ISSN 2692-3912

Épica de la inmediatez

 
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.Épica de la inmediatez.

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Aquí empieza la épica de la inmediatez

No tienes que leer a Homero para entender lo que es épica, la Wikipedia te la resume.

O busca lo que significa épica en la RAE. Para que sepas de lo que estamos hablando.

Esto es ficción solamente.

Esto empieza así:

Acto I

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1.1Agustín y Luisa

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#personajescuriososenlaciudad

Cochinito_punk compartió una foto

Este tipo está sentado en la misma mesa desde hace dos horas. Tomó un expreso y nada más. Parece que está esperando a alguien. No deja de observar un teléfono móvil que está en la mesa. A veces observa su propio teléfono. Pero no despega la vista del celular que está en la mesa… Habla con alguien que no está. Una chica. Habla como si la chica estuviera ahí o allá pero no hay alguien a quien hablarle. Lo encontré interesante y por eso tomé esta foto. Saquen sus conclusiones.

Agustín: Es un teléfono bonito. No sé si sea de los más recientes, pero tiene un diseño lindo, elegante. No entiendo mucho del funcionamiento de estas cosas. El que yo tengo es muy sencillo, apenas lo uso para hacer llamadas o mensajes. Tienes una foto bloqueando la pantalla… Supongo que eres tú. Te ves linda.

Luisa: Gracias.

Agustín: No hablas mucho.

Luisa: ¿Ya has visto las otras fotos?

Agustín: No.

Luisa: ¿Por qué?

Agustín: Hablaría muy mal de mí/

Luisa: Yo no tengo problema/

Agustín: Sería como invadir tu privacidad. Yo tengo datos y cosas muy personales en el mío/

Luisa: Ya no lo necesito.

Agustín: Eso no lo sé.

Luisa: ¿Tú crees que voy a necesitar un teléfono ahora?

Agustín: Estoy esperando a que llames para entregártelo.

Luisa: Llamará alguien pero no seré yo.

Agustín: ¿Por qué dices eso?

Luisa: Tú lo sabes.

Agustín: Soy una persona honrada y esperaré a que alguien llame. En otras circunstancias habría dejado el teléfono ahí. Es normal que a veces olvides el teléfono en el taxi, en un parque, en el sanitario. Yo lo olvidé una vez en la montaña rusa.

Luisa: ¿La montaña rusa?

Agustín: Sí, la montaña rusa. La vieja, la clásica que está en Chapultepec. Voy dos o tres veces al mes. Es parte de una terapia personal.

Luisa: ¿Eres esquizofrénico o psicópata?

Agustín: No, no. Es ansiedad. Desde mi divorcio todo me pone mal. Todo. El doctor dice que es una psicopatología que nos pasa a todos. ¿Quieres un café?

Luisa: No. ¿Qué es psicopatología? Sólo conozco a los locos, asesinos, pervertidos…

Agustín: Ninguno de esos. Es algo más complejo. Soy un tipo complejo. Y divorciado. No tengo ningún compromiso desde hace varios meses. Nada me ata a esa mujer. Nada.

Luisa: Ah.

Agustín: ¿Has estado con un divorciado?

Luisa: No lo sé. ¿Por qué no revisas el teléfono? Tal vez ahí sabremos si soy casada, divorciada, viuda/

Agustín: Lo importante es que funciona eso de la montaña rusa. Ahí puedo gritar y liberar un poco la ansiedad sin que los demás me vean raro. Como si desahogarse fuera un crimen. Como si los demás no tuvieran necesidad de gritar. Emmm… Esa vez olvidé mi teléfono en la montaña rusa y alguien lo encontró. Llamé cuando me percaté que no lo tenía y una señora muy amable me dijo donde nos veríamos para devolverlo. Y así, me lo dio.

Luisa: Debiste dejar mi teléfono donde estaba.

Agustín: Alguien más pudo tomarlo y hacer mal uso de él, podrían venderlo, otra persona podría usarlo. Es tan fácil borrar todos los datos. Borrar lo que eres. O con tanta gente que pasa, seguramente alguien lo aplastaría.

Luisa: ¿Se me cayó, viste cuando lo tiré?

Agustín: No puedo responder eso. Solo iba pasando por esa calle cerca del canal y ahí estaba… ¿Qué hacías en ese lugar? Es muy peligroso.

Luisa: ¿Es peligroso?

Agustín: Mucho.

Luisa: ¿Y tú qué hacías por el canal?

Agustín: Vivo a dos calles de ahí. Huele horrible pero la renta es barata. Esa mujer me quitó todo en el divorcio. La batería del teléfono se está agotando.

Luisa: Revísalo, por favor. ¿No tienes curiosidad de saber quién soy?

Agustín: Lo descubriré cuando nos citemos para devolvértelo.

Luisa: Si el teléfono se apaga, no podré llamarte.

Agustín: Cuando llegue a casa lo cargo de nuevo y seguiré esperando. No puedo revisarlo.

Luisa: ¿Qué más viste cuando pasabas por ahí?

Agustín: Nada. Estaba oscureciendo. Es una calle muy solitaria, ¿qué hacías por ahí?

Luisa: Ya me lo preguntaste. ¿Por qué no investigas?

Agustín: Bueno, tal vez daré un vistazo rápido. ¿No te molesta?

Luisa: Anda, yo te observo.

Agustín: ¿Estás segura?

Luisa: Hazlo.

Agustín: Pensé que lo tenías bloqueado. Deberías hacerlo. Agrégale una contraseña, un patrón, algo. Mira, ya puedo ver todo.

Luisa: Debo ser distraída y olvido las claves constantemente. Sigue revisando.

Agustín: Creo que antes de seguir deberías saber que soy un tipo normal. Divorciado, doy clases en un colegio privado. De matemáticas, no de las simples, manejo muy bien la geometría analítica y el álgebra lineal. No tengo compromisos desde hace unos meses.

Luisa: ¿Y a qué viene eso ahora? Aquí no importa quién eres tú. Importa que descubras quién soy yo.

Agustín: Pero siento que con esto estamos llegando a cierto nivel de intimidad, ¿no crees? Cuando nos conozcamos realmente yo sabré muchas cosas de ti y eso no pone la situación en un balance justo.

Luisa: Estoy empezando a dudar que seas un tipo normal. Anda, abre el facebook o el twitter, whatsapp. ¿Tengo Instagram, Tinder?

Agustín: Acá hay un Facebook. Espero que no se apague antes de… Luisa. Tu nombre es Luisa Viento del Sur. Ese no es tu apellido, ¿verdad? Yo soy Agustín Soler.

Nació el 15 de julio de 1991. Trabaja actualmente en Café Don Pedro. Representante de ventas de Colchas y edredones Alonso. Vive en Ciudad de México.

Luisa Viento del Sur cambió su foto de perfil hace 20 horas.

Luisa Viento del Sur compartió la publicación de Claudia Hernández: “Descubre tu personalidad con el café gitano”

Luisa Viento del Sur actualizó su estado:

Te das cuenta que no hay nadie en quién confiar cuando enfermas y no hay nadie que te cuide

Agustín: No dice mucho. ¿Estás en una relación?

Luisa: ¿Sí? No. ¿Tú qué crees?

Agustín: Hay pocas fotos. En casi todas te ves triste. Las demás son basura de cadenas con frases de superación. Hay una donde cargas un bebé. ¿Es tu hijo? ¿Tu sobrino?

Luisa: ¿El niño se parece a mí?

Agustín: El pie de foto dice: “Los martes son los favoritos porque puedo estar contigo”. Sí, debe ser tu hijo.

Luisa: ¿Cómo se llama?

Agustín: Es suficiente. La batería ya no aguantará más. Es mejor que pida la cuenta y vaya a casa.

Luisa: Revisa los mensajes, ¿con quién hablé? ¿En el teléfono no hay más fotos?

Agustín: No me interesa saber más. Voy a ir a casa, conectaré el teléfono, esperaré tu llamada y te lo entregaré. No pienso investigar seguir hurgando en tu intimidad.

Llamada entrante: Nora.

Luisa: Ahí está la llamada.

Agustín: ¿Quién es Nora?

Luisa: No sé. Investiga.

Agustín: Nora va a pensar que he robado tu teléfono.

Luisa: Vas a devolverlo, no te has robado nada.

Agustín: Hola.

Qué tal.

Ehh, yo tengo el teléfono de…

Bueno, no sé de quién es pero lo encontré estar tarde tirado en la calle…

No, solo encontré el teléfono y…

Ah, es de tu hermana…

Yo me llamo…

Cuando localices a tu hermana puedes decirle que esté tranquila, voy a devolver su teléfono.

Solo hay que ponernos de acuerdo…

Puedo verla a ella o a ti en un café por el norte de la ciudad. O dime y me acerco a…

Lo encontré en la calle Juan Doblado, es por donde está el canal de aguas negras…

Antes era un río, pero…

No sé, yo vivo por aquí y…

Entiendo…

Sí.

Un gusto. Yo me llamo…

Pedro.

Espero que no haya pasado nada malo…

Claro. Para lo que se ofrezca.

Hasta pronto.

Luisa: ¿Qué pasa?

Agustín: Vamos a casa, Luisa.

Luisa: Dime qué pasa.

Agustín: Nada. No sabe dónde estás. Saliste del trabajo hace unas horas y… Tu hermana va a llamar más tarde.

Luisa: ¿Es amable mi hermana?

Agustín: Sí, supongo. Está preocupada.

Luisa: ¿Cómo se llama?

Agustín: Nora. ¿Es guapa tu hermana? ¿Está soltera?

Luisa: ¿Cómo voy a saberlo? Tengo hambre.

Agustín: Te haré algo de cenar cuando lleguemos a casa.

Luisa: No acostumbro ir a la casa de un desconocido.

Agustín: Creo que no tienes opción, Luisa. No me gusta cómo nos ven.

Luisa: Es lógico. Tienes una psicopatología compleja.

Agustín: Me encantaría conocer a la verdadera tú. ¿Serás igual de encantadora?

¿Dónde estás Luisa? ¿Dónde te habrás metido?

.

1.2 Nora

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Nombre de contacto: Luisa Solano.

Desconectado.

Última conexión: hace tres semanas.

¿Desea dejar un mensaje de video?

Aceptar.

Nora: He comprado las medicinas para la alergia de Luis.

Compré suficiente para un mes, así que no te preocupes.

Luis ha estado bien en general pero debo estar pendiente.

A veces deja de respirar cuando duerme.

Me las he arreglado como puedo, Luisa.

Lo despierto por la mañana, le doy un baño y lo llevo a la guardería.

No está acostumbrado a despertarse tan temprano, casi siempre va dormido en el taxi.

He estado pensando en llevarlo en el autobús porque gasto demasiado.

Con mi nueva situación no puedo darme ciertos lujos.

Como sea, el niño está bien. Aunque ya no sé qué decirle.

Últimamente ha hecho berrinches.

Empieza a llorar por cualquier cosa y no lo puedo calmar.

No pregunta por ti. Pero supongo que te extraña.

Casi no habla, ¿verdad?

Come bien. Duerme bastante.

Y me pongo a pensar que esto de mi separación cayó en el momento justo.

No habría podido hacerme cargo de Luis si no hubiera regresado a vivir contigo.

Ese asunto va lento, pero mi abogada dice que en tres meses ya estaré divorciada.

Aunque si quiero sacarle más provecho al asunto, el proceso podría tardar hasta cinco años.

Me encantaría quitarle todo lo que pueda al hijo de puta.

Así que aún estoy indecisa. ¿Tres meses o cinco años para ser soltera otra vez?

¿Tú qué harías?

Bueno, en tu caso no podrías quitarle mucho a Santiago.

Estoy muy cansada pero no tengo sueño.

Estos días no he dormido bien, me la paso haciendo llamadas, buscando pistas, intentando entender…

Buscándote.

¿Dónde te metiste Luisa?

Apenas puedo creer que hayas desaparecido así, sin dejar pistas.

Es complicado vivir esto.

A veces pienso…

Sé que está mal pero me encantaría que un día me llamaran para decirme que encontraron tu cuerpo.

O recibir un mensaje tuyo en el que me digas que estabas harta y que decidiste dejar todo y te la estás pasando genial en una isla.

Me dijiste que querías ir a Cancún.

¿SÍ te fuiste, desgraciada?

Bueno, al menos te hubieras llevado al niño para que conociera el mar.

Hubieras avisado.

Pero desaparecer así…

En el trabajo estoy muy mal, he pedido permiso varios días.

Y estoy aguantando, Luisa.

Me pongo a pensar que si estuvieran vivos nuestros padres, no sé si podría aminorar su angustia.

Te borraste del mapa, pinche Luisa.

He intentado recuperar tu teléfono celular pero el tipo que lo tiene ya no contesta.

Sólo sé que se llama Pedro.

A veces está encendido porque entra la llamada, pero no responde.

