muchas personas piensan que es inocente. Pero cuando me di cuenta de lo que era capaz, cuando recordé todo lo que me hacía, inmediatamente decidí denunciarlo. Hay una prueba irrefutable que es la posesión de su teléfono celular el día de su detención. Y tengo miedo de las represalias que puedo sufrir por estas declaraciones y por la publicación del libro. Sus familiares, la gente que cree que es inocente… He recibido amenazas. Pero nadie va a callarme. Nadie va a callar la voz de Luisa.

Luisa: Ese tipo me está siguiendo. Tiene una mirada de loco.

Los pensamientos se cortan…

¿A dónde voy ahora?

De un pequeño tirón se desprende mi pensamiento de mi cuerpo.

Mis cosas están tiradas en el piso,

Mi teléfono a unos metros de mi cuerpo.

La sangre chorrea por todos lados,

Se ensucia.

Eso es todo.

Susana: Es un relato fuerte. Se maneja la hipótesis del asesinato a golpes. Y que después el asesino trasladó el cuerpo al canal de aguas negras. Hace unos meses volvieron a buscar restos y encontraron algunos cadáveres. Casi todos de mujeres, pero ninguno coincidía con las características de Luisa. Igual es lamentable que hayan encontrado esos cuerpos. Pero de Luisa no hay ninguna pista. Parte de las regalías de este libro están destinadas a un fideicomiso para la educación de Luisito. Me he convertido en su segunda tía. Compren Lágrimas por Luisa. Estoy segura que les va a encantar.

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3.3 Agustín

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Recordatorio: Hoy el el último día para pagar la tarjeta de crédito. Espero que dentro del caos que es tu vida diariamente lo hayas hecho. Al menos paga el mínimo.

Mañana es el último día para evaluar los exámenes del grupo de secundaria y los dos pendientes de preparatoria. Ponte a trabajar.

Tengo asuntos más importantes ahora.

Esta vez no funcionó lo de la montaña rusa.

Tienes que dormirte.

Tienes que relajarte.

Probamos ahora con las sentadillas y los pensamientos positivos.

Concentramos la sensación del estómago, las ganas de llorar y de romper cosas.

Esto…

Esto que no controlo…

Claro que puedo controlarlo.

Voy a enfocarme en los planes y proyectos que estoy emprendiendo.

Esa mujer no me quitó todo.

Si no controlas tus emociones, te puedes meter en un problema serio, me dijo el terapeuta.

Y si sientes que no puedes controlarlo debes llamarme.

Eso dijo.

Pero el puto terapeuta nunca responde.

Cinco sentadillas más.

Pensamientos que te relajan.

Una mujer mostrando las rodillas.

No, no es una mujer. Es una chica de dieciseis años.

Lleva el uniforme de la escuela. Esa escuela privada a la que van niñas bonitas.

Con rasgos europeos.

De esas niñas que solo ves en ciertas zonas de la ciudad o en centros comerciales.

Que llevan guardaespaldas o niñeras.

No de las niñas a las que les das clase.

Son de otro tipo que no te gusta.

La chica se sienta y se le pueden ver las rodillas.

Unas rodillas bonitas, con los huesitos marcados.

Y yo soy su maestro.

Y estamos negociando un examen especial.

Un examen especial que, dependiendo de los resultados, determinará su futuro.

Tengo tu vida en mis manos, pequeña.

Me gusta que la vida de alguien dependa de mí.

Aunque sea por un momento, por unas horas.

Ese momento justo en el que puedo determinar si la vida de alguien cambia a partir de que

se topa conmigo o sigue su curso normal.

Escucha, niña.

Niña de rodillas sexis.

Debo llenarme de pensamientos bonitos.

No agradables, ni bellos.

Bonitos, dice el terapeuta.

Y tú eres un pensamiento bonito ahora.

Tus rodillas son bonitas y la situación es bonita para mí.

Para ti no, pero sin duda, para mí lo es.

Debes hacer un examen importante.

Está enfocado en álgebra lineal y geometría analítica.

¿Lo dominas? Porque de eso hablamos al menos en seis sesiones en todo el semestre.

Mientras tú revisabas tu teléfono a escondidas y leías los mensajitos que te enviaban.

Mientras yo veía tus rodillas y explicaba la ecuación de la recta.

El problema es que tú no puedes desarrollar ninguno de esos problemas que vienen en el

examen.

¿O tú crees que sí puedes? ¿Crees que sí puedes?

Ya lo sabía. Lo sabía.

¿Y qué propones? ¿Te doy la califiación que mereces y nos olvidamos del tema?

¿O tienes hambre de triunfo?

Se te ve en la cara que quieres triunfar. Y en tus rodillas.

  Recordatorio del día a las 17:57 del miércoles

Papel de baño mayonesa servitoallas jugos pasta crema ácida Suavizante del rosa no del amarillo jabón para manos pasta de dientes (suave) hilo dental

Para ella: Crema para manos (la azul, tú sabes a qué huele) shampoo con sávila toallas sanitarias para flujo abundante con aroma a manzanilla cinco botellas de agua natural (ella siempre dice que ollvides la soda, lo mejor es el agua)

Tengo que ir a hacer las compras.

No es un buen momento. No puedo ir a hacer compras ahora.

Volví a hacerlo.

Nada de lo que haces sirve, ni tus recordatorios ni las notas de voz.

Simplemente no puedo controlarlo.

Y ya fui a la montaña rusa y no funcionó.

Antes funcionaba.

Pero ella me provocó.

Simplemente pasó y ya no me acuerdo exactamente…

Supongo que hice lo mismo. Más vale que haya hecho lo mismo de siempre.

Todo está medido y nadie ha sospechado

  Nota de voz a las 17:58 del miércoles

Voz de Agustín: Hoy es martes. Es de noche. Mañana debes escuchar este mensaje, justo después de la lista del súper. No tienes que comprar nada para ella. No está contigo. Desde hace mucho. Sólo te lo recuerdo para no te vayas a poner mal. Lo demás que está en lista, sí lo necesitamos. El papel de baño, el jabón y esas cosas. Me voy a dormir.

Ya sé que no estoy con ella.

No… No tienes que avisarme nada. Sé cuidarme solo.

¿Por qué debes recordarme que no está conmigo?

¿Qué clase de estúpido masoquista eres?

  Grabar nota de voz. Programada para reproducirse el jueves a las 17:59

No vuelvas a dejar otro de esos mensajes aclaratorios.

Te ponen mal. Te…

Te estás poniendo el pie, ese tipo de cosas no sirven para tu recuperación.

Mejor recuerda a la chica de las rodillas lindas.

Eso funciona, lo probé ayer.

Es decir hoy, pero mañana ya será ayer.

Me ha funcionado.

  Guardar nota de voz.

Mejor debes dormir.

Tal vez no hiciste lo que crees que hiciste.

Esa mujer te quitó todo.

Hasta tus recuerdos.

No eres nada.

Duerme y olvida lo que hiciste.

Olvida como lo has hecho estos últimos meses.

Si olvidas, no tienes nada que temer.

Si olvidas es como si no hubieras hecho nada.

Lo primero que hay que hacer para olvidar es dormir.

Y aléjate del canal.

  Nota de voz a las 18:01 del miércoles

Voz de Agustín: Si aún sigue ahí, debes recordar que aún hay una bolsa de basura que debes tirar al canal. Ya amaneció y es muy peligroso hacerlo ahora. Dejé todo listo para que solo vayas y vacíes el contenido. En cuanto empiece a oscurecer debes hacerlo. Observa la ventana.

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3.4 Nora y Susana

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  Nuevo correo electrónico para Susana

  Prohíban el uso de caballos en la policía montada.

Firma esta petición.

Eliminar correo.

Susana: Perdón, no era algo importante. ¿En qué estábamos?

Nora: En que hay problemas serios.

Susana: Algo me contaste pero no te entendí muy bien.

Nora: Espera.

  Notificación. Hay cuatro chicos interesados en ti. ¿Quieres conocerlos?

Nora: ¿Sabes cómo desactivar las notificaciones de una aplicación? Este teléfono es nuevo y no entiendo varias cosas.

Susana: A mí no me preguntes de eso. Soy un poco bestia para entenderle. Carlos es el que me configura todo.

