Benjamin
Guardo cascajo
alcoholes dípteros
condecoraciones desastres mapas
o bien:
el límpido tequila de Jalisco
el díptero e himenóptero desastre/ y
sus condecoraciones pontificias.
Capital físico y capital
en ruinas tijereadas sin rima
(el ritmo de la acumulación se mantiene estable
con angustiosos picos veraniegos y post-Hannukah).
Se recorta periódico y se organiza en cajas
libros se deshojan y revistas
se administran postales trípticos sobres
se transcribe inutilidad a domicilio
–me digo y me convenzo y me contrato
por tiempo indefinido.
Pero básicamente
se guarda cascajo en la caja craneal
en la órbita ocular en la
bóveda palatina en
la pelusa nasal. Digamos
adherencias digamos
estela
de oración o párrafo
sin párrafo sin rima
y sin salida:
regaban flores y decían ingenuas,
mi torre de mental esparcimiento,
cuerpo largo y bronceado de un hindú,
en el sueño neurótico de Adán /:
bustrofedón de ruinas que
junto a impresos cables zapatos medicina
(o lo que tercie)
se doran en conserva en domicilio fijo
pues no me diste, Señor, saber bailar
ni angulosa mandíbula
ni canela en rama ni la
marca de la bestia de la tribu
–léase multiplicar florines o gefilte fish
sino esta cualidad malpegajosa
que retiene cláusulas solteras
acentos al azar
y gente sin predicado.
Qué herencia más prominente legaremos
mi patrón y yo
sino estas adherencias dáctilas
sino obleas troqueas
ácidos yámbicos
canjeables en la banca de la risa
por dos pianosdecola
cien mil bitcoins
o la península de la Florida,
obra maestra esta alcancía de retazos
que aquí ponemos, hijos,
a su disposición: botón
de muestra:
el prójimo porcino y gallináceo
decir cualquier beocio o filisteo
me instruí en mis funciones consulares
el gabinete del psicoanalista
el brusco despertar de los feroces
peleó en las filas de Rufino Barrios
y yo sigo otra vez volando solo
un viejo clavicordio Pompadour
donde hablaron fogosos
señor conde de nom-
legación de España
la dulce sustancia
oradores
la fruta
villegas o
primitivo
aceptar un
una
estupenda castidad de actos:
lo bueno, diosbendito, que la
paternidad asusta.
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esto es,
lo que vengo diciendo
es decir
la fe
es decir
la oblea córnea ósea que no llega
o lo que es lo mismo
manejamos la salida en falso
esto que el mar rechaza, digo, es mío
esto de aquí: rincón, este desufijado, la
cresta de la ágrafa
o sea no
quiero creer pero me llega espuma
vengo sorteando la espuma en la
garganta de la fe
surfeo en el sufijo de la femenina singular
es decir
llegan córneas cacharros liendres cubrebocas
la totalidad de las cosas
del mundo las no cosas del
mundo el todo del mundo
incluido esto y lo otro y el
no mundo
y nada falta
es decir, esto
es la fe
sin ayuno
sin abuela
sin kibutz
sin hebreo
sin menorah
sin kosher
sin abonos
sin bar-mitzvah
sin velas
sin mar rojo
sin rabí
sin raíz fuerte
sin klezmer
sin errancia
sin scholem aleichem
sin yiddish
sin shabbat
sin sinagoga
sin primos
sin estado
sin kippa
sin profetas
sin matzah
sin bashevis
sin jofar
sin cam
sin asch
sin ley
sin yod
sin roth
sin job
y no obstante
tampoco.
Gabriel Wolfson (Puebla, 1976) es profesor de la Universidad de las Américas. Ha colaborado en distintas publicaciones periódicas y es autor de Ballenas, Profesores y Los restos del banquete, entre otros libros.