Y hay días en los que está apagado completamente.

Voy a denunciarlo.

Ya fui con la compañía telefónica y me dieron un reporte de tus últimas llamadas.

Pero nada relevante.

Lo que sé es que el tipo que tiene tu teléfono lo está usando.

Aunque por ahora todas mis energías están puestas en encontrarte.

Ya está tu foto en todos lados. Al menos en el metro y en algunos postes.

Escogí la foto en la que estás con esa blusa amarilla que te gustaba.

No sabía si usar esa o en la que traes el uniforme de la cafetería.

Aunque estos idiotas que están “investigando” son realmente incompetentes.

Ayer estuve a punto de golpear a uno de ellos.

Armó un mapa de tu supuesto recorrido. Desde que saliste de la cafetería hasta el lugar en el que dice, el tal Pedro, que encontró tu teléfono, cerca del canal.

Pasó menos de una hora.

Llegaste muy rápido a ese lugar si tomamos en cuenta la distancia y que a esa hora la ciudad es un caos.

¿Qué estabas haciendo por esos rumbos?

El caso es que el idiota que armó el mapa del recorrido insinuó que tenías un romance con alguien, que ese alguien te llevó en su auto y que posiblemente te llevó a uno de los hoteles de paso que hay por la zona.

Hijo de puta.

No me contaste nada de eso.

¿Conociste a alguien?

El investigador idiota dice que verá la forma de acceder a tu correo personal y a tu cuenta de facebook para revisar los mensajes.

Si tuviéramos tu teléfono o más pistas, todo sería más fácil.

Me siento un poco estúpida haciendo esto. Pero si apareces, quiero que quede como un testimonio de lo que han sido estos días de ausencia.

Me han dicho que haga una campaña para localizarte por redes sociales, pero creo que debemos esperar.

No quiero armar tanto escándalo, quiero pensar que estás bien.

Me quiero quedar con la versión optimista: simplemente quisiste fugarte unos días y mandar a la mierda todo.

Yo he tenido esas ideas a veces, pero soy más cobarde que tú.

Luisa Solano está en línea.

Finalizar mensaje de video.

Iniciar videollamada.

Contesta, Luisa.

Luisa, te estoy llamando. Contesta.

Luisa está escribiendo.

¿Dónde carajos estás?

¿Estás bien? Te he buscado por todos lados.

Luisa dice: Hola.

¿Cómo que hola? ¿Dónde estás?

El niño está preguntando por ti. ¿Qué se supone que debo decirle?

Ya hice una denuncia y están buscándote. Hay carteles con tu foto por todos lados.

Te acabo de mandar un video.

Contestaaaaaa.

Luisa está desconectada.

Luisa. Puta madre. Luisa.

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1.3. Jesús y Susana

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Antecedentes de lo que será un caso indignante que sacudirá a la comunidad durante algunos días.

Feminicidio.

Hashtag JusticiaparaLuisa

Hashtag Niunamas

Favor de guardar discreción y compostura.

Aunque se recomienda no dejar de reaccionar, compartir y dar like.

La inmediatez es lo de hoy.

Así empiezan las revoluciones.

Jesús: A mi favor debo decir que las pocas veces que la vi, fue a través de la ventana de mi oficina que da al café donde trabajaba. Jamás la acosé o atemoricé. Nunca hice algo que le generara angustia, fui un voyerista tranquilo. Porque mi personalidad es así.

Susana: No sé, Jesús. Yo no podría definirte como un tipo tranquilo.

La cerveza sabe horrible. Le dije a Carlos que ya no comprara de éstas. Recién cuando las lanzaron eran buenísimas pero ahora… ¿Te ofrezco otra?

Jesús: No, gracias. Unos policías estuvieron ayer en el café. Y he estado pensando que si me acusan de algo, le pueden preguntar a mi madre o a ti.

Susana: Ya te dije que yo no podría dar buenas referencias sobre ti. ¿Por qué no le dices a la madre de tu hija?

Jesús: ¿Michelle? No terminamos muy bien. No me deja ver a mi niña desde hace meses.

Susana: Será porque no eres una buena persona.

Jesús: ¿Qué te he hecho? ¿Cuando éramos novios te hice algún daño?

Susana: ¿Estás hablando en serio?

Jesús: Todas las parejas tienen crisis. Tú y yo tuvimos más momentos buenos que malos.

Susana: No pienso discutir eso. Si te tranquiliza, está bien, yo puedo dar fe que eres un buen tipo. ¿Pero me juras que no le hiciste nada a esa chica?

Jesús: Nunca he sido violento. Pervertido tal vez, pero a nadie se lo he externado.

Susana: ¿Pervertido tú, Jesús? Jamás lo habría pensado.

Jesús: ¿Estás usando el sarcasmo otra vez?

Susana: Por Dios, eres el tipo con la sexualidad más torcida que conozco.

Jesús: No es nada grave. ¿Lo dices por la pornografía extraña que veía por internet? Me divertía ver tu cara cuando te mostraba esos videos. No porque me excitara. Susana, parece que nunca me conociste realmente.

Susana: Está bien, te creo. Mira, Carlos no tarda en llegar…

Jesús: Podría verse como pervertido cuando a veces tomo el auto y observo a las putas de la calle, pero jamás les pregunto cuánto cobran, tampoco las insulto. Soy demasiado tímido para dirigirle un piropo en la calle a una muchacha que me gusta, mucho menos sería capaz de dirigir una obscenidad como lo hacen los hombres comunes cuando ven la piel desnuda de las piernas de una mujer cuando usa falda.

Susana: Te encanta cuando las chicas se ponen falda.

Jesús: Son maravillosas. Deberían decretar que las mujeres solo pueden usar faldas.

Susana: De eso sí me acuerdo “¿En qué momento les permitieron el uso de pantalones?” Eso decías, Jesús. Jamás te quedas con las ganas de gritarles una buena marranada cuando van por la calle con sus falditas.

Jesús: ¿Puedo continuar?

Susana: No, espera. Debes ser sincero conmigo. ¿De verdad no le hiciste nada a…?

Jesús: Luisa, se llama Luisa.

Susana: Sólo la espiabas.

Jesús: Sí.

Susana: ¿Entonces porque estás tan preocupado?

Jesús: No pones atención. Estoy tratando de explicarte, necesito que me escuches…

Susana: Está bien, te escucho.

Jesús: No quería que supiera de mi existencia. Sólo la observaba mientras cubría su horario de trabajo. Me fascinaba verla tomar la orden, llevar los platos, limpiar las mesas. Ver su rostro de decepción cada vez que le dejaban una propina mientras yo tecleaba en la computadora, atendía llamadas. Los dos tenemos un trabajo miserable. Pude conseguir su número de celular. Le marcaba varias veces al día y solo me quedaba callado. Más de una vez me insultó.

Susana: ¿Y para ti eso no es acosar?

Jesús: El día que desapareció supe que había renunciado.

Susana: ¿Cómo te enteraste?

Jesús: Su rutina fue alterada. Se veía entusiasmada, ya no servía café, pasó algunos minutos en la barra llenando unos formatos y se quitó el uniforme. No pude soportar la idea de no verla más.

Susana: ¿Y luego? ¿La encontraste en la calle, le hablaste, le dijiste que estabas enamorado de ella, le pediste disculpas porque la molestabas por teléfono?

Jesús: Eso haría un hombre ordinario.

Susana: ¿Qué eres tú, entonces?

Jesús: Si le hablaba, estoy seguro que todo se iba a acabar. Me gustaba así, imaginarme todo de ella…

Susana: Sin duda no eres un hombre ordinario… En el fondo creo que eres romántico, si hubieras sido así conmigo…

Jesús: Empezó a despedirse de sus compañeras. Era un hecho, jamás la volvería a ver si no hacía algo. Empecé a sudar frío y a dar vueltas por la oficina…

Susana: Como una película romántica.

Jesús: Salí corriendo, crucé la calle, entré al café.

Susana: Y la besaste.

Jesús: Eso es lo que haría un hombre ordinario, pero no.

Susana: Qué mierda con el hombre ordinario.

Jesús: ¿Has leído las noticias los últimos días?

Susana: Aquí está el periódico de ayer.

Jesús: ¿Puedes leerlo?

Susana: ¿Ya no sabes leer?

Jesús: Me duele la cabeza. Pasar tantas horas frente a la computadora me está afectando.

Susana: ¡Mírate! A veces no puedo creer cómo fue que estuve contigo en algún momento de mi vida.

Dice que al parecer el teléfono celular de Luisa “N” fue encontrado a unos 20 kilómetros del café en el que laboraba, último lugar en el que fue vista… ¿Qué pasó después de que la tuviste frente a ti?

Jesús: Me quedé en silencio, observándola.

Susana: ¿Y luego?

Jesús: Alguien me golpeó la cabeza.

Silencio.

Jesús: No sé quién. Tal vez fue ella.

Susana: ¿Sabes que esa versión es muy poco creíble?

Jesús: Pero es lo que pasó. Perdí el conocimiento completamente.

Susana: ¿No habrás tenido uno de esos ataques epilépticos que te daban? ¿Te sigues medicando?

Jesús: Fue un golpe en la cabeza, alguien lo hizo. Y estoy seguro que yo sólo la miré.

Susana: Alguien te golpeo y ese alguien puede haberse llevado a Luisa. ¿Es lo que tratas de decir?

Jesús: No sé. A mí me gustaría saber qué le pasó.

Susana: Tu versión es muy extraña. Como sea, pobre chica. Espero que no le haya pasado nada.

Jesús: ¿Y si me acusan, si me atrapan? Diré que soy una buena persona y que yo no pude haberla matado.

Susana: Voy a preparar algo de cenar.

Jesús: ¿Tú me crees?

Silencio.

Susana: Claro. Estoy segura que no le hiciste nada… Fue una casualidad. Tal vez no desapareció en ese momento. Aunque… Pudiste haber tenido un brote sicótico. A mí me golpeabas con el puño en la cara y no te acordabas de nada. Eras otro y actuabas como un imbécil, como si algo se hubiera apoderado de ti.

Jesús: Eso ya no pasa, Susana. ¿Vas a empezar a reclamarme otra vez por eso? Pensé que ya lo habías superado.

Susana: Me dejabas con la cara hinchada dos o tres días. Eso no se olvida fácil.

Jesús: Ahora somos amigos, Susana. Estás con Carlos que es un buen tipo, envidio tu vida.

Susana: Sí. Supongo que Carlos es distinto. A veces no sé si soy yo la que busca relacionarse con tipos raros. ¿Vas a quedarte a cenar?

Jesús: No, gracias. Debo irme. (Pausa.) No tengo muchos amigos, lo sabes, ¿verdad? Quería contarle a alguien…

Susana: Está bien.

Jesús: Y eso de los golpes que te daba… No fue mi intención…

Susana: Lo sé, Jesús. Fue bueno verte..

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ACTO II

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2.1 Luisa y Nora

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Nora: ¿Tienes Wi Fi?

Luisa: No.

Nora: ¿Y cómo se supone que te conectas al internet?

Luisa: Me robo la clave del vecino.

Nora: ¿Y cuál es?

Luisa: No sé. Termina con cuatro efe A. Algo así. Debo irme a trabajar.

Nora: ¿Sigues en la cafetería?

Luisa: Sí, pero voy a renunciar.

Nora: Acá hay una que termina en 4fuckA

Luisa: Ésa es. La clave es foquitosrojos.

Nora: Bah. Qué original. ¿Y por qué la renuncia? Ya llevabas un rato en esa cafetería.

Luisa: Unos meses. Pero encontré otra cosa.

Nora: ¿Y cómo le sacaste la clave a tu vecino?

Luisa: Soy más sociable que tú, Nora.

Nora: ¿Te acostaste con él?

Luisa: ¿Cómo crees? Ya voy tarde, si sales, no vayas a cerrar.

Nora: Espérate. ¿No puedes llegar más tarde?

Luisa: Mi jefe ha estado insoportable estos días.

Nora: ¿Dónde está mi sobrino?

Luisa: Lo dejé en casa de Dalia.

Nora: ¿Lo dejas diario con ella?

Luisa: Lo cuida bien.

Nora: Pero esos dos niños que tiene son horrendos. Unos maleducados. Y no es por nada, pero su esposo tiene cara de pedófilo.

Luisa: Nora.

Nora: Dime que soy una paranoica pero… Yo lo puedo cuidar mientras esté aquí.

Luisa: Gracias. Ya veremos, cuando regrese platicamos sobre eso y…

Nora: Quédate un poco más. Tengo que contarte.

Luisa: Nora, de verdad, no conoces a mi jefe…

Nora: Sabía que el idiota se estaba comportando raro. Y yo como que lo quería negar. Después de todo, no dejó de consentirme, íbamos a cenar dos o tres veces a la semana. Pero los últimos dos meses me empezó a joder con que tuviéramos un hijo/

Oye, no sirve el internet.