Nora: ¿Dejas que Carlos revise tu teléfono?

Susana: Sí. En la terapia de pareja nos han dicho que debemos ser completamente transparentes. Así que él puede revisar todo de mí. Tiene mis contraseñas de correo, de redes sociales, todo. Y yo tengo las suyas.

Nora: ¡Qué enfermo!

Susana: No. Al contrario, el psicólogo nos dijo que es como volver a como eran las relaciones en el pasado. Además es una gran ventaja, imagínate si me pasara algo. O como el caso de Luisa, ¿cuánto tardaste en borrar su perfil de redes sociales porque no tenías su contraseña?

Nora: Lo sé. Pero jamás le daría la contraseña a Agustín.

Susana: No confías en él, querida.

Nora: Lo sabes. Y ahora menos. Se ha comportado muy extraño. Yo creo que ya estamos en una seria crisis.

Susana: Eso mismo dijiste hace como seis meses.

Nora: Lo sé. Pero te pasa lo mismo con Carlos. Y a ese dudo que lo dejes.

Susana: Estamos intentando. Por eso lo de la terapia.

Nora: Sí, pero a mí no me interesa rescatar mi relación con Agustín. Ahora me doy cuenta que nunca me gustó y no entiendo por qué/

Susana: Necesitabas estar con alguien y ya. No des más vueltas. Y Agustín llegó en el momento justo/

Nora: Mi vida era un caos.

Susana: No hablemos de eso, hay que hablar de ese tema urgente/

Nora: Cierto, ya no me desvíes del tema porque/

  Nuevo mensaje de texto para Susana

Susana: Un segundo.

Leer mensaje

Aprovecha meses sin intereses en la gran venta. Ropa de temporada a precios de liquidación para clientes con tarjeta premium.

Susana: Mierda. Me programaron una entrevista. Debo irme en diez minutos.

Nora: ¿Entrevista de qué?

Susana: La editorial quiere impulsar la segunda edición del libro.

Nora: ¿Impulsar? Están por agotar los diez mil ejemplares.

Susana: Ya sabes cómo son.

Nora: Por eso siempre me he mantenido alejada de todo eso.

Susana: Y yo debo dar la cara aunque ambas somos las autoras.

Nora: La diferencia es que a ti te gustan los reflectores y a mí no.

Susana: Ya me cansa un poco. A veces no sé qué más decir.

Nora: Enfócate en lo que agregamos en esta edición.

Susana: ¿En serio? Nora, ¿qué porcentaje de toda esa basura que agregamos es verdad? La puta editorial/

Nora: Ya sé. Baja la voz.

Susana: No puedo sostener nada de eso. Lo único que se me ocurre decir es lo mismo desde hace tres años que salió el libro. Parezco disco rayado.

Nora: Precisamente de eso debo hablarte. Hay un serio problema.

Susana: Explícate.

Nora: Al principio creí que era una broma. Ya ves cómo hay gente que ha querido jodernos, desde ventilar mi divorcio hasta lo del tipo que te quiso extorsionar para no difundir un video en el que muestras la chichis/

Susana: Prefiero no hablar de eso.

Nora: Bueno, por tu culpa perdimos mucho dinero.

Susana: Ya vas a empezar.

Nora: ¿Cuánto le pagamos al tipo? Con eso de que Agustín me dice que olvide los episodios traumáticos, francamente ya no sé/

Susana: Fue mucho dinero, Nora y te dije que te lo voy a regresar/

Nora: ¿Cuándo? Con intereses, seguro que podrás cubrirlo con las regalías de esta edición.

Susana: No mezcles las cosas.

Nora: Es la historia de mi hermana.

Susana: Pues la hubieras escrito tú.

Nora: Lo habría hecho mejor, pero en ese momento no tenía cabeza para/

Susana: No me digas que lo habría hecho mejor que yo. Eres una preverbal/

Nora: Baja la voz, Susana.

Susana: No. Ya me cansé que no valores mi trabajo. Si no hubiera sido por mí, ese libro no se habría escrito.

Nora: Bien, ¿te vas a poner así de sincera? Pues déjame decirte que creo que eres una puta ratera.

Susana: ¡Cómo te atreves!

Nora: Y compórtate porque no estamos en uno de esos lugares asquerosos a los que acostumbrabas ir a cenar con tu semental de barrio antes de que te hicieras millonaria con la historia de mi hermana.

Susana: ¿Cómo qué lugares? ¿Cómo la cafetería de mierda en la que trabajaba tu hermanita?

Nora: Ahora sí te pones muy perra pero cómo te la pasabas entrevistando a las meseras y al gerente del café… El gerente… No creas que no sé lo que te hacía en un rinconcito de la cocina cuando cerraba/

Susana: Si no fuera porque escribí ese libro, ni tú ni el mocoso alérgico tendrían para tragar.

Nora: Lo escribiste con el sudor del culo. ¿Sabes que ha recibido las peores críticas de gente que sí escribe?

Susana: Me vale madre si está bien escrito, se vende, que es lo que importa.

Nora: Eres una oportunista, muerta de hambre/

Susana: Te voy a/

  Notificación para Nora:

  Nuevo mensaje de texto

  Notificación para Susana:

  Tienes dos nuevas solicitudes de amistad

Nora: Deja mi teléfono en la mesa.

Susana: Tienes que ser más amable, Nora.

Nora: Devuélveme el/

Susana: Me estoy cansando de que los demás… De que todos crean que soy una estúpida que no puede defenderse. De que siempre tengo que agachar la cabeza. Me cansé, Nora/

Nora: Me alegra que te sirvan de algo las consultas con el psicólogo. Ahora dame el teléfono porque me llegó un mensaje.

Susana: Dime que no hice un mal trabajo, Nora. Dime que todo lo que he hecho está bien.

Nora: Lo has hecho bien, Susana. No es necesario que acerques mi teléfono a ese vaso con agua…

Susana: Tú fuiste la que me dijo que te ayudara a meter a Jesús en la cárcel. Me pediste que declarara, me pediste que escribiéramos juntas la historia de Luisa, ¿Cómo me lo pediste, Nora?

Nora: No sé. No recuerdo.

Susana: Un homenaje…

Nora: Un homenaje para mi hermana, sí lo recuerdo. Si metes el teléfono en ese vaso, te juro Susana…

Susana: Que todos conozcan su historia. Mierda, Nora. ¿Qué puta historia escribimos si no hay nada que decir?

Nora: Si lo metes en el vaso con agua, se va a joder, y tendré que comprar uno nuevo y no sabes cómo odio configiurar uno nuevo, bajar todas las aplicaciones y armar la libreta de contactos/

Susana: Sólo dime que lo que he hecho ha valido la pena. Que la desaparición de tu hermana sirvió para algo.

Nora: Justo quería hablar de eso contigo. Por eso te cité aquí. Pero debes calmarte.

Susana: Dímelo.

Nora: Pero debes devolverme/

Susana: Sin teléfonos.

Nora: Es que… Si es cierto lo que te voy a decir, debemos hacer algo porque/

Susana: No le des más vueltas/

Nora: Vamos a quedar como las peores mentirosas, impostoras y estúpidas… Nos van a crucificar, van a hacernos mierda no solo en las redes, nos van a/

Susana: ¿Qué carajos pasa?

Nora: Creo que… Luisa está viva.

Buscar en internet: ¿Cómo saber si mi smartphone puede repararse después de mojarse?

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3.4 Jesús y Luisa

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  Mi música

  Seleccionar artista

  Reproduciendo canción

Luisa: Es raro salir a esta hora del café…

Es una buena tarde.

Recoge tus cosas, trata de ser educada y vete.

Lo más rápido que puedas.

Espero poder llegar rápido.

Apenas estoy a tiempo, antes de que todos salgan de sus oficinas y sea imposible subirse al metro.

A la mierda con este trabajo.

Que se joda el café Don Pedro.

Que se joda Eduardo,

no pienso despedirme ni dar las gracias.

A ese cabrón no.

La cajera,

el lavaplatos,

las otras dos meseras,

bastará con un simple “Chau, hasta luego, esclavos”.

¡Chau, hasta luego!

Tomo mi bolsa.

Una sonrisita hipócrita de todos.

Al carajo con ustedes.

Debo pensar en cambiar de actitud,

no ser tan competitiva,

debo controlar mi carácter,

ser más amable.

Juro que cambiaré de actitud en este nuevo empleo.

No te confíes ni seas optimista.

Aún no hay nada seguro.

Siempre que piensas positivo las cosas salen mal.

Haré una seria reflexión llegando a casa:

un balance de las asquerosas experiencias laborales de Luisa Solano.

Cuando termine la entrevista y si es que me dan el nuevo trabajo, me iré corriendo a casa.

Me tiraré en la cama con mi hijo, veremos caricaturas.

Y compraré una pizza con lo poco que me queda.

Debo pensar que…

¿Quién es este tipo?

Lo he visto.

Trabaja en el edificio que está enfrente…

Jesús: ¿Cómo estás? Oye, ¿quieres que te lleve a tu casa?

Luisa: Me gustaría decir sí, gracias, pero sigo de largo.

Jesús: ¿Me escuchas? ¿Puedes detenerte? Te estoy ofreciendo llevarte a tu casa.

Luisa: Que insistencia. Idiota.

Jesús: Responde. Sí o no.

Luisa: Otro imbécil que no sabe cómo empezar a hablarle a una mujer.

Jesús: Eres muy descortés. Grosera.

Luisa: Ya casi llegas al metro. Sólo ignóralo.

Jesús: Oye tú. ¿Podrías ser menos hija de puta?

Luisa: Esquívalo, concéntrate en la canción. Es una linda canción.

Jesús: Siempre son una decepción. Tú y todas… Disculpa. Solo quiero ser amable. ¿Qué te cuesta hablarme?

Luisa: Detente. El bolso cae al piso. Pon tus manos delante de él, para que no se acerque. Se va a aburrir cuando vea que no le hago caso. Es un pervertido más…

Jesús: ¿Cuántos años tiene tu hijo?

Luisa: ¡Qué pedo con este güey? ¿Cómo sabe que…?

Jesús: Mi hija se llama Michelle. Tiene dos años. Tal vez podríamos juntarnos un día. Un domingo. Mientras los niños juegan, tú y yo podríamos conocernos. ¿Te ayudo con tus cosas?

Luisa: Es el tipo que me llama y cuelga. Estoy segura. Qué miedo. Concéntrate en la canción. Esto no está pasando.

Jesús: ¿No dices nada? Sé que es extraño pero… No quiero que te vayas. Renunciaste, ¿o te corrió ese tipo? Si es así, creo que se cometió una injusticia. Eres amable y atenta. Te he visto. Te veo. No. Renunciaste. ¿Dónde vas a trabajar? ¿Qué sabes hacer? En mi empresa contratan todo el tiempo.

Luisa: Se está acercando demasiado. No entiende lo de las manos. Estoy a punto de gritar.

Jesús: Empezamos mal. Mira, hagamos como que no pasó esto. Te ayudo con tus cosas. ¿Puedo levantarlas?

Luisa: Grita, grita todo lo que puedas. No digas nada en el grito. Sólo reviéntale los oídos. Alguien vendrá a ayudarte, el tipo se asustará y se irá.

Jesús: No grites. Solo trato de hablar contigo.

Luisa: Afortunadamente, sigo concentrada en la canción. Qué buena es. Fuera de mis audífonos mi grito es tan fuerte que no me gustaría estar en el lugar de este taradito.

Jesús: Grita lo que quieras. Si alguien viene, verá que estás loca porque no te estoy molestando.

Luisa: El tipo sigue ahí parado frente a mí. Nadie viene a ayudarme. ¿Qué está pasando? Los de la cafetería seguramente escucharon. Y la gente que pasa en la calle. Y el tipo ahí está. Parece que él y yo somos los únicos en esta ciudad. Se me hace tarde.

Jesús: Me alegra que ya no grites.

Luisa: Voy a pedirle amablemente que se haga a un lado porque tengo prisa. Sólo eso voy a decirle… El tipo cae al piso. Como si se desmayara. Dejo de escuchar la canción. Algo pasa, no entiendo. El tipo no reacciona. Alguien golpeó su cabeza. Todo pasa tan rápido, ¿qué es lo que…?

  Reproducción en pausa.

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.Epílogo (s)

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4.Motorola G 2 Android 4.4 Procesador Snapdragon 400

Memoria interna 8 GB Memoria RAM 1GB

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Hoy, después de algunos meses de no regresar a su casa, Agustín está sentado en una de sus sillas favoritas revisando las fotos en su teléfono.

El plan es regresar a vivir a este departamento que está un poco alejado de la civilización, pero apenas a unas calles del canal de aguas negras. Un lugar pequeño, pero en el que ha vivido tantos momentos interesantes desde que aquella mujer, su ex esposa, lo dejó en la calle. Le cuesta volver a acostumbrarse al olor que emana del canal.

Agustín está decepcionado.

De las mujeres, sobre todo. Todo parecía marchar bien con Nora. Desde que empezó a salir con ella y cuando las cosas empezaron a funcionar y decidieron vivir juntos, los ataques de ansiedad disminuyeron.

Fue bonito mientras duró. Está viendo algunas fotos. Pocas, porque la capacidad de almacenamiento de su teléfono no permite guardar muchas. Nora siempre le dijo que comprara un móvil más moderno. Pero hay algo especial, una conexión extraña entre su teléfono y él. Cada vez se convence más que en ese teléfono viene su vida, su identidad. Que ese teléfono contiene gran parte de él. Aunque sea un teléfono sencillo.

Agustín duda si puede volver a acostumbrarse al olor que se impregna en todo el ambiente. Apenas puede creer que ya no percibía el aroma a agua putrefacta cuando vivía aquí. Habiendo olores tan bonitos. Siendo fanático de los aromas. Tuvo que terminar aquí nuevamente.

Las fotos que revisa una y otra vez son de mala calidad. No se puede pedir mucho a una cámara de 8 megapixeles. Pero ahí está Nora, ahí está él. Y en una que otra también sale Luisito. Esas piensa borrarlas o editarlas cuando pueda. Solo quiere conservar las fotos de él con Nora.

Ahora que Agustín lo piensa, el niño tuvo toda la culpa de que las cosas entre Nora y él no funcionaran. El niño era un intruso en su relación y en sus vidas. Él y Nora tenían que hacerse cargo de él, educarlo, bañarlo, comprar las medicinas para sus alergias, golpearlo cuando se portaba mal. Luisito, como lo llamaba Nora. Se llama Luis, -le decía-, no es un tarado. Y debían hacerse cargo de él. Obligación moral.

Agustín se siente más decepcionado que hace unos minutos. Ya no es ansiedad como antes. Es tristeza. Una puta tristeza porque parece que las mujeres le quitan todo cada vez que deciden alejarse de él. Y en las fotos parece que todo estaba funcionando. Reían, disfrutaban juntos de la buena racha. El libro que contaba la historia de su hermana se vendía bien. Acompañó a Nora a comprarse un auto nuevo. Ella le dijo que se comprara uno para él, pero Agustín no quiso. Viajaron a la playa. Por más increíble que suene, Agustín no conocía el mar. Todo era perfecto. Y hace dos días, Nora le dijo que no quería estar más con él.

Son muy raras las reacciones que tienen las personas cuando se enfrentan a cambios inesperados. Si quieres volver loco a alguien, sácalo de su rutina, pon su vida de cabeza. Le quitas todo. Y Agustín reaccionó a la decisión de Nora. Tuvo una recaída. Tiene que tirar la basura otra vez. Es una recaída fuerte. Pero ahora la recaída no fue a causa de sus crisis de ansiedad. Ahora fue por tristeza. Y la tristeza no disminuye, al contrario.

Agustín deja de ver las fotos. Agustín sabe que no podrá acostumbrarse al olor otra vez. Aunque al revisar el bote de basura se da cuenta que el olor putrefacto viene de ahí. Hay basura acumulada que olvidó desde hace mucho. El olor del ambiente se ha combinado con lo que hay en el bote. Agustín se siente un poco afortunado de que nadie se percatara del olor tan intenso. Son las ventajas de vivir aquí. Aunque hay más basura que tirar al canal.