Luisa: Es un poco lento. Bueno, ya me voy…

Nora: A ver, cuánto te pagan por día. Toma. Con esto repones…

Luisa: Nora, no se trata de eso.

Nora: Ya vas a renunciar, ¿no? Qué más da si faltas. Deja de portarte como una egoísta y escúchame.

Luisa: Guarda tu dinero, por favor.

Nora: Si voy a quedarme unos días aquí, tendré que contratar internet. Ni siquiera tienes línea de teléfono ¿verdad?

Luisa: La cancelé, no puedo pagar…

Nora: ¿O sea que ya perdimos nuestro número? ¿Cuántos años tuvimos esa línea? Fue como otra herencia de nuestros padres. No lo puedo creer. ¿Por qué no me avisaste?

Luisa: Lo siento, no pensé que le guardaras tanto cariño a una línea telefónica. Y te pido que no contrates nada. Si te vas, después me vas a dejar un problema…

Nora: Está bien, no contrato nada. Como sea, no pienso quedarme muchos días, no te preocupes. Voy a esperar un retroactivo y con eso me buscaré un departamento. Además acá ya no me gusta.

Luisa: Bueno, claro que no se compara con el lugar en el que vive Osvaldo…

Nora: Claro, te estaba contando. Desde hace dos meses, no me deja de joder con eso de tener hijos. Le entró la crisis de la edad, no sé, pero como jode con eso. Yo le digo que así estamos muy bien, le he enlistado toda la cantidad de cosas que dejaríamos de hacer si tenemos un hijo y la cantidad de gastos que eso implica. Y perdóname pero le he puesto de ejemplo cómo vives.

Luisa: ¿Cómo?

Nora: Sí, bueno… Que trabajas muchas horas, que desde que te embarazaste empezaron los problemas fuertes con Santiago, hasta que… Bueno, no tienes quien te cuide a Luis y… Tú eres muy fuerte, Luisa. Con lo de la enfermedad del niño, no sé… Si a mí me pasara eso con alguno de mis hijos, no podría.

Luisa: Te acostumbras, Nora. Las cosas van saliendo.

Nora: Sí, es lo que le digo a Osvaldo. ¿Para qué sufrir a lo idiota? Se pueden evitar tantas cosas. Pero no sé qué piensa, el caso es que se mensajeaba con una zorra que le decía que ella le daría un hijo y todos los que quisiera. ¿Puedes creerlo? Hijo de puta egoísta.

Luisa: Qué mal que estés pasando por esto, Nora.

Nora: Oye, ¿no puedes ir con tu vecino y decirle que reinicie su módem o haga algo? Me urge conectarme. Seguro tengo muchos mensajes de ese idiota pidiéndome que vuelva.

Luisa: Tienes que esperar un poco.

Nora: Y bueno, ¿cómo está mi sobrino? Sigues llevándolo al médico, ¿verdad? Un amigo de Osvaldo es alergólogo, buenísimo. Luego te paso sus datos pero creo que es un poco caro. Si quieres después le llamo y le pido que te haga un descuento o algo.

Luisa: No quiero que te quedes aquí.

Nora: ¿Qué dijiste?

Luisa: Es casa de nuestros padres y también tienes derecho a… Yo vivo aquí ahora y creo que no es buena idea que…

Nora: Tienes razón. La casa era de nuestros padres y si alguno de ellos viviera te aseguro que no tendría problema con que me quedara, sobre todo tomando en cuenta que estoy pasando por momentos complicados…

Luisa: Lo sé, pero tú y yo nunca nos hemos llevado bien y…

Nora: Siempre te he tolerado, Luisa. Somos muy distintas pero jamás te he agredido como tú lo has hecho… Eres la menor, la chiquita, y he entendido eso, que siempre hay que cuidarte y aguantar tus berrinches… Y prestarte mis cosas…

Luisa: Puedes quedarte en otro lado. Lo siento, Nora. No es buena idea.

Nora: Bien.

Luisa: Me apena mucho…

Nora: No. Te entiendo. No soy muy buena compañía. Mucho menos ahora. Pediría un coche si tuviera internet. Las maletas pesan un poco.

Luisa: Si quieres voy a parar uno a la calle.

Nora: ¿Sabes que siempre quise ser hija única? Bueno, tu llegada no fue muy agradable. Y más de una vez quise que te pasara algo, o deseaba que te enfermaras. De niña lo pensaba mucho. Cuando crecí lo deseaba más. Creo que diario había un pensamiento negativo dedicado a ti.

Luisa: Voy a buscarte un taxi.

Nora: Puedo llamarle a Osvaldo y pedirle que te consiga un trabajo. Uno de sus amigos tiene un bar en una de esas ciudades de la frontera. No recuerdo. Las viste como putas y ganan buen dinero. Seguro ganarías mucho más que en ese café al que vas a renunciar. Ese tipo de trabajos es bastante cómodo para espíritus mediocres como el tuyo. Y el niño…

Luisa: No metas a mi hijo en esto.

Seis mensajes de Whatsapp de 2 conversaciones

Nora: Mira, tenías razón. Ya tengo internet.

Luisa: ¿Sabes qué? Quédate si quieres. Debe ser horrible ser tú y no tener a quien acudir.

Nora: Siempre tan linda, Luisa. Está bien, me quedaré una noche tal vez. Vamos a ver cómo funciona, ¿no?

Luisa: Voy a trabajar.

Nora: Oye, no te vayas así. No te enojes, no hagas berrinche.

Luisa: Claro, Nora. Estoy bien.

  Conversación con Osvaldo:

  Karina va a mudarse conmigo.

  Supongo que no te molestará que use algunas cosas que dejaste.

  Que te vaya bien, Nora.

  Espero que encuentres tu camino.

  Conversación con Sara:

  No rompas la cadena.

  En 2012 un científico de Harvard inició esta cadena científica que demuestra

  qué tanto aprecias a tus amigos…

  Borrar conversación.

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2.2 Agustín y Jesús

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Jesús entra buscando a alguien. Revisa su teléfono.

Has llegado a tu destino.

Jesús escribe un mensaje.

Mensaje a Luisa:

¿Dónde estás? Ya llegué.

Jesús está a punto de salir pero Agustín lo detiene.

Agustín: Espera. ¿Buscas a Luisa? Soy… Luisa no vendrá.

Jesús: ¿Perdón?

Agustín: Siéntate.

Jesús: ¿Tú eres el que escribía?

Agustín: ¿Quieres sentarte?

Jesús: No.

Agustín: ¿Quieres saber de Luisa?

Jesús: No.

Agustín: ¿Entonces por qué viniste?

Jesús: Pensé que ella escribía… ¿Qué le hiciste?

Agustín: Calma. No he hecho nada. Yo tampoco sé donde está. Siéntate.

Jesús: No entiendo.

Agustín: Es su teléfono. Lo encontré. Pero no sé dónde está.

Jesús: ¿Y por qué me contactaste?

Agustín: Tiene varias llamadas de tu número. Pensé que sabrías. ¿Estabas saliendo con ella?

Jesús: No voy a responder eso.

Agustín: Ambos queremos saber dónde está.

Jesús: ¿Eres policía? Si me están acusando de algo…

Agustín: Cálmate. No soy policía. Soy un simple profesor de matemáticas. Solo estoy buscando respuestas.

Jesús: Me engañaste. Te hiciste pasar por ella.

Agustín: ¿Quieres algo? Yo voy a pedir un expreso.

Jesús: ¿Dónde lo encontraste?

Agustín: Fue una casualidad. ¿Qué sentiste cuando te mandé el primer mensaje?

Jesús: ¿Por qué no has entregado el teléfono a la policía? Debe haber pistas…

Agustín: Ya lo revisé y tú eres la única pista. Ni siquiera sé tu nombre. Sólo tu número.

Jesús: ¿Y por qué sabría de ella?

Agustín: Tranquilo. Ahora que me dices que no sabes nada, tendré que seguir investigando.

Jesús: ¿Por qué lo haces? La policía puede…

Agustín: Ella me lo pide. Bueno, no ella directamente. Sé muchas cosas, es como si la conociera… Creo que no me entiendes.

Jesús: Sí. Eso creo.

Agustín: Es famosa, ¿viste? Están compartiendo su foto en todos lados.

Jesús: No. Hace mucho que no uso el internet.

Agustín: Pero nadie sabe muchos detalles del caso. Sólo yo.

Jesús: ¿Y cuál es tu teoría?

Agustín: Nada. Es un misterio. ¿Qué sentiste cuando te envié el primer mensaje?

Jesús: La única razón por la que estoy aquí es porque estoy preocupado. Me alegró saber algo de ella, pensé que estaba bien y que por fin acabaría esta incertudumbre, pero…

Agustín: La quieres.

Jesús: Yo… empezaba a salir con ella.

Agustín: ¿En serio?

Jesús: Sí. Tuvimos algunas citas.

Agustín: Qué raro que no haya nada tuyo en su teléfono. Solo tu número.

Jesús: Le gustaba ser discreta. Creo que no le había ido bien con sus relaciones anteriores.

Agustín: ¿Sabes hace cuanto se separó del padre de su hijo?

Jesús: ¿Su hijo? Si… No… No sé… No hablaba mucho…

Agustín: Es linda. ¿La besaste alguna vez?

Jesús: Sí. Claro.

Agustín: ¿Y llegaron a…?

Jesús: Sí. Varias veces.

Agustín: Fue rápido entonces.

Jesús: Era rara. Prefería acostarse conmigo que hablar… Yo la conocí en el café… Donde trabajaba.

Agustín: ¿La lastimaste?

Jesús: ¿Cómo?

Agustín: ¿Heriste sus sentimientos?

Jesús: No. No. Salimos poco. Apenas nos estábamos…

Agustín: ¿Crees que en algún momento se sintió usada? Conozco a los tipos como tú.

Jesús: Calma.

Agustín: Es que… Ella debe estar en algún lado… Lo siento. Intento entender.

Jesús: Creo que sí voy a pedir algo. Un refresco de dieta.

Agustín: Bueno, yo te invito.

Jesús: ¿Y entonces la están buscando?

Agustín: ¿Quién la está buscando?

Jesús: Hace un momento dijiste que…

Agustín: Ah, sí. La noticia se volvió internacional. Pero ya sabes, aún no saben nada. Necesitan encontrar a un culpable y crucificarlo para que se calmen las cosas. Han organizado marchas, hay asociaciones, grupos de feministas…

Jesús: Mierda. Los grupos de feministas.

Agustín: Sí. No quiero imaginarme lo que harán con el tipo que le hizo esto…

Jesús: ¿Y cómo sabes que fue un tipo?

Agustín: No sé. ¿Tú sabes algo?

Jesús: ¿Estás insinuando/

Agustín: No insinúo nada/

Jesús: Porque yo podría sospechar de ti/

Agustín: Yo no la conocía.

Jesús: ¿Dónde lo encontraste?

Agustín: ¿Qué cosa?

Jesús: El teléfono.

Agustín: Cerca del canal. ¿Ahora tú estás jugando al detective?

Jesús: Tengo el mismo derecho que tú a hacer preguntas. Me trajiste acá fingiendo ser ella.

Agustín: Sí, bueno, no fue una forma adecuada de/

Jesús: ¿Y sólo estaba el teléfono?

Agustín: Sí. Supongo. Estaba oscuro.

Jesús: ¿Y si se cayó al canal? ¿Y si alguien la asesinó y tiró su cuerpo ahí?

Agustín: No, no pensemos en eso. Además ya hubieran encontrado el cuerpo.

Jesús: Ese lugar se los traga. ¿No has visto las noticias? La otra vez lo limpiaron y encontraron restos de animales y de personas.

Agustín: ¡Qué desagradable! No lo había pensado.

Jesús: Que tal si alguien fue a tirar su cadáver.

Agustín: Eso tampoco lo he pensado. ¿Tú tiraste su cadáver?

Jesús: No me jodas con eso. Debes entregar el teléfono y decir dónde lo encontraste.

Agustín: Van a pensar que yo hice/

Jesús: Lo entregarías si no tuvieras nada que ocultar.

Jesús: Así que eres profesor de matemáticas.

Agustín: Sí. Es un colegio privado. Pequeñito. Mis clases son sencillas, pero busco retos, ¿sabes? Me encantaría dar clases en una universidad, temas más complejos. ¿Has escuchado de los números complejos?

Jesús: No.

Agustín: Son como los números reales pero es como una extensión. Es como la realidad pero vista desde otro punto/

Jesús: No veo al mesero.

Agustín: Sólo quiero saber donde está. Rescatarla, ser el primero en verla y hablar con ella.

¿Era linda? En persona.

Jesús: Sí, muy linda.

Agustín: Te envidio. De verdad. ¿A qué olía? Me habría encantado/

Jesús: Debo irme/

Agustín: ¿No vas a tomar tu/

Jesús: No.