Agustín va a respirar, enfocarse, tomará la bolsa negra del bote e irá a tirarla al canal. Aún hay sol y alguien puede verlo, pero ya no importa. Después irá a su auto, sacará las bolsas que contienen los restos de Nora y también las arrojará al canal. Esperará unos minutos, se sentirá más triste aún y con su teléfono en mano, dejará que el canal se lo trague.

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5.iPhone 6 iOS 9 chip A9 de 64 bits Memoria de 64 GB

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La habitación de un hotel de lujo en Londres. El clima es horrendo. Y de acuerdo al smartphone de última generación, (el más reciente, el que todos quieren) la temperatura se mantendrá en 2 grados durante el día con fuertes lluvias y viento. Susana tiene una gripe horrenda. Nunca se había sentido así. Fiebre, cansancio, suda por todas las partes de su cuerpo que pensaba que no sudaban. En dos horas tiene la presentación de la segunda edición de su libro Lágrimas por Luisa y hablará sobre violencia de género en un foro internacional sobre el tema. Aún no tiene claro de qué va a hablar. Aún no decide si leerá el texto de presentación en inglés (idioma que aún no domina a pesar de que ha tomado algunos cursos en el Harmon Hall) o en español. Mañana tiene junta con el productor de una festival internacional de teatro que está muy interesado en que el montaje derivado del libro participe el próximo año. A los extranjeros les parece muy atractivo el tema. Parece que en otros países, las personas no desaparecen así de fácil. O al menos terminan descubriendo si la persona que desapareció fue asesinada, encuentran sus restos y atrapan al criminal. Hay cosas que Susana no entiende. Pero es optimista y espera llegar a una buena negociación con el productor inglés. Viene preparada para todo. Se descargó traductores, diccionarios, pero se siente muy insegura. Tampoco ha decidido si en la presentación ahondará en el tema de la reciente desaparición de Nora. Seguramente algunos periodistas la obligarán a responder preguntas. La vida de las hermanas Solano parace que está marcada por la tragedia. En muchos años no se había sentido tan sola. Es la primera vez que viaja al extranjero y no la acompaña Nora ni Carlos. Convive más con Siri. Todo el tiempo le hace preguntas. ¿Dónde hay un buen lugar para comer? ¿Qué lugares debo conocer? ¿Qué tiendas de ropa de diseñador hay en Londres? Algunas de sus preguntas son muy estúpidas. Siri es su mejor amiga hasta el momento. Aunque es una perra fría. Susana moquea. Considera la posibilidad de cancelar la presentación y quedarse a dormir en esa cama tan cómoda. Nunca había dormido en una cama así. Es perfecta. Pero si cancela, seguramente la gente de la editorial va a molestarse bastante.

Justo ahora, Susana está teniendo un deja vú aunque no entiende. Nunca había estado en Londres y mucho menos en la habitación de un hotel lujoso. Pero tiene esa sensación que esto ya lo había vivido antes. ¿Qué día es hoy, Siri?, le pregunta Susana a la amable asistente. Por alguna razón, Siri no responde. ¿No hay red? ¿Qué puto día es hoy, Siri?, insiste Susana. Y el silencio reina. En un arrebato, Susana avienta el hermoso smartphone y ya en el piso, su dueña lo aplasta con el pie. El tacón de 12 centímetros del zapato que le costó trescientas libras esterlinas hace mierda el smartphone de última generación (el más reciente, el que todos quieren).

El moqueo de Susana se intensifica. Ahora no sólo es la gripe, también moquea por ese efecto que hay en el cuerpo cuando alguien llora. Al menos lo mocos fluyen y puede respirar mejor. Hay muchas cosas pendientes que debe resolver cuando regrese. Sacar las porquerías que pertenecen a Carlos, ese hijo de puta traidor. Reunirse con su abogada para firmar los documentos que le darán la patria potestad de Luisito y todo lo que eso implica. Esos asuntos la agobian y la obligan a cometer pendejadas, como destruir ese aparato que contenía su agenda, el directorio, los mensajes, el mapa de la ciudad y los traductores que en el contexto, son vitales. Y ahora empieza a extrañar a Siri.

Lo que no sabe, es que justo en el momento en el que tuvo el arrebato, su asistente la llamó para notificarle que un juez decidió liberar a Jesús López por falta de pruebas. Y eso no es bueno para Susana. Su libro se basa en las “investigaciones” que realizó y que demostraban que Jesús era el único culpable de la desaparición, violación, muerte y desmembramiento del cadáver de Luisa Solano. Que se deshizo de las evidencias y que nunca sabremos donde quedaron sus restos. Una historia fascinante.

Susana ignora esto, pero la prensa ya está enterada. Y en las redes sociales se comenta del asunto. Y en los portales de noticias. Todos están listos para la masacre. Y Susana, después de tranquilizarse se siente lista para su presentación. Moqueando pero lista.

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6.LG G3 Procesador Snapdragon 801

Memoria interna 32 GB expandible Memoria RAM 2 GB

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Nora intenta ponerse buena.

Ahora está terminando su rutina en la caminadora. Dos kilómetros. Hay un hermoso ventanal que da a la avenida. Todos la observan desde sus autos, ven cómo se pone buena. Le gusta que los tipos detengan la marcha de sus vehículos y le manden besos o le digan piropos u obsenidades que ella no escucha.

Del otro lado de la avenida hay un gran centro comercial en el que acostumbra pasar a comprarse algo todos los días y tomar un café.

Asiste cinco veces por semana al club, al menos tres horas. Los cargos por mantenimiento al mes son muy altos pero está fascinada. Ella se lo merce. Y el lugar vale cada centavo que paga. Los aparatos para hacer ejercicio permiten conectar tu teléfono por Bluethoot para escuchar música y revisar tu correo, redes sociales, todo controlado por una pantallita. También le encanta el sauna, la alberca. Las clases de zumba son sus favoritas, sobre todo por el instructor que tiene unas nalgas realmente hermosas. Nora le coquetea pero sabe que debe ponerse más buena para llamar su atención. Tal vez en tres meses ya esté saliendo con él. Irán a un restaurante, el que le encantaba a Osvlado, al que iba casi todos los viernes. Y casualmente coincidirán. Osvaldo verá que ella se ha puesto muy buena, a diferencia de la ama de casa por la que la dejó y cuyo cuerpo está compuesto por unas tetas de globo con harina, manchas en la piel, nalgas expandidas y que tiene un carácter de la chingada. Ah, pero eso sí, el buen Osvaldo quería un hijo. Verá a su acompañante, su novio que tiene las nalgas del tamaño de un balón y pectorales consistentes. Esos pensamientos motivan a Nora mientras usa la caminadora. En resumen, está encantada con el club y podría pasar más tiempo ahí. Casi lo equivalente a una jornada laboral. Incluso está pensando que en algún momento puede llegar a ser instructora. Todo sería perfecto de no ser por Luisito. Afortunadamente, Agustín lo cuida mientras ella se ocupa de sí misma. Buen tipo Agustín, aunque definitivamente no es lo que ella quiere. Incluso, hace mucho que no deja que Agustín la toque. Es una linda esta Nora. Vive muy bien, ella siempre ha tenido buen gusto y ha remodelado el viejo departamento de sus padres. Ha quedado irreconocible el lugar. Aunque está ahorrando para comprar un departamento en otra zona. En el mismo edificio en el que vive Osvaldo están vendiendo uno y está esperando otro pago de las regalías del libro Lágrimas por Luisa para pagar la primera parte del crédito hipotecario. Hay tantos planes, Nora. Todo sería perfecto de no ser por esas dos personas que tiene en casa. De Agustín es más fácil deshacerse. Tal vez la próxima semana. De Luisito es más complicado. Pero en unos cinco años, si hay dinero suficiente, piensa mandarlo a estudiar en el extranjero.

Nora por fin termina su ejercicio en la caminadora. Lo que sigue es darse un baño y pasar a tomar algo en el café que está justo del otro lado de la avenida. Algo llama su atención. En el café hay una mesera nueva. Es curioso porque todos los días que viene al club, cuando termina su rutina en la caminadora, se percata que la mesa en la que le gusta sentarse esté libre y que Lupita, la mesera que la atiende muy bien no esté atendiendo otras mesas.