Agustín: Disculpa si te hice venir y…

Jesús: Está bien. Sólo espero que aparezca pronto.

Agustín pone el teléfono de Luisa sobre la mesa.

Agustín: Ten.

Jesús: ¿Para qué me das esto? Yo no lo quiero.

Agustín: Eras más cercano a ella. Al menos la conociste realmente. Debo olvidarme de…

Jesús: Yo intento no mezclarme en esto.

Agustín: Me he sentido como un impostor. Francamente todo esto me ha hecho daño. No es bueno todo lo que me está pasando desde que lo encontré. Tal vez tú podrías llevarlo a la policía o dárselo a su hermana…

Jesús: Hazlo tú. Fue un gusto conocerte.

Agustín: Creo que debo insistir.

Jesús: Hazte a un lado.

Agustín: Lo siento. No quiero ponerte incómodo. Pensé que querrías tenerlo. Hay unas fotos muy lindas de ella. Y puedes ver sus redes sociales, su historial de búsquedas en internet. ¿Sabías que le encantaba comprar velas aromáticas? Estaba planeando unas vacaciones a la playa. Se la pasó buscando ofertas. Y su playlist, mira, lo último que estaba escuchando/

Jesús: La conoces mejor que yo. Quédatelo.

Jesús sale. Agustín toma el teléfono.

Agustín: Temo que debo insistir.

Agustín va detrás de Jesús.

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2.3 Susana

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Triple doble u cam hot punto te ka

Amateurs

Regiones

Esposas latinas calientes

Transmitiendo en vivo.

Susanagrandeschichis está en línea

Entrar

Voz en off: Es una vertiente de nuestra relación, Susana. Observa a la cámara. Hay cinco personas observando.

Susana: ¿Vertiente?

Voz en off: Estoy empezando a aburrirme, nena. ¿Cuánto tiempo llevamos juntos?

Susana: Yo no me he aburrido, Carlos. No sé por qué quieres buscar “vertientes”.

Voz en off: Probamos sólo una vez, sólo hoy y ya. Si no funciona, si te sientes incómoda, si no ganamos dinero, cancelamos todo y ya.

Susana: ¿Ganamos dinero? ¿Cómo es eso de que ganamos dinero? Dijiste que sería como cuando cogimos mientras en Skype nos veía otra pareja…

Voz en off: Es algo similar, Susy. Están escribiendo. Es en inglés… No entiendo nada. Tits… Quiere ver tus tetas…

Susana: ¿Un inglés quiere ver mis tetas?

Voz en off: No sé si es inglés, Susy, o si es australiano o gringo. Quiere ver tus tetas y ya. Twenty bucks, man. Private for you.

Susana: ¿Qué escribiste?

Voz en off: Le dije que estás agradecida por querer ver tus tetas y que lo vas a pensar.

Susana: No pienso mostrar mis tetas a un inglés…

Voz en off: ¿Pensarías distinto si fuera jamaiquino? ¿O se dice jamaicano? Dicen que tienen la verga enorme.

Susana: Carlos, te amo pero esta vertiente no me gusta nada.

Voz en off: No. Ven acá. Estás haciendo un numerito que no excita a nadie. Eres una mamacita, Susana. Te aseguro que esto es lo mejor para nuestra relación. Me encanta pensar que otros hombres te desean…

Susana: ¿Te gusta eso, Carlos?

Voz en off: Solo te pido que probemos esta vez. Mira, ya hay veinte personas observando.

Susana: No sé. Debo ir a hacer la cena.

Voz en off: No te muevas. Pediré una pizza. Quiero que te quedes sentada frente a la máquina y que leas todo lo que te escriben. Te traeré una de esas cervezas horribles. ¿Quieres?

Susana: No sé, Carlos. ¿Me están viendo ahora?

Voz en off: Sí.

Susana: ¿Y me están escuchando?

Voz en off: No, nena. Esta discusión que tenemos es lo más anti sexy. Solo te ven.

Susana: Está bien.

Voz en off: Voy a llamar a la pizzería. No te muevas.

Hola muñeca.

Me la estoy jalando viéndote.

Ok, baby, twenty bucks for you. But show tits please

Susana: Amor, ¿que es eso de bucks? ¿Me está diciendo cochinadas? ¿Carlos?

Muestra las tetas, nenita.

Nena, ven a España, acá te meto mi pollón y te pongo casa.

Susana: ¿España? Siempre he querido ir a España. O a otro país. Nunca he salido…

  Activa el micrófono, reina. Quiero escuchar tu voz.

  Tits. You have 20 i don´t have anything

Susana: ¿De qué vas a pedir la pizza, Carlos? No vayas a pedir alguna de esas combinaciones raras que tienen frijoles.

  ¿Entonces, nena? ¿Vienes a España a tragarte mi polla?

Susana: No tengo buenas tetas. Nunca han sido muy grandes ni tampoco son firmes. ¿Me escuchan?

  Qué voz tan caliente, nena.

  Me la pone dura ese acento

  Tits, bitch

Susana: ¿Mi acento? Yo no tengo acento.

  Cómo son tus tetas, enseñá las tetas mina.

Susana: ¿Y cómo se supone que deberían ser mis tetas? No son tan grandes y están algo caídas. El pezón es grande, cafecito…

  Cafecito… Me lo como

  Hashtag amolospezonescafecitos

  You, fucking hure, my twenty bucks

Susana: Carlos, ¿ya pediste la pizza? Estos tipos no me agradan.

  Ven a España, nena. Te compro el billete, sólo necesito tu nombre

Voz en off: Ya voy. Enseña las tetas, linda. Con eso se calman.

Susana: Insisto en que tu vertiente no me… Por Dios. Alguien me puso su cámara. Ayyy, Carlos. Un tipo me está mostrando su… Ayyy, cómo quito eso.

  Empínate nena. Quiero ver cómo está ese culo antes de destrozarlo con mi pija.

  Cafecita. Te voy a chorrear…

Susana: Qué marranos, sucios asquerosos. Soy una mujer casada.

  Me calientas cuando te cabreas.

  Las casadas son las más putas.

  A la mierda tu marido, te voy a coger.

Susana: Voy a cerrar esto, Carlos.

Voz en off: No te muevas. Enseña las tetas ahora.

Susana: Yo no voy a mostrar las…

Voz en off: Enséñalas ya o te doy un puñetazo en la cara…

Susana: Carlos, no me digas eso.

Voz en off: Está bien. No te lo diré, pero te juro que si sigues en esa actitud, voy a hacerlo sin avisarte.

No tan rápido.

Juega, es lo que quieren, despacio…

  Acá está tu macho, nena. Van 30 dólares para ti.

  Ok, bitch. That´s what i mean

  Me corro, me corro con esas tetas.

Susana: Ya. ¿Eso querías?

Voz en off: Ganamos cincuenta dólares y apenas enseñaste las tetas dos segundos.

  Hashtag Amoacafecita

  Hastag losmejorespezones Hashtag Cafecita

Susana: Tú y tus vertientes se pueden ir a la mierda.

  Susanagrandeschichis dejó de transmitir.

Voz en off: Has lo que quieras. Eres una perra aburrida.

Susana: No me hables así.

Voz en off: Iré a esperar a que llegue el pizzero. Espero que reflexiones acerca de tu actitud. ¿Me escuchaste?

Susana: Ya te dije que te vayas a la mierda.

  Actualizar estado: Hoy odio a todos los hombres

  Lula_Belle te añadió al grupo Motivación y fitness  

  Diana Bautista te dio un toque.

  Notificación: A Federico Ostia y Racoon Fan le gusta tu estado.

Grecia Balona a través de Encontremos a Luisa: “La Comisión de Derechos Humanos exige a las autoridades ampliar la investigación para dar con el paradero de Luisa”.

Encontremos a Luisa. Comunidad.

17,000 seguidores.

El 25 de abril Luisa salió de su trabajo en una cafetería del centro de la ciudad pero jamás volvió a casa.

Su hermana y su hijo de cuatro años la buscan desde entonces. Si la has visto o tienes pistas sobre su paradero, comunícate con Nora.

Mensaje al administrador de Encontremos a Luisa.

Susana: Hola, Nora. Me apena mucho el caso de tu hermana.

Lo siento. Debe ser muy angustiante…

El motivo de mi mensaje es para decirte…

Te escribo porque creo tener información que puede servirte para localizar a Luisa.

Dudé mucho en escribirte. No sé si lo que voy a contarte sea de utilidad para saber qué pasó con tu hermana, pero me gustaría contribuir con algo.

Es increíble que en este país las personas desaparezcan de pronto, sin dejar rastro.

La intención es que investiguen, no quiero perjudicar a nadie.

Justo ahora no sé por qué me decidí a escribirte y dudo si cuando termine de hacerlo tenga el coraje para dar clic en enviar.

Me cuesta pensar que ese alguien de quien estoy sospechando que puede saber donde está Luisa fue en algún momento mi pareja.

Me cuesta pensar que ahora estoy con alguien que en el fondo se parece tanto a él y que juraba que no caería en una relación igual.

Pero me estoy desviando del tema.

Todo lo que voy a contarte es una especulación.

No he comprobado nada y dejaré a tu criterio si lo que estoy por contarte tiene alguna relevancia.

Se llama Jesús y él conocía a Luisa.

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2.4 Jesús

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Noticias relacionadas con Luisa Solano

Gracias a una llamada anónima, esta tarde se logró la captura de un sospechoso que puede estar relacionado con la desaparición de Luisa.

Jesús: Supongo que necesitan a un culpable.

Tienen a toda esa gente encima de ustedes clamando justicia.

Yo sería uno de los primeros en celebrar que atraparan a alguien que sabe dónde está Luisa.

No soy yo.

De acuerdo a las primeras investigaciones, el sospechoso fue detenido después de una denuncia anónima.

Jesús: Susana, ¿no?

Ella siempre ha maximizado las cosas.

Es como una neurótica en potencia.

La tomas de la mano y ya siente que estás tratando de manipularla.

Creo que también tiene problemas psiquiátricos pero nunca la han atendido.

¿Quién no tiene problemas psiquiátricos hoy?

Ha vivido muchos episodios traumáticos y nunca habla de ellos.

Un día va a reventar.

¿Ya le hicieron un diagnóstico para saber cómo está de la cabeza?

Gracias a tareas de inteligencia, Jesús López, nombre del detenido, fue asegurado en el estacionamiento de un centro comercial al norte de la ciudad/

Jesús: También deberían investigar a ese tipo.

No recuerdo cómo se llama.

No sé si me dijo su nombre en algún momento.

Es profesor de matemáticas en un colegio.

Eso me dijo.

Él tenía el teléfono de Luisa, estuvo usándolo varios días y me engañó haciéndose pasar por ella.

¿Ya lo revisaron? El teléfono. Debe tener sus huellas.

El ministerio público lo mantiene en arraigo mientras continúan las investigaciones para determinar su situación legal.

Jesús: Cuando me alejé de ahí, iba rumbo al auto.

Había visto a este tipo, el profesor de matemáticas y recuerdo que alguien golpeó mi cabeza.

Sé que es extraño, pero ya me había pasado antes.

Sentí un golpe y perdí el conocimiento.

Cuando desperté, estaba rodeado de gente, me estaban subiendo a la ambulancia.

Un policía se acercó a mí y me dijo que iría detenido.

Dijo que yo traía el teléfono de Luisa en el bolsillo.

Mientras tanto en las redes sociales se ha desatado la polémica, hay quienes celebran la detención de Jesús y otros que dudan de la culpabilidad de este empleado de oficina. Acusan de que las autoridades lo utilizan como distractor para ocultar su poca capacidad para resolver los casos relacionados con desapariciones.

Jesús: No puedo decirles dónde está.

Tampoco sé si está viva o muerta.

Tengo que reconocer que Luisa me gustaba pero ella no sabía que existía.

Jamás la acosé, no sabía nada de ella, ni siquiera sabía que tenía un hijo, ni dónde vivía…

Sólo era la mesera del café que está frente a mi trabajo.

Pueden condenarme, torturarme, hacer todo lo que quieran.

Pero si supiera qué le pasó a Luisa, lo diría. Y no voy a mentir.

Lo único que siento es perder mi trabajo.

No porque me gustara.

Tengo una hija, es pequeña.

Aunque sé que a ustedes no les importa.

Han sacado sus conclusiones.

Pero ya no tendré un trabajo y estaré en prisión no sé cuánto tiempo.

Y si Michelle no me deja ver a la niña cuando tenía trabajo y cuando aún no me acusaban de ser un asesino… No sé cuando volveré a verla.

Si un niño no está cerca de sus padres puede tener serios trastornos mentales cuando crezca.

Lo leí en algún lado.

En internet, supongo. No acostumbro leer mucho.