Su mesa está libre ahora pero no ve a Lupita. Hay una mesera nueva. Nora se talla los ojos. Sí, es una nueva mesera. Es Luisa. O se parece mucho a Luisa. Tiene el cabello más corto, se lo arregla distinto y está teñido. Con su teléfono, le toma una foto. Dos, tres fotos. Unas con zoom. No se distingue bien. Tiene que ir a comprobarlo. No vaya a pasar como cuando la supuesta Luisa le escribió un mensaje. O como otras veces en las que su paranoia le ha hecho pensar que ve a Luisa en el banco, cruzando la calle, o aquella vez en el baño mientras se lavaba los dientes y la vio por el espejo. Esta vez parece real. Ahí está, atendiendo a un pareja de ancianos. Y si es ella, se va al carajo todo. Nora no puede moverse. Un escalofrío. Todo se va a ir a la mierda. El libro no se venderá más, ya no habrá regalías, ni viajes, ni club, ni novio nalgón, ni departamento en el mismo edificio en el que vive Osvaldo. No llegará a estar buena nunca. Nada.

Nora tiene un plan. Esperará a que la supuesta Luisa termine su turno, la seguirá sigilosamente hasta llegar a una calle oscura o un lugar solitario. La enfrentará, la verá frente a frente, la reconocerá. No sabe qué va a decirle. Es más, no cree que sea necesario decirle algo. Nora tiene muchos proyectos y va consegurilos. Debe ser muy lista. Nora va hacia las regaderas detallando su plan en la cabeza mientras observa las fotos que le ha tomado a la mesera. Esta vez no irá a tomar algo al café ni hará compras en el centro comercial.

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7.Modelo desconocido

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Alicia revisa la fila y el número de butaca que indica su boleto. Se sienta. Acaban de dar la primera llamada. Está nerviosa. Hace mucho que no va al teatro. No le gusta. Habiendo tantas opciones de entretenimiento, el teatro le parece de lo más anticuado y aburrido. Sin embargo, por una extraña razón hay gente que sigue haciéndolo y público que sigue asistiendo. Aunque cada vez son menos. Hay cosas que no cambian aunque pasa el tiempo. En unos diez años, seguramente nadie se interesará en esta porquería, piensa Alicia. Es el estreno de Lágrimas por Luisa, el musical. El productor menciona en el programa de mano que retomar esta vieja historia es pertinente para la sociedad en la que vivimos. “Es increíble que a veinte años de la desaparición de Luisa Solano y la publicación del libro magistralmente escrito por Susana Larios, las personas sigan desapareciendo sin dejar rastro y nuestras autoridades sigan siendo tan incapaces para resolver los casos”. Un imbécil el productor. Todo el mundo sabe que el libro está basado en inventos mal escritos por una oportunista, piensa Alicia. Todo mundo sabe que la editorial se fue a la quiebra después de la liberación de Jesús. Pero a la gente le gusta ver la misma porquería una y otra vez. Es como si le contaran la historia de Batman o Superman miles de veces pero dirigida por uno, o la versión de otro. A la gente no le gustan las historias nuevas. Y a todos los que están aquí, les encanta la historia de Luisa. Y el productor piensa que será un buen negocio. El tipo en la cabina da la segunda llamada. Y le pide a los asistentes, por respeto a los actores, que apaguen sus dispositivos. No por el ruido ni por la interrupción. La nanotecnología le provoca convulsiones a algunas personas. Las compañías que fabrican estos dispositivos que se adhieren a la sien, están resolviendo esos detalles técnicos y esperan que el próximo año ya no produzcan esas reacciones. Los que son más retro siguen usando los smartphones. Y esta obra sin duda es retro. Algo llama la atención de Alicia y la pone más nerviosa: la presencia de Susana Larios y de Luis Arteaga en el estreno. La tal Susana no tendrá más de cincuenta años pero apenas puede caminar. Y Luis no es más que un gordo con acné, apenas dos años mayor que Alicia. Ambos toman sus lugares apenas dos filas delante de donde está Alicia. Ahí están, piensa Alicia. Hijos de puta. Alicia tiene ganas de levantarse, acercarse a ellos y escupirles en la cara. Pero se contiene y sigue leyendo el programa de mano. “He modificado algunas partes de la historia que tienen que ver con el villano de la historia. Intenté limpiar la imagen de Jesús, que al parecer no tuvo nada que ver con la desaparición de Luisa.” ¿Villano? ¿Al parecer no tuvo nada que ver?, son unos cabrones. Esta obra va a ser una mierda, piensa Alicia. Sólo espera que a Jesús lo reivindiquen, que no sigan difamando, que no quede solo en una disculpa por parte del juez. El tiempo que no puedo pasar con su padre ya nada ni nadie lo puede reponer. Los dos años que vivió después de haber sido liberado y en el que pudo convivir con su hija Alicia, fueron suficientes para que la pequeña se diera cuenta de la buena persona que era.

Alicia quiere ver cómo aparece Jesús en la obra, si sigue siendo el monstruo asesino o el padre amoroso que ella conoció. Su nombre debe limpiarse.

Lo que ignora el productor, el director, los actores y los músicos de este flamante musical es que no tiene que gustarle ni a Susana Larios ni a Luis Arteaga y mucho menos a los demás asistentes o a la prensa (que por cierto, ya casi no cubren los espectáculos teatrales). La única que debe salir satisfecha con su trabajo es Alicia. Su carrera depende de eso. Su vida depende de eso.

El regordete Luis siempre ha sido muy curioso. Siempre acostumbra observar todo lo que pasa a su alrededor. Aunque últimamente su curiosidad es producida por la paranoia. Desde hace algunos meses ha recibido amenazas de muerte. Alguien le manda mensajes horribles en papelitos. Sí, papelitos. Ningún recurso tecnológico. Los mensajes digitales están muy monitoreados y controlados. Si se te ocurre amenazar de muerte en estos tiempos, saben de dónde proviene y quién es el autor. Es inteligente el tipo que lo amenaza. Y sabe que siempre está cerca de él. “¿Quieres terminar como tu madre?” “Un día desaparecerás” “Sé lo que haces, puto gordo. Deja de ver pornografía” “Lo he pensado bien. No voy a desaparecerte, vas a explotar.” “¿El atentado en tu escuela? Iba por ti pero algo falló. Ningún error para la siguiente”. Son los últimos mensajes que recibió. Está seguro que un terrorista es el autor de los mensajes. No es un aficionado. No. Es un terrorista de esos que saben de nuevas tecnologías, que nadie detecta pero que hacen explotar edificios completos con pequeños dispositivos. Tiene algo que ver con la nanotecnología y esos aparatos nuevos. Eso ha puesto muy intranquilo a Luisito, como le dice su querida tía Susana, a quien no le ha comentado de las amenazas. Ya casi no come, mucho menos duerme. Todo el día está atento Luisito. Están por dar tercera llamada y van a apagar las luces. Luisito da un último vistazo a su alrededor y nota que dos filas detrás de él está sentada una chica que llama su atención. Es preciosa, piensa. Cuando termine la obra, voy a acercarme a ella, me haré el interesante y le pediré su número. Es amor a primera vista. Las luces empiezan a apagarse y la chica, que siente la mirada de Luisito, le regala una sonrisa.

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Fin

 


Hugo Abraham Wirth. Dramaturgo, guionista, director de escena, fotógrafo y editor. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca. Cuenta con varias puestas en escena, lecturas dramatizadas y publicaciones de sus obras en México, España, Colombia, Chile, Alemania e Italia entre las que se encuentran: La fe de los cerdos, El día de la intolerancia… y Constantina no estaba, Intervenciones, Despojos para un lunes, Tangram, Precisiones para entender aquella tarde, Épica de la inmediatez, Cartografía de una tormenta (estrenada por la Compañía Nacional de Teatro), entre otras. Es director y dramaturgo en El manatí rosa, colectivo escénico con el que ha implementado diversos procesos de laboratorio desde 2010 y de los cuales han resultado textos y puestas en escena. Durante diez años fue docente en la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México y ha impartido varios talleres y conferencias dentro y fuera del país. Ha sido becario del Goethe Institut Mexiko, la Fundación para las Letras Mexicanas, del Programa Jóvenes Creadores del Fonca y del seminario Panorama Sur en Buenos Aires, Argentina. Ha sido ganador del Concurso Nacional de Dramaturgia Teatro Nuevo (2002), el Premio Manuel Herrera de Dramaturgia (2003 y mención en 2009) y el Premio Nacional de Dramaturgia UAM-UdeG-Sec. Cult. D.F. (2013). Fue el único representante mexicano en el ciclo Encuentros con el Teatro Iberoamericano actual organizado por Nuevo Teatro Fronterizo e Iberescena en Madrid 2014 y fue nominado al International Playwright´s Prize y el Prize of the Audience en el Festival Heidelberg Stückemart 2015 por su obra Precisiones para entender aquella tarde.

El loco Leopoldo

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El loco Leopoldo

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Tiempo atrás, en la ciudad donde las palmas tocan el cielo. El güero, un adolescente buscador de oportunidades, recogía cartón y cobre de la calle para venderlo en las recicladoras. Decía que no le pedía a Dios que le diera, sino que lo pusiera donde hubiera. Era septiembre, iniciaba clases en la escuela secundaria, con nuevos compañeros pudo deshacerse de aquel lamentable apodo el “Güero caga leche” que le pusieron en la primaria, lo soportó por cuatro años. Al inicio de clases requería de libros, al decirle a su papá, Éste le comento que su tía tenía una caja de libros que le había dejado su primo Leopoldo.

Leopoldo era amiguero, incluso uno de sus mejores fue un americano, Tarak Dosela, que conoció en un intercambio estudiantil. Amenizaba las fiestas en el barrio cantando alegre con su guitarra, los vecinos comentaban que era muy estimado por los profesores. Para ese tiempo él ya se había ido a estudiar medicina a la UNAM.

El Güero fue por la caja en cuanto pudo. La tía al entregárselos le dijo que Leopoldo le comentó que los libros ya estaban usados con sus notas, y resueltos algunos ejercicios. Los libros fueron de mucha ayuda, siempre fue adelantado a su clase y con esto recibió el apodo de “Güero sabiondo”. Tenía la motivación de estar usando los libros de su primo, que para él era un ejemplo para seguir. ¡Un médico en la familia!

Dos años después, fue a visitar a su tía, le informó que en el patio estaba Leopoldo, que platicara con él para ver si lo sacaba del marasmo que se encontraba. Estaba barbón y con la mirada hacia el suelo. Lo saludó sin respuesta inmediata, después: “Güerito. ¿qué crees? Dormí con la calaca. Tenía que dormir con la calaca.”

El Güero mejor se retiró. Tiempo después la tía comentó que un hippie lo drogó con LSD y se quedó en el viaje. Lo cierto es que venía mal de la cabeza. La tía buscó por todos los medios como curarlo. Primero lo atendió un doctor en la ciudad, pero no mejoró. Su hermano mayor lo llevó a la capital del estado a un hospital especializado en enfermedades mentales. Su tratamiento fue largo, se decía que no era muy bueno, ya que era base de toques eléctricos. Al regresar se veía más alivianado, aunque repetía y repetía las frases que expresaba. Poco a poco la familia se fue acostumbrando a su condición, pero la gente es canija, le decían “El Loco Leopoldo”. Para el güero no estaba tan loco ya que lo seguían invitando a las fiestes del barrio, ponía su cigarro en la pala de la guitarra y cantaba con voz ronca: No, señor apache, no sea usted tan cruel, yo no quería venir, sabía que me iban a matar. Cierto día el güero lo encontró con rumbo a la zona roja.

        —¿Dónde vas Leopoldo?

        —Voy a mi terapia sexual —contesto rápidamente, apresurando su paso.

       —¿Y sabe de esto mi tía?

        —Sí, ella me da el dinero para pagarle dice que, con esto, ya me voy a curar.

  El güero no lo creyó, pero sabía que su tía haría todo para curarlo. Los vecinos del barrio decían a la mamá, que Leopoldo iba acabar con ella, que lo mejor era dejarlo en un hospital y que ahí lo atendieran. Una vez le dijeron a su mamá que había un curandero en un rancho que curaba la loquera. Ella lo contacto, se pusieron de acuerdo y la citó en la madrugada, para esto llamo a un taxista. Leopoldo no sabía, pero algo sospecho. Al llegar no se quiso bajar, le dijo que primero le avisara. Cuando el curandero abrió puerta, se escuchó un grito de Leopoldo: “¡Ese es, ese es, cúrelo, cúrelo!” El curandero un grandulón bien fornido, lo metió a la casa y no hizo caso de suplicas diciéndole que no era el enfermo.

         “Eso dicen todos, así dicen todos”. Contestó el curandero, dándole riguroso tratamiento. Dijeron que lo obligó a tomarse un brebaje que sabía a sapos y culebras, luego lo baño con agua fría y le dio de cintarazos.

El tiempo pasó. Su hermano se fue de casa, solo él y su mamá quedaron, el güero siguió visitando a su tía, le dio otra caja de libros. Leopoldo siguió empeorando, sacó todos los muebles de su recámara dormía en el piso y escribía con un cincel en la pared frases incoherentes que según el eran de su inspiración. El güero siguió sus estudios siempre evitando a los hippies que se observaban en la ciudad.

La mamá de Leopoldo murió al poco tiempo y él empezó a deambular por las calles buscándola. Su amigo Tarak se enteró de su triste situación, lo buscó, lo encontró una noche lluviosa yendo por la otra acera de la calle, le gritó: “¡Leopoldo, Leopoldo!” Este lo reconoció, cruzo la calle sin darse cuenta de que una camioneta Chevrolet 59 venía a alta velocidad. Fue atropellado, su amigo quiso ayudarlo, pero murió en sus brazos dicen que sus últimas palabras fueron: “Hola, señor apache”.

 


Jorge Zayas, originario de Mexicali B.C., entusiasta lector, ingeniero de profesión con 30 años en la industria maquiladora, retirado.

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Face to Face

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Face to Face

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Alfredo realizó la llamada habitual de las siete de la noche. El ruido blanco es la constante ante cada una de sus intervenciones. El número telefónico es el mismo, lo ha memorizado y lo tiene presente a la hora de marcar.

–¡Ring, ring!… ¡Hola! ¡Hola!

–Shxcxchcxs.

El lazo emocional es la estática, la cual se encuentra presente de forma indefinida; es un factor que coadyuva en calmar su hostilidad.

–¿Sabes? Me abrumoría desde hace años entre el tedio, impotencia, y la frustración, Me siento inconredo y encabronado. ¡Sí, tal como lo oyes! ¡Totalmente encabronado! Sigo al pie del absurdo que termisucede.

– Shxcxchcxs.

–He dormido mal, apenas unas horas, aunque tomo varios ordopenos durante el día. Estoy cansado. Todo es un desbestia habitado por espíritus que deambulaban entre las cuatro paredes. Dormiré, dormiré un poco. Intentaré ignorar cuan absurda es esta carga perdiencia, pero ya sabes que perdí la noción de este fenostudio.

– Shxcxchcxs.

–¿Sabes? Tengo todo la teninción de hablarte mañana, por teléfono, como lo he hecho hoy, ayer, antier, anteantier y tantos otros días.

– Shxcxchcxs.

¿Separarme de ti? ¡No, nunca haría eso! Créeme me causaría angustia.

– Me voy. Voy a casa. Mañana hablaré a la misma hora.

– Shxcxchcxs.

–Leonardo Reyes el psicólogo leyó la transcripción de la décima grabación del paciente fechada el diecinueve de julio de dos mil dieciocho, revisó también la Anamnesis para valorar los factores previos que desencadenaron la condición actual.

Informantes: Ninguno.

Episodios previos: Se desconocen.

Enfermedad actual: Insomnio, dificultad para hablar. Algunas de sus palabras resultan confusas. Presenta una conmoción cerebral debido a una caída reciente según informó a su ingreso. Frecuencia cardiaca y respiración estable.

Habilidades especiales: Atención, memoria, razonamiento, fuerza.