Y tampoco estoy muy seguro que sea cierto.

Pero yo creo que sí. Por eso intentaba estar cerca de mi hija.

Mi hija.

Mi hija.

  Tendencias de hoy

#CondenaparaJesus

#JusticiaparaLuisa

#LiberenaJesus

#Jesusesinocente

#TodossomosJesus

#TodosytodassomosLuisa

#Yonodefiendoasesinos

#Luisasefuedevacaciones

#DesaparezcocomoLuisa

#Yonosoymisogino

#LuisacomiaSnickers

#CafeDonPedro

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Acto III

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3. 1 Agustín y Nora

  Mensaje nuevo

  Para: Nora Solano

Hola Nora. Fui compañero de Luisa en la prepa. Me enteré de su desaparición y no sabes cómo lo lamento. Espero que poco a poco el dolor se convierta en resignación o que en algún momento se tengan certezas de qué es lo que pasó. No sabes cómo me arrepiento de no haber entrado en contacto con ella antes, pero apenas supe que tenía Facebook y no sabía nada de ella desde hace casi diez años. Supongo que ya no se acordaba de mí. Tengo algo de ella que me dio cuando éramos compañeros, supuse que será de tu interés tenerlo para recordarla, ojalá podamos vernos para dártelo. Es un buen recuerdo. Saludos.

Nora: ¿Entonces tú la conociste?

Agustín: Hace mucho que no la veía. Cuando vi la noticia en las redes, no sabes la sensación tan extraña…

Nora: Entiendo.

Agustín: Hay una foto en su perfil, estábamos en segundo grado creo…

Nora: ¿Ah sí? ¿Y tú sales en la foto?

Agustín: No. Yo la tomé. Por eso me impactó tanto. Era una chica tan alegre.

Nora: ¿Luisa?

Agustín: Bueno, a mí me lo parecía.

Nora: Claro.

Agustín: También era una persona muy inteligente. Ambos competíamos por estar en el cuadro de honor. Sobre todo en matemáticas.

Nora: No, definitivamente creo que no esamos hablando de la misma persona. Mi hermana odiaba/

Agustín: Había muchas cualidades en ella pero nunca quería mostrarlas.

Nora: Lo que me dices es imposible.

Agustín: Creo que recuerdo un poco este lugar. Vine una o dos veces.

Nora: ¿Y entraste?

Agustín: Sí. Fue hace tanto tiempo. ¿Esa era su recámara?

Nora: Dudo que hayas entrado. Mi papá no dejaba que nadie entrara a la casa.

Agustín: No sé, tal vez me estoy confundiendo.

Nora: Disculpa el desorden. Hubiera preferido que nos viéramos en otro lugar pero no tengo tiempo de nada.

Agustín: Por favor, no te disculpes, si vieras mi casa. Me alegra que te tomaras unos minutos.

Nora: Disculpa que sea tan directa pero… ¿qué edad tienes? Te ves mayor y dudo que/

Agustín: Entiendo. Sí, la verdad soy mayor. Hice la prepa en cinco años o más. Conocí a tu hermana cuando era una niña y yo ya estaba considerado un veterano. Aparento más edad, lo sé… No ha sido fácil, con lo de mi divorcio y otras cosas… He tenido mucho trabajo, soy maestro de matemáticas y los fines de semestre es agobiante. Hay días en los que no puedo dormir.

Nora: Ya. No te preocupes. No me es tan fácil confiar en alguien.

Agustín: No recuerdo que Luisa mencionara que tuviera una hermana.

Nora: Supongo. Así era ella.

Agustín: Se parecen…

Nora: Lo dudo. Somos muy distintas. Disculpa, ¿te puedo ofrecer algo?

Agustín: No, estoy bien.

Nora: Es raro pensar que Luisa tuviera amigos. Siempre estaba sola.

Agustín: Para mí fue una persona muy especial.

Nora: ¿Entonces tú y ella…?

Agustín: No. No. No. No. Nunca me hizo caso. No. Me habría encantado ser más que su amigo, pero supongo que no era su tipo. ¿Y tú estás casada?

Nora: Eh… No.

Agustín: Disculpa, no quise ser indiscreto. Los divorcios son duros.

Nora: ¿Y por qué supones que me estoy divorciando?

Agustín: A mí me ha costado trabajo. Esa mujer me ha quitado todo. Pero cuando recuperas tu libertad/

Agustín: ¿De casualidad sabes qué marca de perfume usaba?

Nora: ¿Disculpa?

Agustín: Tu hermana. ¿La marca de su perfume?

Nora: No.

Agustín: Es que… Vas a pensar que es raro pero una de las cosas que más recuerdo es su olor. Y me preguntaba si seguía usando el mismo perfume.

Nora: Tenía varios.

Agustín: ¿Puedo olerlos?

Nora: Están todos en una caja. Ya los guardé.

Agustín: ¿Entonces crees que no va a regresar?

Nora: Todos los días tengo la esperanza de que vuelva.

Agustín: ¿Y por qué guardaste sus cosas?

Perdón. Volví a ser indiscreto.

Nora: Necesito espacio. Necesito seguir con mi vida y que Luis tenga poco contacto con sus cosas. Ya no sé qué inventarle.

Agustín: ¿Quién es Luis?

Nora: Su hijo.

Agustín: Claro. ¿Y dónde está?

Nora: En la escuela.

Agustín: Es un poco tarde para… No importa/

Nora: Creo que se pone triste cuando ve su ropa, sus cosas… Mejor que estén guardadas y si algún día regresa ahí está todo…

Agustín: No, no tienes que explicar. Debe ser muy duro. Lo bueno es que ya atraparon a ese tipo. Espero que diga dónde…

Nora: No. No sabe nada.

Agustín: O no quiere decirlo.

Nora: La verdad no sé si estuvo involucrado.

Agustín: Hay muchas cosas que lo implican. Comprobaron que estaba obsesionado con ella y… lo del teléfono. Creo que son pruebas suficientes. Espero que confiese qué/

Nora: En tu mensaje decía que tenías algo de ella.

Agustín: Claro.

Nora: ¿Dónde está?

Agustín: No vas a creerme. Lo olvidé. Cuando llegué aquí… Estaba seguro de que lo puse en la cajuela cuando salí de casa. Últimamente se me olvidan las cosas. Supongo que lo que me pasa no es normal. Pediré una cita con el médico para saber por qué olvido todo así.

Nora: Qué lástima.

Agustín: Sí. Estoy muy apenado.

Nora: Bueno, pues fue un gusto que vinieras, me alegra saber que la gente se preocupa por mi hermana y… fue un gusto conocerte.

Agustín: Te lo puedo traer otro día.

Nora: No, está bien. Prefiero que tú lo conserves, no sé qué es pero se nota que Luisa era importante para ti y debes conservarlo.

Agustín: No. Luisa es parte del pasado. Quiero decir… sí es importante pero… No tengo compromisos con nadie ¿me entiendes?

Nora: Gracias por venir.

Agustín: Gracias a ti por recibirme. Si necesitas algo, cualquier cosa, puedes llamarme.

Nora: Sí.

Agustín: ¿Puedo darte un abrazo?

Nora: Así está bien. Hasta luego.

Agustín: Parece que genero el mismo tipo de rechazo.

Nora: ¿Cómo dices?

Agustín: Esa distancia. Tu hermana hacía lo mismo. No quería que la tocara.

Nora: Disculpa si he sido grosera. No… No estoy en mi mejor momento.

Agustín: Entiendo. Todos la extrañamos mucho. Vamos, dame un abrazo.

Nora: ¿Por qué quieres abrazarme?

Agustín: Está bien, ya no voy a insistir.

Nora: Dame un abrazo y ya.

Agustín: No, debe incomodarte.

Nora: Abrázame.

Agustín: Tienes casi su mismo aroma.

Nora: Yo no uso perfume.

Agustín: Después te llamo. Ojalá podamos tomar un café… para recordarla.

Mensaje nuevo

  Para: Agustín Soler

¿Cómo te va, Agustín? El día que estuviste en casa me porté muy grosera. Han sido días, semanas, meses complicados. No saber dónde está mi hermana, cuidar del niño, el divorcio… Me intrigó mucho la cosa que tienes de Luisa. Cuando te fuiste dijiste que me invitabas un café. ¿Cuándo y dónde? Espero que no la olvides esta vez, si no tendré que verte en más ocasiones y no sé si podremos vivir con eso. Besos.

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3.2 Susana y Luisa

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Luisa: Hoy iré a una entrevista de trabajo.

Justo después de renunciar a la cafetería.

Está un poco alejado pero tiene un horario más flexible, pagan más y tiene prestaciones.

Solo quiero lo mejor para mí y mi hijo.

Voy a ponerme guapa y será un gran día.

Oh, qué entusiasmada me siento, será un gran día.

Susana: Este es un fragmento de mi libro, Lágrimas por Luisa.

La idea nació después de colaborar con las investigaciones para atrapar a Jesús López, el principal sospechoso de su desaparición y que en días recientes fue sentenciado.

Después de más de un año en el que seguimos esperando alguna señal, una pista del paradero de Luisa. Han surgido otros casos de mujeres desaparecidas pero ninguno ha marcado tanto a la sociedad.

El libro está escrito como un diario en el que se reconstruyen los últimos días de Luisa. Se manejan varias hipótesis de las causas de su desaparición.

Ha sido una investigación exhaustiva que he armado junto con Nora. Y el próximo mes se estrenará la obra de teatro y estoy trabajando en la preproducción de una película.

Luisa: El tipo que trabaja en esa oficina justo frente al café me sigue observando. Es incómodo para mí. En su mirada puedo notar que es alguien violento, peligroso, pervertido. Ojalá nunca se acerque a mí. Tengo miedo, mucho miedo.

Susana: En cada página podemos detectar que Luisa tenía un presentimiento. Ese tipo la observaba todos los días y la acosaba hasta el día de su desaparición. Yo… Yo tuve una relación con Jesús, hace muchos años. Y viví mucha violencia. Parece un tipo tranquilo, por eso muchas personas piensan que es inocente. Pero cuando me di cuenta de lo que era capaz, cuando recordé todo lo que me hacía, inmediatamente decidí denunciarlo. Hay una prueba irrefutable que es la posesión de su teléfono celular el día de su detención. Y tengo miedo de las represalias que puedo sufrir por estas declaraciones y por la publicación del libro. Sus familiares, la gente que cree que es inocente… He recibido amenazas. Pero nadie va a callarme. Nadie va a callar la voz de Luisa.

Luisa: Ese tipo me está siguiendo. Tiene una mirada de loco.

Los pensamientos se cortan…

¿A dónde voy ahora?

De un pequeño tirón se desprende mi pensamiento de mi cuerpo.

Mis cosas están tiradas en el piso,

Mi teléfono a unos metros de mi cuerpo.

La sangre chorrea por todos lados,

Se ensucia.

Eso es todo.

Susana: Es un relato fuerte. Se maneja la hipótesis del asesinato a golpes. Y que después el asesino trasladó el cuerpo al canal de aguas negras. Hace unos meses volvieron a buscar restos y encontraron algunos cadáveres. Casi todos de mujeres, pero ninguno coincidía con las características de Luisa. Igual es lamentable que hayan encontrado esos cuerpos. Pero de Luisa no hay ninguna pista. Parte de las regalías de este libro están destinadas a un fideicomiso para la educación de Luisito. Me he convertido en su segunda tía. Compren Lágrimas por Luisa. Estoy segura que les va a encantar.

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3.3 Agustín

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Recordatorio: Hoy el el último día para pagar la tarjeta de crédito. Espero que dentro del caos que es tu vida diariamente lo hayas hecho. Al menos paga el mínimo.

Mañana es el último día para evaluar los exámenes del grupo de secundaria y los dos pendientes de preparatoria. Ponte a trabajar.

Tengo asuntos más importantes ahora.

Esta vez no funcionó lo de la montaña rusa.

Tienes que dormirte.

Tienes que relajarte.

Probamos ahora con las sentadillas y los pensamientos positivos.

Concentramos la sensación del estómago, las ganas de llorar y de romper cosas.

Esto…

Esto que no controlo…

Claro que puedo controlarlo.

Voy a enfocarme en los planes y proyectos que estoy emprendiendo.

Esa mujer no me quitó todo.

Si no controlas tus emociones, te puedes meter en un problema serio, me dijo el terapeuta.

Y si sientes que no puedes controlarlo debes llamarme.

Eso dijo.

Pero el puto terapeuta nunca responde.

Cinco sentadillas más.

Pensamientos que te relajan.

Una mujer mostrando las rodillas.

No, no es una mujer. Es una chica de dieciseis años.

Lleva el uniforme de la escuela. Esa escuela privada a la que van niñas bonitas.

Con rasgos europeos.

De esas niñas que solo ves en ciertas zonas de la ciudad o en centros comerciales.

Que llevan guardaespaldas o niñeras.

No de las niñas a las que les das clase.

Son de otro tipo que no te gusta.

La chica se sienta y se le pueden ver las rodillas.

Unas rodillas bonitas, con los huesitos marcados.

Y yo soy su maestro.

Y estamos negociando un examen especial.

Un examen especial que, dependiendo de los resultados, determinará su futuro.

Tengo tu vida en mis manos, pequeña.

Me gusta que la vida de alguien dependa de mí.

Aunque sea por un momento, por unas horas.

Ese momento justo en el que puedo determinar si la vida de alguien cambia a partir de que

se topa conmigo o sigue su curso normal.

Escucha, niña.

Niña de rodillas sexis.

Debo llenarme de pensamientos bonitos.

No agradables, ni bellos.

Bonitos, dice el terapeuta.

Y tú eres un pensamiento bonito ahora.

Tus rodillas son bonitas y la situación es bonita para mí.

Para ti no, pero sin duda, para mí lo es.

Debes hacer un examen importante.

Está enfocado en álgebra lineal y geometría analítica.

¿Lo dominas? Porque de eso hablamos al menos en seis sesiones en todo el semestre.

Mientras tú revisabas tu teléfono a escondidas y leías los mensajitos que te enviaban.

Mientras yo veía tus rodillas y explicaba la ecuación de la recta.

El problema es que tú no puedes desarrollar ninguno de esos problemas que vienen en el

examen.

¿O tú crees que sí puedes? ¿Crees que sí puedes?

Ya lo sabía. Lo sabía.

¿Y qué propones? ¿Te doy la califiación que mereces y nos olvidamos del tema?

¿O tienes hambre de triunfo?

Se te ve en la cara que quieres triunfar. Y en tus rodillas.

  Recordatorio del día a las 17:57 del miércoles

Papel de baño mayonesa servitoallas jugos pasta crema ácida Suavizante del rosa no del amarillo jabón para manos pasta de dientes (suave) hilo dental

Para ella: Crema para manos (la azul, tú sabes a qué huele) shampoo con sávila toallas sanitarias para flujo abundante con aroma a manzanilla cinco botellas de agua natural (ella siempre dice que ollvides la soda, lo mejor es el agua)

Tengo que ir a hacer las compras.

No es un buen momento. No puedo ir a hacer compras ahora.

Volví a hacerlo.

Nada de lo que haces sirve, ni tus recordatorios ni las notas de voz.

Simplemente no puedo controlarlo.

Y ya fui a la montaña rusa y no funcionó.

Antes funcionaba.

Pero ella me provocó.

Simplemente pasó y ya no me acuerdo exactamente…

Supongo que hice lo mismo. Más vale que haya hecho lo mismo de siempre.

Todo está medido y nadie ha sospechado

  Nota de voz a las 17:58 del miércoles

Voz de Agustín: Hoy es martes. Es de noche. Mañana debes escuchar este mensaje, justo después de la lista del súper. No tienes que comprar nada para ella. No está contigo. Desde hace mucho. Sólo te lo recuerdo para no te vayas a poner mal. Lo demás que está en lista, sí lo necesitamos. El papel de baño, el jabón y esas cosas. Me voy a dormir.

Ya sé que no estoy con ella.

No… No tienes que avisarme nada. Sé cuidarme solo.

¿Por qué debes recordarme que no está conmigo?

¿Qué clase de estúpido masoquista eres?

  Grabar nota de voz. Programada para reproducirse el jueves a las 17:59

No vuelvas a dejar otro de esos mensajes aclaratorios.

Te ponen mal. Te…

Te estás poniendo el pie, ese tipo de cosas no sirven para tu recuperación.

Mejor recuerda a la chica de las rodillas lindas.

Eso funciona, lo probé ayer.

Es decir hoy, pero mañana ya será ayer.

Me ha funcionado.

  Guardar nota de voz.

Mejor debes dormir.

Tal vez no hiciste lo que crees que hiciste.

Esa mujer te quitó todo.

Hasta tus recuerdos.

No eres nada.

Duerme y olvida lo que hiciste.

Olvida como lo has hecho estos últimos meses.

Si olvidas, no tienes nada que temer.

Si olvidas es como si no hubieras hecho nada.

Lo primero que hay que hacer para olvidar es dormir.

Y aléjate del canal.

  Nota de voz a las 18:01 del miércoles

Voz de Agustín: Si aún sigue ahí, debes recordar que aún hay una bolsa de basura que debes tirar al canal. Ya amaneció y es muy peligroso hacerlo ahora. Dejé todo listo para que solo vayas y vacíes el contenido. En cuanto empiece a oscurecer debes hacerlo. Observa la ventana.

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3.4 Nora y Susana

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  Nuevo correo electrónico para Susana

  Prohíban el uso de caballos en la policía montada.

Firma esta petición.

Eliminar correo.

Susana: Perdón, no era algo importante. ¿En qué estábamos?

Nora: En que hay problemas serios.

Susana: Algo me contaste pero no te entendí muy bien.

Nora: Espera.

  Notificación. Hay cuatro chicos interesados en ti. ¿Quieres conocerlos?

Nora: ¿Sabes cómo desactivar las notificaciones de una aplicación? Este teléfono es nuevo y no entiendo varias cosas.

Susana: A mí no me preguntes de eso. Soy un poco bestia para entenderle. Carlos es el que me configura todo.

Nora: ¿Dejas que Carlos revise tu teléfono?

Susana: Sí. En la terapia de pareja nos han dicho que debemos ser completamente transparentes. Así que él puede revisar todo de mí. Tiene mis contraseñas de correo, de redes sociales, todo. Y yo tengo las suyas.

Nora: ¡Qué enfermo!

Susana: No. Al contrario, el psicólogo nos dijo que es como volver a como eran las relaciones en el pasado. Además es una gran ventaja, imagínate si me pasara algo. O como el caso de Luisa, ¿cuánto tardaste en borrar su perfil de redes sociales porque no tenías su contraseña?

Nora: Lo sé. Pero jamás le daría la contraseña a Agustín.

Susana: No confías en él, querida.

Nora: Lo sabes. Y ahora menos. Se ha comportado muy extraño. Yo creo que ya estamos en una seria crisis.

Susana: Eso mismo dijiste hace como seis meses.

Nora: Lo sé. Pero te pasa lo mismo con Carlos. Y a ese dudo que lo dejes.

Susana: Estamos intentando. Por eso lo de la terapia.

Nora: Sí, pero a mí no me interesa rescatar mi relación con Agustín. Ahora me doy cuenta que nunca me gustó y no entiendo por qué/

Susana: Necesitabas estar con alguien y ya. No des más vueltas. Y Agustín llegó en el momento justo/

Nora: Mi vida era un caos.

Susana: No hablemos de eso, hay que hablar de ese tema urgente/

Nora: Cierto, ya no me desvíes del tema porque/

  Nuevo mensaje de texto para Susana

Susana: Un segundo.

Leer mensaje

Aprovecha meses sin intereses en la gran venta. Ropa de temporada a precios de liquidación para clientes con tarjeta premium.

Susana: Mierda. Me programaron una entrevista. Debo irme en diez minutos.

Nora: ¿Entrevista de qué?

Susana: La editorial quiere impulsar la segunda edición del libro.

Nora: ¿Impulsar? Están por agotar los diez mil ejemplares.

Susana: Ya sabes cómo son.

Nora: Por eso siempre me he mantenido alejada de todo eso.

Susana: Y yo debo dar la cara aunque ambas somos las autoras.

Nora: La diferencia es que a ti te gustan los reflectores y a mí no.

Susana: Ya me cansa un poco. A veces no sé qué más decir.

Nora: Enfócate en lo que agregamos en esta edición.

Susana: ¿En serio? Nora, ¿qué porcentaje de toda esa basura que agregamos es verdad? La puta editorial/

Nora: Ya sé. Baja la voz.

Susana: No puedo sostener nada de eso. Lo único que se me ocurre decir es lo mismo desde hace tres años que salió el libro. Parezco disco rayado.

Nora: Precisamente de eso debo hablarte. Hay un serio problema.

Susana: Explícate.

Nora: Al principio creí que era una broma. Ya ves cómo hay gente que ha querido jodernos, desde ventilar mi divorcio hasta lo del tipo que te quiso extorsionar para no difundir un video en el que muestras la chichis/

Susana: Prefiero no hablar de eso.

Nora: Bueno, por tu culpa perdimos mucho dinero.

Susana: Ya vas a empezar.

Nora: ¿Cuánto le pagamos al tipo? Con eso de que Agustín me dice que olvide los episodios traumáticos, francamente ya no sé/

Susana: Fue mucho dinero, Nora y te dije que te lo voy a regresar/

Nora: ¿Cuándo? Con intereses, seguro que podrás cubrirlo con las regalías de esta edición.

Susana: No mezcles las cosas.

Nora: Es la historia de mi hermana.

Susana: Pues la hubieras escrito tú.

Nora: Lo habría hecho mejor, pero en ese momento no tenía cabeza para/

Susana: No me digas que lo habría hecho mejor que yo. Eres una preverbal/

Nora: Baja la voz, Susana.

Susana: No. Ya me cansé que no valores mi trabajo. Si no hubiera sido por mí, ese libro no se habría escrito.

Nora: Bien, ¿te vas a poner así de sincera? Pues déjame decirte que creo que eres una puta ratera.

Susana: ¡Cómo te atreves!

Nora: Y compórtate porque no estamos en uno de esos lugares asquerosos a los que acostumbrabas ir a cenar con tu semental de barrio antes de que te hicieras millonaria con la historia de mi hermana.

Susana: ¿Cómo qué lugares? ¿Cómo la cafetería de mierda en la que trabajaba tu hermanita?

Nora: Ahora sí te pones muy perra pero cómo te la pasabas entrevistando a las meseras y al gerente del café… El gerente… No creas que no sé lo que te hacía en un rinconcito de la cocina cuando cerraba/

Susana: Si no fuera porque escribí ese libro, ni tú ni el mocoso alérgico tendrían para tragar.

Nora: Lo escribiste con el sudor del culo. ¿Sabes que ha recibido las peores críticas de gente que sí escribe?

Susana: Me vale madre si está bien escrito, se vende, que es lo que importa.

Nora: Eres una oportunista, muerta de hambre/

Susana: Te voy a/

  Notificación para Nora:

  Nuevo mensaje de texto

  Notificación para Susana:

  Tienes dos nuevas solicitudes de amistad

Nora: Deja mi teléfono en la mesa.

Susana: Tienes que ser más amable, Nora.

Nora: Devuélveme el/

Susana: Me estoy cansando de que los demás… De que todos crean que soy una estúpida que no puede defenderse. De que siempre tengo que agachar la cabeza. Me cansé, Nora/

Nora: Me alegra que te sirvan de algo las consultas con el psicólogo. Ahora dame el teléfono porque me llegó un mensaje.

Susana: Dime que no hice un mal trabajo, Nora. Dime que todo lo que he hecho está bien.

Nora: Lo has hecho bien, Susana. No es necesario que acerques mi teléfono a ese vaso con agua…

Susana: Tú fuiste la que me dijo que te ayudara a meter a Jesús en la cárcel. Me pediste que declarara, me pediste que escribiéramos juntas la historia de Luisa, ¿Cómo me lo pediste, Nora?

Nora: No sé. No recuerdo.

Susana: Un homenaje…

Nora: Un homenaje para mi hermana, sí lo recuerdo. Si metes el teléfono en ese vaso, te juro Susana…

Susana: Que todos conozcan su historia. Mierda, Nora. ¿Qué puta historia escribimos si no hay nada que decir?

Nora: Si lo metes en el vaso con agua, se va a joder, y tendré que comprar uno nuevo y no sabes cómo odio configiurar uno nuevo, bajar todas las aplicaciones y armar la libreta de contactos/

Susana: Sólo dime que lo que he hecho ha valido la pena. Que la desaparición de tu hermana sirvió para algo.

Nora: Justo quería hablar de eso contigo. Por eso te cité aquí. Pero debes calmarte.

Susana: Dímelo.

Nora: Pero debes devolverme/

Susana: Sin teléfonos.

Nora: Es que… Si es cierto lo que te voy a decir, debemos hacer algo porque/

Susana: No le des más vueltas/

Nora: Vamos a quedar como las peores mentirosas, impostoras y estúpidas… Nos van a crucificar, van a hacernos mierda no solo en las redes, nos van a/

Susana: ¿Qué carajos pasa?

Nora: Creo que… Luisa está viva.

Buscar en internet: ¿Cómo saber si mi smartphone puede repararse después de mojarse?

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3.4 Jesús y Luisa

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  Mi música

  Seleccionar artista

  Reproduciendo canción

Luisa: Es raro salir a esta hora del café…

Es una buena tarde.

Recoge tus cosas, trata de ser educada y vete.