Hábitos y empleo del tiempo: Fascinación por objetos inanimados (los botones, instrumentos de limpieza, ordenadores, el ruido blanco y el viento). Tiende a contemplar las cosas y quedarse ensimismado por largo tiempo.

Estado de ánimo habitual: Inestable, pierde la calma, ríe, llora, y regresa después a un patrón de comportamiento considerado dentro de lo normal. Se muestra impaciente ante la falta del ruido blanco.

Rasgos dominantes: Temperamento reservado o tímido. Frío, distante, con cierta resistencia a la frustración.

Relaciones con otras personas: Rara vez se encuentra presente, tiende a aislarse.

Diagnóstico tentativo: El paciente presenta un patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento marcado y poco saludable. Trastorno esquizoide. Aunado a ello la paramnesia ha alterado su memoria

Tipo de tratamiento: Ambulatorio. Tiempo máximo de estadía: veintiún días.

Leonardo escribió en el registro clínico: Alfredo B., continúa con su ritual y pensamiento obsesivo, el cual consiste en hablar a través del teléfono de la oficina cuando cree que nadie lo observa. El estado de latencia generado a partir de la llamada y el estímulo que recibe del ruido blanco produce en el paciente un estado de calma hasta por quince horas, mostrando una modificación de su conducta habitual en relación con el medio.

Guardó el expediente en el archivero, ajusto sus lentes y salió de aquel hospital psiquiátrico con toda la seriedad profesional que le caracterizaba. Al llegar a su casa, realizó la peculiar rutina que desde hace años había efectuado. Estacionó su auto frente a su domicilio. Aplaudió dos veces, Puso gel antibacterial en sus manos, salió de su auto con lentitud, también se dispuso a revisar su cremallera y que todos los botones de su camisa estuvieran correctamente cerrados. Después caminó con cautela hasta la puerta de su hogar, colocó la llave giró la perilla, y lo recibió el sonido inconfundible y relajante de la estática de su televisor: Shxcxchcxs. Sonrió pensando en cómo un experto en salud mental enfrentaba face to face la locura.

 


Demetrio Navarro del Ángel. (San Luis Potosí, México, 1976). Forma parte de varias antologías entre ellas, plaquette de brevedades. “Dos veces bueno” (2022), “Poetry without borders of peace” (2021), Antología de poesía erótica “Trazos tórridos” (2020). Narrativa y poesía del autor puede encontrarse en publicaciones nacionales e internacionales.

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Rufus “El Chiflado”

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Rufus “El Chiflado”

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Nera y Litu fueron notificadas por Euren, como las siguientes en iniciar su servicio el próximo año. En cuanto supieron no dudaron en ir volando a la madriguera de Rufus en busca de información más allá de la que dan en la escuela. Cuando estuvieron cerca de su destino desaceleraron pues las ganas de saber sobre esos seres a los que les facilitarían la vida, no sobrepasaba el miedo o exceso de respeto que le tenían por ese viejo ermitaño.

Rufus había quedado relegado de la sociedad al regresar con prácticas del otro mundo pues no era común hacerlo. Éste delimitaba su casa con plantíos no endémicos del lugar y solo eran reconocidos por un selecto grupo que también convivieron con aquellos seres. Sembraba a prueba y error una y mil variantes de alimentos a los que no entendía del todo. Tenía mutaciones de frutos como cebollines color morado, lechugas con manchas rojas, sandías que sabían a melón podrido y hasta ajos de múltiples colores.

Las novatas se adentraron en uno de los coloridos sembradíos. Nera arrancó de raíz un fruto anaranjado, lo mordió y escupió de inmediato “¿Cómo pueden comer esto?” Litu no contestó pues lamía con vehemencia su hallazgo triangular. “¿Quién anda ahí?” Refunfuño el entusiasta agricultor. Las jóvenes revolotearon algunos segundos y no les quedó de otra que presentarse ante él, después de todo a eso iban.

Luego de un discurso desaprobatorio en donde las chicas aceptaron su falta de educación por invadir su propiedad, ellas se animaron a hacer algunas preguntas. El viejo lanzó un largo gruñido y manoteos inquietantes pues hablar de aquellos seres lo ponían irritable. “Esas criaturas no tienen ni pies, ni cabeza” las chicas se voltearon a ver con los ojos aún más saltados de lo que los tenían, pues eso no lo habían escuchado, “viven como si fueran a estar en la tierra miles de años, pero cuando se percatan de su pronta mortandad ahora si empiezan a poner atención a los detalles importantes”.

—Háblanos de su aspecto físico—interrumpió Nera.

—Múltiples variables, depende la región, algunos muy similares y hay lugares donde se encuentran de todos sus derivados.

—¿De qué color son? —preguntó Litu con impaciencia

—¡Niña! ¿Qué no escuchas? Son múltiples variables.

Nera jaló de una de las orejas puntiagudas de Litu y le susurró el apodo del viejo. Volaron a la salida y a su vez le agradecían el tiempo que les dedicó. Rufus las acompañó y les señaló los cultivos una vez afuera de su casa.

—Miren las cosas que son capaces de hacer, y son actividades que ustedes tendrán que apoyar. El cultivo de alimentos. Ellos siembran y siembran millones de frutos, pero su avaricia es tan grande qué prefieren que se echen a perder si otros no lo intercambian por una moneda que inventaron, muchos mueren de hambre y no les importa. Yo mataría a todos sin excepción.

— ¿Son malvados? Pregunta Litu temerosa. Nera vuelve a jalarla, pero esta vez de una de sus alas.

—Sádicos, irracionales, egoístas… Aunque hay algunos muy decentes, pero están los peores, los que no hacen nada. Imagínense que aquí en el Páramo tuviéramos de esos. Las chicas negaron con la cabeza, de manera desaprobatoria.

  Rufus arrancó una especie de cebollín del suelo, se los dio a probar, pero ninguna extendió el brazo para tomarlo, así que lo hizo, apenas lo masticó y lo devolvió a su mano, luego entre carcajadas les dijo que nunca probaran nada de lo que tenía sembrado él. Nera se elevó unos metros afirmando que este ser estaba chiflado. Litu sin inmutarse contestó que más bien parecía obsesionado con sus experimentos.

Una luz incandescente cegó a las tres criaturas en medio del sembradío de zanahorias. Euren descendió con lentitud hasta ellos. Rufus hizo una reverencia corta mientras que las jóvenes la hicieron hasta el suelo y ahí se quedaron.

—Niñas, si querían saber algo sobre los humanos solo tenían que esperar al solsticio de verano para ver con sus propios ojos su mundo. Ellos no son más que una raza menos dotada que nosotros, pero igual de compleja. Y Rufus deja de intentar dejarlos como locos irracionales. Nosotros no fuimos mejores en su tiempo.

—Lo siento, mi Reina, y eso que no les conté lo peor.

 


Nancy Durán. (Cd. Juárez, Chihuahua, 1990) Comunicóloga, Gozo leer y escribir sobre futuros distopicos, dentro de los géneros de fantasía y ciencia ficción. Cuento con un par de novelas pendientes de publicar que contienen estas características. También tuve la oportunidad de realizar un corto documental apegado a la realidad llamado ¨Club Victoria¨ para el IMCINE.

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Reconocimiento apropiado

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Reconocimiento apropiado

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Siete de la tarde: bajarse del auto, dar cinco pasos, girar la perilla. Siete con cinco minutos: entrar a la casa, la cocina. Siete con diez minutos: Abrazar niños, sonreír, sonreír, sonreír. Siete con quince: Ir con esposo y preguntarle “¿cómo te fue amor?”. Besos.

Él sabe. Sonríe. Finge también. La farsa es buena, la tiene bien practicada y bajo control, es su única manera que tiene de no matar a nadie. No porque tenga sentimientos de cariño hacia ellos, sino porque son útiles para esconderse y poder vivir.

Es un teatro. Un cuento que se repite. Un circo, con todo y payasos, actores y animales. Y en el centro, la navaja fiel. La mano que la ciñe. La voluntad que la maneja.

A ella le gustaba hacer las cosas bien, ponía atención a esos detalles que a nadie parecen importarles. Al final se cansó de pretender y con un cuchillo, eliminó a su familia. Fue un lamentable accidente del cual nunca sospecharon de alguien. Su vida cambió a una solitaria.