Lo más rápido que puedas.

Espero poder llegar rápido.

Apenas estoy a tiempo, antes de que todos salgan de sus oficinas y sea imposible subirse al metro.

A la mierda con este trabajo.

Que se joda el café Don Pedro.

Que se joda Eduardo,

no pienso despedirme ni dar las gracias.

A ese cabrón no.

La cajera,

el lavaplatos,

las otras dos meseras,

bastará con un simple “Chau, hasta luego, esclavos”.

¡Chau, hasta luego!

Tomo mi bolsa.

Una sonrisita hipócrita de todos.

Al carajo con ustedes.

Debo pensar en cambiar de actitud,

no ser tan competitiva,

debo controlar mi carácter,

ser más amable.

Juro que cambiaré de actitud en este nuevo empleo.

No te confíes ni seas optimista.

Aún no hay nada seguro.

Siempre que piensas positivo las cosas salen mal.

Haré una seria reflexión llegando a casa:

un balance de las asquerosas experiencias laborales de Luisa Solano.

Cuando termine la entrevista y si es que me dan el nuevo trabajo, me iré corriendo a casa.

Me tiraré en la cama con mi hijo, veremos caricaturas.

Y compraré una pizza con lo poco que me queda.

Debo pensar que…

¿Quién es este tipo?

Lo he visto.

Trabaja en el edificio que está enfrente…

Jesús: ¿Cómo estás? Oye, ¿quieres que te lleve a tu casa?

Luisa: Me gustaría decir sí, gracias, pero sigo de largo.

Jesús: ¿Me escuchas? ¿Puedes detenerte? Te estoy ofreciendo llevarte a tu casa.

Luisa: Que insistencia. Idiota.

Jesús: Responde. Sí o no.

Luisa: Otro imbécil que no sabe cómo empezar a hablarle a una mujer.

Jesús: Eres muy descortés. Grosera.

Luisa: Ya casi llegas al metro. Sólo ignóralo.

Jesús: Oye tú. ¿Podrías ser menos hija de puta?

Luisa: Esquívalo, concéntrate en la canción. Es una linda canción.

Jesús: Siempre son una decepción. Tú y todas… Disculpa. Solo quiero ser amable. ¿Qué te cuesta hablarme?

Luisa: Detente. El bolso cae al piso. Pon tus manos delante de él, para que no se acerque. Se va a aburrir cuando vea que no le hago caso. Es un pervertido más…

Jesús: ¿Cuántos años tiene tu hijo?

Luisa: ¡Qué pedo con este güey? ¿Cómo sabe que…?

Jesús: Mi hija se llama Michelle. Tiene dos años. Tal vez podríamos juntarnos un día. Un domingo. Mientras los niños juegan, tú y yo podríamos conocernos. ¿Te ayudo con tus cosas?

Luisa: Es el tipo que me llama y cuelga. Estoy segura. Qué miedo. Concéntrate en la canción. Esto no está pasando.

Jesús: ¿No dices nada? Sé que es extraño pero… No quiero que te vayas. Renunciaste, ¿o te corrió ese tipo? Si es así, creo que se cometió una injusticia. Eres amable y atenta. Te he visto. Te veo. No. Renunciaste. ¿Dónde vas a trabajar? ¿Qué sabes hacer? En mi empresa contratan todo el tiempo.

Luisa: Se está acercando demasiado. No entiende lo de las manos. Estoy a punto de gritar.

Jesús: Empezamos mal. Mira, hagamos como que no pasó esto. Te ayudo con tus cosas. ¿Puedo levantarlas?

Luisa: Grita, grita todo lo que puedas. No digas nada en el grito. Sólo reviéntale los oídos. Alguien vendrá a ayudarte, el tipo se asustará y se irá.

Jesús: No grites. Solo trato de hablar contigo.

Luisa: Afortunadamente, sigo concentrada en la canción. Qué buena es. Fuera de mis audífonos mi grito es tan fuerte que no me gustaría estar en el lugar de este taradito.

Jesús: Grita lo que quieras. Si alguien viene, verá que estás loca porque no te estoy molestando.

Luisa: El tipo sigue ahí parado frente a mí. Nadie viene a ayudarme. ¿Qué está pasando? Los de la cafetería seguramente escucharon. Y la gente que pasa en la calle. Y el tipo ahí está. Parece que él y yo somos los únicos en esta ciudad. Se me hace tarde.

Jesús: Me alegra que ya no grites.

Luisa: Voy a pedirle amablemente que se haga a un lado porque tengo prisa. Sólo eso voy a decirle… El tipo cae al piso. Como si se desmayara. Dejo de escuchar la canción. Algo pasa, no entiendo. El tipo no reacciona. Alguien golpeó su cabeza. Todo pasa tan rápido, ¿qué es lo que…?

  Reproducción en pausa.

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.Epílogo (s)

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4.Motorola G 2 Android 4.4 Procesador Snapdragon 400

Memoria interna 8 GB Memoria RAM 1GB

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Hoy, después de algunos meses de no regresar a su casa, Agustín está sentado en una de sus sillas favoritas revisando las fotos en su teléfono.

El plan es regresar a vivir a este departamento que está un poco alejado de la civilización, pero apenas a unas calles del canal de aguas negras. Un lugar pequeño, pero en el que ha vivido tantos momentos interesantes desde que aquella mujer, su ex esposa, lo dejó en la calle. Le cuesta volver a acostumbrarse al olor que emana del canal.

Agustín está decepcionado.

De las mujeres, sobre todo. Todo parecía marchar bien con Nora. Desde que empezó a salir con ella y cuando las cosas empezaron a funcionar y decidieron vivir juntos, los ataques de ansiedad disminuyeron.

Fue bonito mientras duró. Está viendo algunas fotos. Pocas, porque la capacidad de almacenamiento de su teléfono no permite guardar muchas. Nora siempre le dijo que comprara un móvil más moderno. Pero hay algo especial, una conexión extraña entre su teléfono y él. Cada vez se convence más que en ese teléfono viene su vida, su identidad. Que ese teléfono contiene gran parte de él. Aunque sea un teléfono sencillo.

Agustín duda si puede volver a acostumbrarse al olor que se impregna en todo el ambiente. Apenas puede creer que ya no percibía el aroma a agua putrefacta cuando vivía aquí. Habiendo olores tan bonitos. Siendo fanático de los aromas. Tuvo que terminar aquí nuevamente.

Las fotos que revisa una y otra vez son de mala calidad. No se puede pedir mucho a una cámara de 8 megapixeles. Pero ahí está Nora, ahí está él. Y en una que otra también sale Luisito. Esas piensa borrarlas o editarlas cuando pueda. Solo quiere conservar las fotos de él con Nora.

Ahora que Agustín lo piensa, el niño tuvo toda la culpa de que las cosas entre Nora y él no funcionaran. El niño era un intruso en su relación y en sus vidas. Él y Nora tenían que hacerse cargo de él, educarlo, bañarlo, comprar las medicinas para sus alergias, golpearlo cuando se portaba mal. Luisito, como lo llamaba Nora. Se llama Luis, -le decía-, no es un tarado. Y debían hacerse cargo de él. Obligación moral.

Agustín se siente más decepcionado que hace unos minutos. Ya no es ansiedad como antes. Es tristeza. Una puta tristeza porque parece que las mujeres le quitan todo cada vez que deciden alejarse de él. Y en las fotos parece que todo estaba funcionando. Reían, disfrutaban juntos de la buena racha. El libro que contaba la historia de su hermana se vendía bien. Acompañó a Nora a comprarse un auto nuevo. Ella le dijo que se comprara uno para él, pero Agustín no quiso. Viajaron a la playa. Por más increíble que suene, Agustín no conocía el mar. Todo era perfecto. Y hace dos días, Nora le dijo que no quería estar más con él.

Son muy raras las reacciones que tienen las personas cuando se enfrentan a cambios inesperados. Si quieres volver loco a alguien, sácalo de su rutina, pon su vida de cabeza. Le quitas todo. Y Agustín reaccionó a la decisión de Nora. Tuvo una recaída. Tiene que tirar la basura otra vez. Es una recaída fuerte. Pero ahora la recaída no fue a causa de sus crisis de ansiedad. Ahora fue por tristeza. Y la tristeza no disminuye, al contrario.

Agustín deja de ver las fotos. Agustín sabe que no podrá acostumbrarse al olor otra vez. Aunque al revisar el bote de basura se da cuenta que el olor putrefacto viene de ahí. Hay basura acumulada que olvidó desde hace mucho. El olor del ambiente se ha combinado con lo que hay en el bote. Agustín se siente un poco afortunado de que nadie se percatara del olor tan intenso. Son las ventajas de vivir aquí. Aunque hay más basura que tirar al canal.

Agustín va a respirar, enfocarse, tomará la bolsa negra del bote e irá a tirarla al canal. Aún hay sol y alguien puede verlo, pero ya no importa. Después irá a su auto, sacará las bolsas que contienen los restos de Nora y también las arrojará al canal. Esperará unos minutos, se sentirá más triste aún y con su teléfono en mano, dejará que el canal se lo trague.

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5.iPhone 6 iOS 9 chip A9 de 64 bits Memoria de 64 GB

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La habitación de un hotel de lujo en Londres. El clima es horrendo. Y de acuerdo al smartphone de última generación, (el más reciente, el que todos quieren) la temperatura se mantendrá en 2 grados durante el día con fuertes lluvias y viento. Susana tiene una gripe horrenda. Nunca se había sentido así. Fiebre, cansancio, suda por todas las partes de su cuerpo que pensaba que no sudaban. En dos horas tiene la presentación de la segunda edición de su libro Lágrimas por Luisa y hablará sobre violencia de género en un foro internacional sobre el tema. Aún no tiene claro de qué va a hablar. Aún no decide si leerá el texto de presentación en inglés (idioma que aún no domina a pesar de que ha tomado algunos cursos en el Harmon Hall) o en español. Mañana tiene junta con el productor de una festival internacional de teatro que está muy interesado en que el montaje derivado del libro participe el próximo año. A los extranjeros les parece muy atractivo el tema. Parece que en otros países, las personas no desaparecen así de fácil. O al menos terminan descubriendo si la persona que desapareció fue asesinada, encuentran sus restos y atrapan al criminal. Hay cosas que Susana no entiende. Pero es optimista y espera llegar a una buena negociación con el productor inglés. Viene preparada para todo. Se descargó traductores, diccionarios, pero se siente muy insegura. Tampoco ha decidido si en la presentación ahondará en el tema de la reciente desaparición de Nora. Seguramente algunos periodistas la obligarán a responder preguntas. La vida de las hermanas Solano parace que está marcada por la tragedia. En muchos años no se había sentido tan sola. Es la primera vez que viaja al extranjero y no la acompaña Nora ni Carlos. Convive más con Siri. Todo el tiempo le hace preguntas. ¿Dónde hay un buen lugar para comer? ¿Qué lugares debo conocer? ¿Qué tiendas de ropa de diseñador hay en Londres? Algunas de sus preguntas son muy estúpidas. Siri es su mejor amiga hasta el momento. Aunque es una perra fría. Susana moquea. Considera la posibilidad de cancelar la presentación y quedarse a dormir en esa cama tan cómoda. Nunca había dormido en una cama así. Es perfecta. Pero si cancela, seguramente la gente de la editorial va a molestarse bastante.

Justo ahora, Susana está teniendo un deja vú aunque no entiende. Nunca había estado en Londres y mucho menos en la habitación de un hotel lujoso. Pero tiene esa sensación que esto ya lo había vivido antes. ¿Qué día es hoy, Siri?, le pregunta Susana a la amable asistente. Por alguna razón, Siri no responde. ¿No hay red? ¿Qué puto día es hoy, Siri?, insiste Susana. Y el silencio reina. En un arrebato, Susana avienta el hermoso smartphone y ya en el piso, su dueña lo aplasta con el pie. El tacón de 12 centímetros del zapato que le costó trescientas libras esterlinas hace mierda el smartphone de última generación (el más reciente, el que todos quieren).

El moqueo de Susana se intensifica. Ahora no sólo es la gripe, también moquea por ese efecto que hay en el cuerpo cuando alguien llora. Al menos lo mocos fluyen y puede respirar mejor. Hay muchas cosas pendientes que debe resolver cuando regrese. Sacar las porquerías que pertenecen a Carlos, ese hijo de puta traidor. Reunirse con su abogada para firmar los documentos que le darán la patria potestad de Luisito y todo lo que eso implica. Esos asuntos la agobian y la obligan a cometer pendejadas, como destruir ese aparato que contenía su agenda, el directorio, los mensajes, el mapa de la ciudad y los traductores que en el contexto, son vitales. Y ahora empieza a extrañar a Siri.