Mataba de uno en uno, pero la adrenalina logró que el número de víctimas aumentara, quitándole la vida a cinco personas en un solo ataque. Su modus operandi era variado, no despreciaba ninguna herramienta, técnica o víctima, por lo que no se ajustaba a ningún perfil de asesina serial. Se le hacía una estupidez eso de elegir personas con ciertas características físicas, rango de edad, género o porque te recuerda a alguien. Le daba igual si eran chinos, mexicanos, blancos o negros. ¿Por qué limitarse cuando matar a cualquier persona le provoca placer? Todos tienen ojos. Y en todos los ojos, la mirada, y en cada mirada, la luz que se extingue.

Sin embargo, una noche, sentada frente al espejo tuvo un momento de reflexión planteándose su papel en la sociedad. Sin ella, el mundo no tendría miedo. Si tenía esa habilidad debía haber una razón. Había encontrado su función en el mundo. La vida la había hecho así, pero no debido a un evento traumático. Sus padres eran normales, la educaron con respeto y amor. Estudió, pero antes de graduarse, su historial criminal había comenzado.

Su momento reflexivo la había llevado a pensar que era momento de retirarse, buscar el placer en una actividad honrada, encontrar un trabajo, dejar su vida solitaria, hacer amistades. Después de un momento de analizar las cosas, se dio cuenta que aquella profesión no era como dejar de fumar.

Se sentía superior que las autoridades, ya que no habían podido atraparla después de sus víctimas, hasta el día de hoy. La autopsia de su última víctima reveló una pista que fue de ayuda para identificar a esta asesina. Su último deseo se cumplió: dejar de ser anónima.

 


Nohemí Corral Almada. Estudiante en la Licenciatura de Psicología. Integrante del Taller de Narrativa y Poesía, impartido por el Centro Cívico S-Mart, en el cual cuenta con una publicación de antología. También cuenta con una publicación del Taller de Minificciones, impartido por el profesor José Juan Aboytia. Colaboradora de la Revista CASA.

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A salvo en casa

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A salvo en casa

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Absorto ve un horizonte desolador, la incertidumbre es un umbral espeso que se interpone en su memoria, duda en cruzar la sólida cerca de palos sucios, al fondo su casa de campo en ruinas. Un torrente de preguntas le asalta: “¿Qué es esto? ¿Me habré equivocado?”

Aquí vivió con María, su rubia esposa. La dejó embarazada antes de firmar el contrato. Incrédulo, saca otro cigarrillo de su mochila. Aspira profundo, lo disfruta, su mirada fija en el contorno gris. Se decide, explora sigiloso por los terrenos. Busca pistas y recuerdos.

Llegó oculto para encontrarse a sí mismo, sin saber en realidad si es y pertenece a éste lugar. No reconoce del todo por olvido o sin razón la luz interna de los cerrojos, a los campos por donde corrió junto a ella. Allá, un columpio caído, en el otro, cuelgan trozos de sogas. Las tierras fértiles que abandonó, las cubren montículos de hojas muertas, sueños de los esqueletos en pie, un nido al menos quizá dos con alfileres entre ellos, le dan la espalda.

Va a paso lento con sus delirios, al preguntarles por los ausentes, callan sus sombras. Espacio lleno de ojos abiertos entre las noches con estrellas sin brillo, pobladas de cuervos que vuelan entre nubes de vacíos. Mecen su memoria como un péndulo estático en un reloj de pared en medio de una roca oculta entre atardeceres y el roció.

Se acerca con cautela al granero en tapias, escudriña, por experiencia sospecha una trampa del enemigo. Una granja en abandono es un camuflaje, lo recuerda bien. Le silva dos tres veces a su amada. Escucha ruidos extraños. No hay luces, la obscuridad se mezcla con las pausas de murmullos lejanos color sepia. El “María” desesperado se pierde en el vacío.

Prepara el rescate a oscuras, cara pintada y arma en mano, patea el “se vende”. Pecho a tierra se arrastra a la principal. Hace una señal de inicio de combate a las sombras que lo siguen, dos al flanco derecho, uno por la izquierda, todo en silencio, avanza cojeando. De pie, en posición de asalto a un lado de la puerta, ve junto a su hombro un adorno, el hogar de los abuelos, número y calle. Revisa con su lámpara, respira hondo, está en casa y a salvo.

Le da la bienvenida en la sala una rata gorda, explota en pedazos por las expansivas 357 mágnum, cuatro, cinco más salpican con bazofia la oscuridad de la cocina. El resto huye al campo, tras ellas, su risa siniestra. Pone más balas para abatir al pelotón, cree, lo persiguen.

Detecta un extraño brillo por la cornisa de las ventanas. Se tira al piso, apunta hacia al cielo, la amenaza viene por los aires. Inmóvil un instante, abre fuego. En zigzag como serpiente de inmediato para no ser blanco fijo. Lo han encontrado. Busca su arsenal a tientas. El sudor del estrés diluye el añejo olor a pay de manzanas. Una madeja de telarañas cubre el tesoro de los violines de la cajita musical, regalo de aniversario al celebrar que eran el uno para el otro y por siempre. Al roce de su mano al protegerse, desata el canto de los dioses en sincronía con el destello de las luciérnagas que confundió con luces de bengala.

Un golpe esparce la partitura rota, entre astillas color caoba. Otro símbolo de aquella promesa de amor que, echó por la borda, al tomar los remos disfrazado de héroe inmaculado.

La pesadez del silencio avala su victoria. ¡No! la que entre los abismos reales tejió entresueños, en sus insomnios de noches inciertas en otros países; nunca la alcanzó en el fondo. Llegó el viento arrogante de ayer y le ordena, irás a otro frente, a donde van las tortugas a desovar en playas que no conoces, transcritas en el rollo mil doscientos de un escrito en papiro que se deshizo, en un siglo desconocido, junto a la sangre de quienes lo guardaron en un cesto tejido de luz; recuerdos estériles en una casa apolillada y vidrios rotos.

Abre otra puerta, entre el canto de los grillos y rechinidos, fluye el balanceo de la cuerda de un gato negro colgado en el tejado, sus cuencas, rincón de ecos, últimos maullidos de su querida Mimí, unidos con la serenidad de la luna. Llena de sonrisas, le da los ramos marchitos sobre la almohada rota, donde soñaron juntos un proyecto de vida. La carta de quien no le espera, es raíz y tallo seco. Las semillas de sus palabras florecieron en los días de su aventura militar; el amor o dolor quedó junto a la madera carcomida del marco, donde se recarga.

Las líneas agonizaron lentas, sus cenizas, esferas de polvo, rodaron al ritmo de las campanadas, al bostezo ocho de cada mañana. Bendecidas por el de la sotana negra, el mismo que le dio la venia divina cuando se hincó para ir, a imponer armado, valores que no práctica.

Levanta una nube de polvo al ver su foto de soldado ojo azul, corpulento y orgulloso boina verde. Sobre su cristal, ella con lápiz labial dibujó un payaso sonrisa triste que llora. En otra, María abraza un bebé, le dispara. Suspira satisfecho, liberado el sector de enemigos y fantasmas, descansa. Las botas sobre la mesa de centro. Abre las fundas de las armas largas, desliza lento sobre el reluciente acero sus dedos. Revisa mecanismos, las carga. Saca mapas, ubica escuelas, iglesias y centros comerciales. Recuerda rutinas y horarios, enciende otro cigarro, diseña el plan de ataque. Marca al celular de María, escucha la voz de un niño. Le cuelga. Listo, corta cartucho. La cannabis lo duerme. Sueña tranquilo con otra masacre, en pro de la libertad y la seguridad amenazada de su nación. Al mínimo ruido, apunta. Cabecea.

 


Humberto Salas Benavides. (Hidalgo del Parral, Chih., 1954). Inquieto, irreverente, curioso y aspirante a trotar Chihuahua, a México, Latinoamérica. No me intimida el desafío o reto de la naturaleza de donde provenga. Tallerista en narrativa que intenta escribir una vasta experiencia de vida, más la que experimento al día, por observación o en forma indirecta. Publicaciones en Cuadernos Fronterizos – UACJ.