Lo que no sabe, es que justo en el momento en el que tuvo el arrebato, su asistente la llamó para notificarle que un juez decidió liberar a Jesús López por falta de pruebas. Y eso no es bueno para Susana. Su libro se basa en las “investigaciones” que realizó y que demostraban que Jesús era el único culpable de la desaparición, violación, muerte y desmembramiento del cadáver de Luisa Solano. Que se deshizo de las evidencias y que nunca sabremos donde quedaron sus restos. Una historia fascinante.

Susana ignora esto, pero la prensa ya está enterada. Y en las redes sociales se comenta del asunto. Y en los portales de noticias. Todos están listos para la masacre. Y Susana, después de tranquilizarse se siente lista para su presentación. Moqueando pero lista.

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6.LG G3 Procesador Snapdragon 801

Memoria interna 32 GB expandible Memoria RAM 2 GB

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Nora intenta ponerse buena.

Ahora está terminando su rutina en la caminadora. Dos kilómetros. Hay un hermoso ventanal que da a la avenida. Todos la observan desde sus autos, ven cómo se pone buena. Le gusta que los tipos detengan la marcha de sus vehículos y le manden besos o le digan piropos u obsenidades que ella no escucha.

Del otro lado de la avenida hay un gran centro comercial en el que acostumbra pasar a comprarse algo todos los días y tomar un café.

Asiste cinco veces por semana al club, al menos tres horas. Los cargos por mantenimiento al mes son muy altos pero está fascinada. Ella se lo merce. Y el lugar vale cada centavo que paga. Los aparatos para hacer ejercicio permiten conectar tu teléfono por Bluethoot para escuchar música y revisar tu correo, redes sociales, todo controlado por una pantallita. También le encanta el sauna, la alberca. Las clases de zumba son sus favoritas, sobre todo por el instructor que tiene unas nalgas realmente hermosas. Nora le coquetea pero sabe que debe ponerse más buena para llamar su atención. Tal vez en tres meses ya esté saliendo con él. Irán a un restaurante, el que le encantaba a Osvlado, al que iba casi todos los viernes. Y casualmente coincidirán. Osvaldo verá que ella se ha puesto muy buena, a diferencia de la ama de casa por la que la dejó y cuyo cuerpo está compuesto por unas tetas de globo con harina, manchas en la piel, nalgas expandidas y que tiene un carácter de la chingada. Ah, pero eso sí, el buen Osvaldo quería un hijo. Verá a su acompañante, su novio que tiene las nalgas del tamaño de un balón y pectorales consistentes. Esos pensamientos motivan a Nora mientras usa la caminadora. En resumen, está encantada con el club y podría pasar más tiempo ahí. Casi lo equivalente a una jornada laboral. Incluso está pensando que en algún momento puede llegar a ser instructora. Todo sería perfecto de no ser por Luisito. Afortunadamente, Agustín lo cuida mientras ella se ocupa de sí misma. Buen tipo Agustín, aunque definitivamente no es lo que ella quiere. Incluso, hace mucho que no deja que Agustín la toque. Es una linda esta Nora. Vive muy bien, ella siempre ha tenido buen gusto y ha remodelado el viejo departamento de sus padres. Ha quedado irreconocible el lugar. Aunque está ahorrando para comprar un departamento en otra zona. En el mismo edificio en el que vive Osvaldo están vendiendo uno y está esperando otro pago de las regalías del libro Lágrimas por Luisa para pagar la primera parte del crédito hipotecario. Hay tantos planes, Nora. Todo sería perfecto de no ser por esas dos personas que tiene en casa. De Agustín es más fácil deshacerse. Tal vez la próxima semana. De Luisito es más complicado. Pero en unos cinco años, si hay dinero suficiente, piensa mandarlo a estudiar en el extranjero.

Nora por fin termina su ejercicio en la caminadora. Lo que sigue es darse un baño y pasar a tomar algo en el café que está justo del otro lado de la avenida. Algo llama su atención. En el café hay una mesera nueva. Es curioso porque todos los días que viene al club, cuando termina su rutina en la caminadora, se percata que la mesa en la que le gusta sentarse esté libre y que Lupita, la mesera que la atiende muy bien no esté atendiendo otras mesas.

Su mesa está libre ahora pero no ve a Lupita. Hay una mesera nueva. Nora se talla los ojos. Sí, es una nueva mesera. Es Luisa. O se parece mucho a Luisa. Tiene el cabello más corto, se lo arregla distinto y está teñido. Con su teléfono, le toma una foto. Dos, tres fotos. Unas con zoom. No se distingue bien. Tiene que ir a comprobarlo. No vaya a pasar como cuando la supuesta Luisa le escribió un mensaje. O como otras veces en las que su paranoia le ha hecho pensar que ve a Luisa en el banco, cruzando la calle, o aquella vez en el baño mientras se lavaba los dientes y la vio por el espejo. Esta vez parece real. Ahí está, atendiendo a un pareja de ancianos. Y si es ella, se va al carajo todo. Nora no puede moverse. Un escalofrío. Todo se va a ir a la mierda. El libro no se venderá más, ya no habrá regalías, ni viajes, ni club, ni novio nalgón, ni departamento en el mismo edificio en el que vive Osvaldo. No llegará a estar buena nunca. Nada.

Nora tiene un plan. Esperará a que la supuesta Luisa termine su turno, la seguirá sigilosamente hasta llegar a una calle oscura o un lugar solitario. La enfrentará, la verá frente a frente, la reconocerá. No sabe qué va a decirle. Es más, no cree que sea necesario decirle algo. Nora tiene muchos proyectos y va consegurilos. Debe ser muy lista. Nora va hacia las regaderas detallando su plan en la cabeza mientras observa las fotos que le ha tomado a la mesera. Esta vez no irá a tomar algo al café ni hará compras en el centro comercial.

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7.Modelo desconocido

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Alicia revisa la fila y el número de butaca que indica su boleto. Se sienta. Acaban de dar la primera llamada. Está nerviosa. Hace mucho que no va al teatro. No le gusta. Habiendo tantas opciones de entretenimiento, el teatro le parece de lo más anticuado y aburrido. Sin embargo, por una extraña razón hay gente que sigue haciéndolo y público que sigue asistiendo. Aunque cada vez son menos. Hay cosas que no cambian aunque pasa el tiempo. En unos diez años, seguramente nadie se interesará en esta porquería, piensa Alicia. Es el estreno de Lágrimas por Luisa, el musical. El productor menciona en el programa de mano que retomar esta vieja historia es pertinente para la sociedad en la que vivimos. “Es increíble que a veinte años de la desaparición de Luisa Solano y la publicación del libro magistralmente escrito por Susana Larios, las personas sigan desapareciendo sin dejar rastro y nuestras autoridades sigan siendo tan incapaces para resolver los casos”. Un imbécil el productor. Todo el mundo sabe que el libro está basado en inventos mal escritos por una oportunista, piensa Alicia. Todo mundo sabe que la editorial se fue a la quiebra después de la liberación de Jesús. Pero a la gente le gusta ver la misma porquería una y otra vez. Es como si le contaran la historia de Batman o Superman miles de veces pero dirigida por uno, o la versión de otro. A la gente no le gustan las historias nuevas. Y a todos los que están aquí, les encanta la historia de Luisa. Y el productor piensa que será un buen negocio. El tipo en la cabina da la segunda llamada. Y le pide a los asistentes, por respeto a los actores, que apaguen sus dispositivos. No por el ruido ni por la interrupción. La nanotecnología le provoca convulsiones a algunas personas. Las compañías que fabrican estos dispositivos que se adhieren a la sien, están resolviendo esos detalles técnicos y esperan que el próximo año ya no produzcan esas reacciones. Los que son más retro siguen usando los smartphones. Y esta obra sin duda es retro. Algo llama la atención de Alicia y la pone más nerviosa: la presencia de Susana Larios y de Luis Arteaga en el estreno. La tal Susana no tendrá más de cincuenta años pero apenas puede caminar. Y Luis no es más que un gordo con acné, apenas dos años mayor que Alicia. Ambos toman sus lugares apenas dos filas delante de donde está Alicia. Ahí están, piensa Alicia. Hijos de puta. Alicia tiene ganas de levantarse, acercarse a ellos y escupirles en la cara. Pero se contiene y sigue leyendo el programa de mano. “He modificado algunas partes de la historia que tienen que ver con el villano de la historia. Intenté limpiar la imagen de Jesús, que al parecer no tuvo nada que ver con la desaparición de Luisa.” ¿Villano? ¿Al parecer no tuvo nada que ver?, son unos cabrones. Esta obra va a ser una mierda, piensa Alicia. Sólo espera que a Jesús lo reivindiquen, que no sigan difamando, que no quede solo en una disculpa por parte del juez. El tiempo que no puedo pasar con su padre ya nada ni nadie lo puede reponer. Los dos años que vivió después de haber sido liberado y en el que pudo convivir con su hija Alicia, fueron suficientes para que la pequeña se diera cuenta de la buena persona que era.

Alicia quiere ver cómo aparece Jesús en la obra, si sigue siendo el monstruo asesino o el padre amoroso que ella conoció. Su nombre debe limpiarse.

Lo que ignora el productor, el director, los actores y los músicos de este flamante musical es que no tiene que gustarle ni a Susana Larios ni a Luis Arteaga y mucho menos a los demás asistentes o a la prensa (que por cierto, ya casi no cubren los espectáculos teatrales). La única que debe salir satisfecha con su trabajo es Alicia. Su carrera depende de eso. Su vida depende de eso.

El regordete Luis siempre ha sido muy curioso. Siempre acostumbra observar todo lo que pasa a su alrededor. Aunque últimamente su curiosidad es producida por la paranoia. Desde hace algunos meses ha recibido amenazas de muerte. Alguien le manda mensajes horribles en papelitos. Sí, papelitos. Ningún recurso tecnológico. Los mensajes digitales están muy monitoreados y controlados. Si se te ocurre amenazar de muerte en estos tiempos, saben de dónde proviene y quién es el autor. Es inteligente el tipo que lo amenaza. Y sabe que siempre está cerca de él. “¿Quieres terminar como tu madre?” “Un día desaparecerás” “Sé lo que haces, puto gordo. Deja de ver pornografía” “Lo he pensado bien. No voy a desaparecerte, vas a explotar.” “¿El atentado en tu escuela? Iba por ti pero algo falló. Ningún error para la siguiente”. Son los últimos mensajes que recibió. Está seguro que un terrorista es el autor de los mensajes. No es un aficionado. No. Es un terrorista de esos que saben de nuevas tecnologías, que nadie detecta pero que hacen explotar edificios completos con pequeños dispositivos. Tiene algo que ver con la nanotecnología y esos aparatos nuevos. Eso ha puesto muy intranquilo a Luisito, como le dice su querida tía Susana, a quien no le ha comentado de las amenazas. Ya casi no come, mucho menos duerme. Todo el día está atento Luisito. Están por dar tercera llamada y van a apagar las luces. Luisito da un último vistazo a su alrededor y nota que dos filas detrás de él está sentada una chica que llama su atención. Es preciosa, piensa. Cuando termine la obra, voy a acercarme a ella, me haré el interesante y le pediré su número. Es amor a primera vista. Las luces empiezan a apagarse y la chica, que siente la mirada de Luisito, le regala una sonrisa.

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Fin

 


Hugo Abraham Wirth. Dramaturgo, guionista, director de escena, fotógrafo y editor. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca. Cuenta con varias puestas en escena, lecturas dramatizadas y publicaciones de sus obras en México, España, Colombia, Chile, Alemania e Italia entre las que se encuentran: La fe de los cerdos, El día de la intolerancia… y Constantina no estaba, Intervenciones, Despojos para un lunes, Tangram, Precisiones para entender aquella tarde, Épica de la inmediatez, Cartografía de una tormenta (estrenada por la Compañía Nacional de Teatro), entre otras. Es director y dramaturgo en El manatí rosa, colectivo escénico con el que ha implementado diversos procesos de laboratorio desde 2010 y de los cuales han resultado textos y puestas en escena. Durante diez años fue docente en la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México y ha impartido varios talleres y conferencias dentro y fuera del país. Ha sido becario del Goethe Institut Mexiko, la Fundación para las Letras Mexicanas, del Programa Jóvenes Creadores del Fonca y del seminario Panorama Sur en Buenos Aires, Argentina. Ha sido ganador del Concurso Nacional de Dramaturgia Teatro Nuevo (2002), el Premio Manuel Herrera de Dramaturgia (2003 y mención en 2009) y el Premio Nacional de Dramaturgia UAM-UdeG-Sec. Cult. D.F. (2013). Fue el único representante mexicano en el ciclo Encuentros con el Teatro Iberoamericano actual organizado por Nuevo Teatro Fronterizo e Iberescena en Madrid 2014 y fue nominado al International Playwright´s Prize y el Prize of the Audience en el Festival Heidelberg Stückemart 2015 por su obra Precisiones para entender aquella tarde.